Hay algunas personas que lograron desarrollar el Don de percibir visualmente aquellas vibraciones que el ojo humano normalmente no capta. Esas personas pueden ver en los demás no solo el aspecto externo, sino que además del cuerpo físico, pueden distinguir con toda claridad el campo electromagnético que envuelve dicho cuerpo. Ese campo más sutil es lo que se conoce vulgarmente como aura. Se trata de una envoltura energética que filtra la mayoría de las vibraciones negativas y está directamente relacionada con la parte física. Es de destacar que las personas que tienen su aura debilitada por un bajón energético esotérico, pueden absorber influjos nefastos y estar propensas a tener trastornos psicosomáticos. Aquellos privilegiados que pueden visualizar el aura de la gente que les rodea, logran detectar en ellos las diversas influencias negativas al notar que el fulgor de sus auras pierde la claridad de sus colores e intensidad de los tonos.
EL PLANO ASTRAL
Para hablar de los viajes astrales lo primero que debemos conocer es qué es en realidad el plano astral.
El primer concepto que ha de evidenciarse para describirlo es su absoluta realidad. Debemos entender que los habitantes del plano astral son reales en el mismo concepto que lo somos nosotros en el plano físico.
La región astral es lo que se conoce normalmente como mundo espiritual o universo suprafísico (*). Los habitantes del mundo astral son las entidades espirituales. Plano astral, por lo tanto, es sinónimo de planos espirituales o suprafísicos.
La visión en el mundo astral es muy diferente y mucho más amplia que la visión en el plano físico, porque la percepción no está limitada a los cinco sentidos que poseemos los seres encarnados, sino que abarca también lo conceptual.
CONCEPTOS EQUIVOCADOS
Es muy común que se enseñe que el plano astral es el inmediatamente superior al plano físico, envolviendo a éste en su totalidad como una especie de manto neblinoso. Incluso algunas escuelas esotéricas toman al astral como una extensión del mundo de los objetos sólidos, pero con una materia menos densa. Otras teorías dicen que nuestro aura es parte del astral y no una envoltura energética que filtra las vibraciones externas negativas, como sucede en realidad. Agregan que mientras el cuerpo sutil viaja por el plano astral, hay un cordón de plata que lo liga al cuerpo físico. Dicho cordón de plata está ligado permanentemente y es capaz de extenderse hacia el infinito entre el cuerpo físico y el cuerpo sutil. Es de forma cilíndrica, plateado, luminoso, resistente, elástico, flexible y que sólo se rompe al instante de la muerte.
Obviamente, todo eso es falso:
1) El plano astral es el universo suprafísico en sí, con todos sus planos de vibración.
2) El aura es nuestro campo electromagnético y forma parte del mundo físico.
3) El famoso cordón de plata es una invención literaria. Este cordón de plata o cordón plateado, popularizado por el autor inglés Lobsang Rampa en el libro El Tercer Ojo, en realidad no existe, ya que se trata de una mera alegoría para dar a entender que hay una comunicación entre el Yo Inferior −mal llamado así− y el Yo Superior. Sería mejor utilizar el ejemplo de que el espíritu es como una varilla a través de la cerradura, donde queda de un lado el 10 % (la parte encarnada) y del otro, el 90 % (la parte restante o thetán, que sigue morando en el mismo plano de vibración donde se encontraba el espíritu completo antes de encarnar), porque brinda una mejor idea de la realidad. Si hablamos de cordón, estaríamos dando la falsa idea de que se trata de dos partes independientes unidas por una especie de cable, y no es así. Más irreal es creer que ese supuesto lazo esotérico tiene la cualidad de amarrar el espíritu al cuerpo físico, como si la encarnación dependiese de la consistencia de un cordón.
¿QUIEN PUEDE HACER VIAJES ASTRALES?
La proyección astral no es sólo un privilegio de los practicantes esotéricos, llamados Iniciados por algunas escuelas. Todos los seres encarnados estamos capacitados para realizar viajes astrales y la mayoría los ha realizado sin saberlo, confundiéndolos con sueños extraños.
EL VIAJE ASTRAL EN SÍ
El ser humano no tiene un alma... ¡es un alma con una envoltura física! Según fue revelado por los Maestros de Luz a través de Mensajes canalizados en sesión de Mediumnidad, nuestro espíritu solo encarna en un 10 % y el 90 % restante se encuentra en el plano espiritual correspondiente.
Realizar un viaje astral significa que nuestro ser, ese 10 % encarnado, sale de la envoltura física y recorre el universo suprafísico, pudiendo visitar en esencia espiritual otros mundos.
Deseo aclarar una idea errónea: Se pensaba que en los viajes astrales se podía ir a todos los planos espirituales, desde el -2 (octava esfera) hasta el plano 10º, donde moran los Aes... pero no hay límites solo hacia los planos inferiores. Los planos superiores a la vibración actual del thetán de cada uno están vedados, porque de la misma manera que el espíritu no puede visualizar los planos superiores a su hábitat actual, nuestro 10 % encarnado tampoco puede ir astralmente a un plano superior al de nuestro Yo Superior o Thetán (el 90 % restante).
Me han preguntado si al realizar el viaje astral, nuestro 10 % se puede comunicar con el restante 90 %, que es nuestro Yo Superior. Mi respuesta es la siguiente: Volvamos al ejemplo que dí antes de comparar al espíritu con una varilla metálica y, al encarnar, es como si esa varilla entrara en el ojo de una cerradura: un 10 % queda de un lado y el otro 90 %, del otro... ¡pero la varilla sigue siendo una!
Entonces, cuando el 10 % realiza un viaje astral es como si otra vez estuviera el espíritu completo en un 100 % y no necesita comunicarse porque se unifican los conceptos... con una diferencia: Los Lípikas tienen vedado el acceso al Archivo Akásico al 10 % y, aunque esté (momentáneamente) unido con el 90 % restante, no puede visualizar sus vidas pasadas. Entonces, al regresar al cuerpo, nuestro 10 % solo podrá incorporar a sus vivencias lo que experimentó en ese viaje.
MISIONES ESPIRITUALES
El viaje astral puede ser de aprendizaje o de Servicio. En el primero de los casos, cuando nuestra esencia viaja, va incorporando al decodificador (el córtex cerebral) todas las vivencias que va teniendo en los lugares que visita. En el segundo de los casos, el viaje astral es programado y podemos contactarnos con personas que precisan algún tipo de ayuda espiritual (en ese caso nos comunicamos con su cuerpo causal y le enviamos conceptos de aliento) o con otras que necesitan sanación (en ese caso se le envía color verde). Dejo en claro que la mayoría de los viajes astrales no cumplen ningún cometido por dos razones: 1) Generalmente se hacen durante la noche y nuestro Ser Interno confunde el viaje astral con un sueño fantasioso. 2) Casi todos los "viajeros astrales" desconocen que se puede brindar ayuda a otros o aprender diversas cosas durante dicho viaje.