Dicen que el cuerpo es el templo del espíritu, o lo que es lo mismo, el cuerpo es la casita donde vives tu. Si tienes los pulmones llenos de nicotina, el hígado lleno de cafeína y los intestinos llenos de cadáveres en descomposición... Ahí no hay quien viva.
Para que el ser viva feliz, debe poder deambular por el cuerpo como si de una casa se tratase y recrearse en la luz que entra por las ventanas, en el olor a limpio, en la armonía de la decoración...
Quiérete un poco y limpia la casita, tu ser te lo agradecerá y será amable, gentil, cariñoso, paciente, considerado, apacible, servicial... y feliz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario