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viernes, 11 de octubre de 2013
REFLEXIÓN DEL DÍA
“El fruto del Espíritu es la alegría, de modo que haz que haya más alegría en tu vida, y más diversión y risa. Es muy importante que haya equilibrio y moderación en todas las cosas para que la vida pueda ser disfrutada plenamente. Quizás disfrutes con el trabajo que estás haciendo y sientas que no necesitas un cambio. Cada tanto necesitas interrumpirlo y hacer algo completamente diferente para cambiar el ritmo de tu vida. Cuando lo hagas, verás que podrás volver al trabajo que tienes que hacer, completamente renovado y con un ánimo y placer nuevos. La vida nunca debe ser una carga. No estás aquí para aprovechar la vida al máximo y disfrutar cada momento, porque estás viviendo una vida equilibrada y hay un constante dar y recibir.”