“El agua de mar ha sido utilizada desde hace miles de años por su poder curativo. En la China, 2500 años antes de Cristo, el emperador Fu-Shi, padre de la medicina marina recomendaba agua de mar, algas marinas y sales marinas para recuperar la salud y conservarla.
En Francia el investigador René Quinton descubrió que los elementos del agua de mar eran los mismos elementos que están presentes en las células del cuerpo humano, y que el plasma de la sangre y el agua de mar eran muy parecidos.
El siguió investigando y entre 1910 a 1950, junto con el doctor Jarricot fundó los Dispensarios Marinos. En estos Dispensarios se usaba el agua de mar para curar diferentes enfermedades, entre ellas: La tifoidea, el cólera, la tuberculosis, enfermedades de la piel y la desnutrición.
En ese tiempo se salvaron miles de vidas. Fueron tantos niños desnutridos los que se salvaron que se les comenzó a llamar, bebés Quinton...” Así hablaba la doctora Maria Teresa Ilari, en un taller de capacitación a mujeres realizado en Jinotepe. Ella conoció el poder curativo del agua de mar, por un periodista colombiano que logró que una niña que había perdido el cabello por desnutrición, lo recuperara. El periodista Laureano Domínguez, había visto que en Francia envasaban el agua de mar y la llamaban plasma marino.
Estudió gracias a una beca la experiencia de Francia y a su regreso a Colombia juntó un equipo de médicos para hacer los mismos experimentos. Hace dos años recomendaron a la gente que vive en las montañas de Colombia beber agua de mar, los niños desnutridos comenzaron a recuperarse.
Ellos fundaron Dispensarios Marinos por toda Colombia. El tema del agua marina está difundido en distintos países como Colombia, Argentina, Uruguay, México y España. El agua de mar limpia el intestino grueso, desintoxica el organismo, mejora las defensas y da energía.
En la actualidad en Colombia, Argentina y otros países de Latinoamérica y África han realizado estudios y han comprobado, que cuando los niños desnutridos toman tres vasos de agua de mar al día, su salud mejora y desaparece la desnutrición.
En Barcelona, España, hay un proyecto donde 300 personas en rehabilitación por uso de drogas y alcohol, comenzaron a tomar agua de mar. Los resultados son muy buenos, incluso algunos que han vuelto a tomar licor, se controlan, ya no la rompen. El agua de mar reduce las adicciones.
La doctora María Teresa Ilari, de la clínica Santo Domingo, la recomienda para casos de dolores, insomnio, depresión, y para cerrar las llagas de la piel: “También la uso para tratar problemas del hígado y los riñones, porque el agua de mar regenera las células. Aquí atiendo pacientes con cirrosis, que es más común en varones que han tomado mucho licor.
Cuando hay cirrosis por el mal funcionamiento del hígado, se acumula en la barriga gran cantidad de líquido y parece que el paciente tiene un embarazo de ocho o nueve meses. Al primer paciente que entró al programa de tomar agua de mar que padecía de cirrosis, le sacábamos más de 32 litros cada mes, una semana iba al Hospital Manolo Morales otra semana venía aquí. Cada vez se le sacaban hasta dos galones.
Era tanta el agua que no le dejaba ni respirar bien. Desde que está tomando el agua de mar ya lleva más de tres meses que no se le saca líquido y tiene la barriga bajita. El medicamento que se dá, en estos casos que son para orinar, se le ha rebajado a la mitad, y ahora a la cuarta parte, y el hombre está bien.
El, con 52 años, estaba desahuciado, no iba a trabajar nunca más y ahora ya está pensando en regresar a trabajar. El otro caso es el de un paciente norteamericano que tenía insuficiencia renal, eso se sabe porque al hacerle exámenes de laboratorio le salía la creatinina elevada, esa es la señal que se sufre de insuficiencia renal.
Se iba a regresar a los Estados Unidos porque no se sentía bien. Con el agua de mar ya no tiene aquella dejadez, aquellos mareos, vómitos y la creatinina se le bajó casi a lo normal. Ahora se ha quedado y está muy bien
He visto también el caso de una señora que padecía de soriasis, que es una enfermedad en la piel. Se forman unas costras como placas o escamas que se desprenden y caen. La soriasis se acompaña de dolores en los huesos.
A veces toda la cabeza se le llena de esa costra que pica, se le pone roja la piel, se le inflama y le duele. La soriasis no se sabe exactamente de qué viene, pero es bien molesta para el que la sufre.
Esta señora que vino aquí, había usado durante 10 años, pomadas carísimas. Ahora su piel está sana. Ella padece de la presión alta y del corazón, ahora está mejor de todo, es una de las que más viene a buscar el agua de mar y su piel está sana”.
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