Afortunadamente, la naturaleza nos ha legado varias plantas que nos permitirán afrontar la fiebre de una manera efectiva y sin tener que recurrir a medicamentos antifebriles. Uno de ellos es el sauce. La corteza de este árbol, que se viene empleando para estos fines desde hace largo tiempo, contiene salicina. Además de tener propiedades similares a las de la aspirina, es antipirético. Por ende, puedes preparar una infusión hirviendo una pequeña parte de corteza en agua y luego consumiendo esta tisana tres veces por día.
Otro de los remedios naturales para la fiebre es el té de laurel. Coges algunas hojas y preparas una infusión con ellas, bebiéndola también tres veces diarias.
Puedes recurrir también al jengibre y el limón. Un poco de ralladura de raíz de jengibre, el zumo de medio limón y una buena taza de agua caliente harán un magnífico té, que podrás consumir varias veces al día. Verás que además también ayudará para los síntomas colaterales como ser la congestión o el resfrío.
La infusión de albahaca también baja la fiebre, lo mismo que un baño entre tibio y frio y los paños humedecidos con agua sobre la cabeza con unas gotas de vinagre.