Hoy me he encontrado por casualidad esta entrevista al oncólogo Joan Vidal Jové en el blog “Soy como como” y me ha impactado la verdad. Quiero compartirla con todos vosotros. Os recomiendo también visitar el blog Soy como como, es sumamente interesante.
¿Una alimentación saludable cura el cáncer?
Sí, porque una alimentación consciente provoca cambios en la enfermedad. La puede matizar, puede cambiar el sentido y la dirección. Está comprobado científicamente que es así. Los estudios también aseguran que entre un 60 y un 70% de las personas que siguen una dieta adecuada previene la aparición del cáncer.
¿Se sabe qué produce el cáncer? ¿El estrés podría ser una de las causas?
No se sabe el porqué del cáncer pero sí el cómo de la enfermedad. Con respecto al estrés, hay que decir que es el tiempo que tardamos en tomar una decisión. El conejo, por ejemplo, está hecho para escaparse. El lobo, para combatir. La gacela sale corriendo cuando ve un león, porque pone en marcha todos sus recursos para huir. Mientras lo hace, puede coger una infección, pero ha salvado la vida. A las personas, el estrés nos tendría que hacer decidir, ya sea inmediatamente o planificadamente. El estrés que inmoviliza nos frena el sistema inmunitario.
¿Cómo funciona la enfermedad?
Las células malignas cooperan con el sistema inmunológico. Es como si le dijeran: “Ahora te dedicarás a trabajar para mí”. Por eso, es tan importante conocer cómo está el sistema inmunológico de la persona antes de iniciar ninguna terapia contra el cáncer, porque, si no, el mismo sistema puede hacer crecer las células malignas. A partir de aquí, una quimioterapia personalizada.
No se sabe el porqué de la enfermedad, pero sí que hablas de algunas de sus causas, como por ejemplo los conflictos emocionales.
Sí, porque los conflictos emocionales son un factor desencadenante de cáncer. Un conflicto emocional es desencadenante si además hay un entorno tóxico, una genética que predispone y un medio interno ácido. Tenemos evidencias científicas.
Os pondré un ejemplo concreto. Tuve una paciente que desarrolló un cáncer de pecho. Hablé mucho con ella, estudiamos su caso, hasta que ella misma me contó que había pasado por un conflicto emocional. Quería tener un hijo pero su pareja no. Aquella situación, que no supo contar a nadie hasta que un día me lo dijo en la consulta, podría haber sido una de las causas de la enfermedad. Resolverlo tiene un impacto en la aparición de posibles recidivas de la enfermedad.
Pero en la vida, cada día, hay conflictos emocionales. Todos tenemos a todas horas.
Sí, claro. Yo diría que la vida está sembrada de conflictos emocionales que nos hacen crecer. Y nos tenemos que enfrentar a ellos, los tenemos que verbalizar. La verdadera prevención para que un conflicto emocional no sea un factor desencadenante de cáncer es afrontarlo y para hacerlo hay que respirar, meditar, orar o, en definitiva, ponerse a disposición de una técnica que haga emerger nuestro interior. El yoga tiene efectos neurotransmisores. También sería una buena práctica. La consecuencia de todo tiene que ser el amor y la capacidad de decidir. No estoy de acuerdo con “amor y libertad”, porque no somos libres; somos productos de decisiones.
“Un conflicto emocional no es desencadenante de cáncer si lo afrontamos y lo verbalizamos”
Así pues, si lo he entendido bien, ¿la prevención ante el cáncer es comer de manera saludable y la meditación (o saber quién somos)?
Sí. Ya no es momento de hacer caso únicamente a los médicos, porque ahora la verdad de lo que nos va bien y lo que no la sabemos nosotros. Los médicos tenemos que escuchar a los pacientes y, luego, lo tenemos que traducir. Os pongo un ejemplo. Podemos leer todos los estudios que queramos sobre las contraindicaciones del café, pero sólo nosotros sabemos de qué manera nos sentimos después de tomar. Yo mismo tomo uno o dos al día, porque me gusta y no noto que me siente mal.
Volvamos a la alimentación. ¿Qué quiere decir una alimentación consciente para evitar el cáncer?
Quiere decir que es importante comer conscientemente. Da igual el tipo de dieta que hagamos, pero sigamos una, porque si hay conflicto, si hay enfermedad, tenemos que hacer intervención nutricional y emocional. Para abordar el conflicto emocional, primero lo tenemos que identificar y lo tenemos que desvincular del organismo. Hay que abordarlo y limpiarlo. Y ahora pongo un ejemplo de lo que digo. Unos estudios sobre unos pacientes que tenían tumor de piel revelaron que estas mismas personas habían sufrido maltrato en la infancia. Este hecho, un conflicto que no habían abordado, sumado a otras causas (en medicina nunca hay una sola) habían desembocado en cáncer de piel.
¿Qué quiere decir evitar un medio interno ácido, y evitar también los tóxicos y la inflamación?
El medio interno ácido es el que se crea si comemos mucha carne. Para evitarlo y conseguir un medio interno alcalino, hace falta una alimentación con vegetales. Los tóxicos que hay que evitar son los conservantes, los colorantes, los edulcorantes, los pesticidas. Los alimentos guardados en cámaras frigoríficas generan tóxicos. Y, por último, la inflamación que hay que evitar es la consecuencia de haber ingerido tóxicos. Nuestro cuerpo se defiende, da una respuesta a la ingesta de tóxicos, que es la inflamación.
Cuéntanos las dietas.
Comento tres. La primera es la dieta depurativa mensual Kousmine. Se trata de seguir este ritmo:
Días 1, 2 y 3: dieta de líquidos vegetales (zumos recién hechos, caldos de verduras y hortalizas e infusiones).
Días 4-10: dieta de vegetales crudos (crema Budwig, zumos, oleaginosas, fruta, etc.).
Días 11-30: platos vegetales cocinados.
Desayuno: infusión, crema Budwig.
Comida: ensalada, legumbres, cereales, pasta, patatas, verduras, etc.
Merienda: infusión, fruta.
Cena: verduras cocinadas al vapor y fruta.
Explico qué es la crema Budwig y cómo se prepara. Esta crema consta básicamente de aceite de lino y quark (requesón de elaboración especial), que se prepara siempre minutos antes de tomarla.
Para hacerla, mezclad −aunque podéis tomar más− dos cucharadas soperas de aceite de lino con una taza (250 ml) de requesón 0% graso. La mezcla se tiene que hacer bien, con bateadora eléctrica o batiendo con fuerza durante 10-15 minutos. Eso sí, la mezcla no se debe calentar después.
Una vez hecha la crema, podéis añadir fruta, la que más que os guste, y trocitos de frutos secos (la que sea menos cacahuetes). Después, se debe mezclar todo de nuevo. Incluso podéis añadir agua hasta conseguir la textura que más os plazca.
Si no encontráis aceite, comprad lino en grano. Poned cuatro o cinco cucharadas grandes en un molinillo de café y moledlo. Después, añadid el requesón y batidlo de nuevo.
La pasta se tiene que consumir en los veinte minutos posteriores a su elaboración.
La segunda es la dieta Gerson, que es alta en potasio, baja en sodio y se acompaña de un tratamiento detoxificante. La tercera es la Quinton, centrada en agua de mar.
Sea cual sea la dieta que elijamos, también hay que tener en cuenta los suplementos nutricionales (omega-3, selenio, vitamina D, antioxidantes y cúrcuma).
¿La cúrcuma?
La cúrcuma es una especia que se tiene que tomar cuando se está en pleno tratamiento de la enfermedad. Para que tenga un efecto relevante, hay que tomar 8 g diarios. Si no, también se puede tomar en nanotecnología.
¿Pero por qué es tan importante esta especia?
Porque la cúrcuma inhibe los factores de crecimiento celular.
La depuración del hígado es una prevención ante el cáncer. ¿Cómo se hace?
Para hacer depuración del hígado, hay que eliminar los alimentos ricos en grasas saturadas, es decir carne (cerdo, cordero y ternera), mantequillas, manteca de cerdo, quesos, embutidos y huevos (máximo dos a la semana, y que sean biológicos).
También hay que eliminar los alimentos ricos en conservantes y aditivos químicos, alimentos precocinados, procesados.
Eliminar los azúcares de absorción rápida. Por contrapartida, es recomendable el uso de dulcificantes naturales, como la estevia.
Incorporar también alimentos depurativos del hígado: berro, todos los miembros de la familia de la cebolla, endibias, alcachofas, espárragos, rúcula, rábanos, col, coliflor, brécol, coles de Bruselas.
Especies: cúrcuma, albahaca, hoja de laurel, cardamomo, mejorana, comino, hinojo, eneldo, jengibre, pimienta negra, rábano picante, romero, menta, melisa, la raíz de angélica y el gatuño.
Incorporar cereales de composición integral: avena, cebada, arroz integral, kamut, espelta, centeno, arroz salvaje, arroz rojo, quinoa, cuscús, mijo, maíz, trigo sarraceno.
Incorporar lino: en forma de aceite o semillas molidas (linwoods).
Y para los más preparados, también recomiendo hacer ayuno.
¿Ayuno?
Sí, saltarse una comida a la semana –una comida o una cena–, sustituyéndola por un vaso de agua (cuesta muy poco). La frugalidad que esto comporta es gratificante por sí misma.
Y para los que estén más preparados, el ayuno del profeta: comer un día sí y otro no. Cuesta más y sólo es recomendable para personas comprometidas, preparadas y dispuestas.
¿Qué otros alimentos recomiendas como preventivos y curativos?
Tres, concretamente. El primero: el guanábano; el segundo, el kalanchoe; y la estevia, que ya había mencionado, que se puede tomar en todas sus formas. Incluso un niño puede tomar con el yogur o la leche para eliminar los azúcares blancos refinados.
¿Es cierto que se han disparado los casos de cáncer?
Sí, porque comemos peor. También hay otra manera de mirar las estadísticas, que es la que yo adopto: hay más casos de enfermos de cáncer que se curan, porque en el 2012 hay el mismo número de muertos que hace muchos años.
También quiero añadir otra idea: en nuestra sociedad estamos sobrediagnosticados. Estudios recientes en los países nórdicos demuestran que los casos de cáncer de próstata iniciales no necesitan cirugía. La observación tiene los mismos efectos que un tratamiento agresivo, es decir la curación. Esto lo digo porque pienso que hay un concepto alternativo al tratamiento del cáncer a pesar de que no hay alternativa a la quimioterapia.
¿Lo resumimos todo?
Sí. El ser humano se nutre físicamente, emocionalmente y esencialmente.
La prevención física del cáncer, con respecto a la alimentación, pasa por evitar un medio ácido, los tóxicos y la inflamación.
La prevención psíquica y esencial pasa por elaborar los conflictos emocionales y priorizar nuestros valores fundamentales.
La depuración es una herramienta fundamental.
Los ácidos grasos esenciales, los antioxidantes (vitamina C) y la cúrcuma tienen un papel preeminente en la nutrición antitumoral.
El guanábano, el kalanchoe y la estevia son plantas con propiedades útiles antitumorales.
Una última pregunta, que nos hace llegar una asistente a la conferencia:
¿Qué agua tenemos que beber?
Recomiendo beber aguas de mineralización débil, o aguas del grifo que hayan pasado por un proceso de ósmosis inversa.
Entrevista realizada por Trinitat Gilbert, tgilbert@soycomocomo.es
Fuente: www.soycomocomo.es/invitado/joan-vidal-jove-cirujano-oncologo/
http://hermandadblanca.org/
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