martes, 20 de noviembre de 2018

Zanahoria, limón y miel, quita la gripe, la tos y limpia tus pulmones de la flema, prepáralo de esta forma


Resultado de imagen para Zanahoria, limón y miel, quita la gripe, la tos y limpia tus pulmones de la flema, prepáralo de esta forma

Una excelente forma de tratar la gripe y aliviar la tos con flema es tomar este jarabe casero de zanahoria con miel y limón.

La zanahoria posee propiedades expectorantes y antioxidantes que ayudan a combatir las gripes y los resfriados, especialmente disminuyendo los síntomas de tos ya que limpia las vías aéreas y calma la irritación que provoca la tos.

Vea cómo preparar:

Ingredientes

1 zanahoria rallada;
1/2 limón
2 cucharadas de azúcar;
1 cucharada de miel (incluir apenas en niños mayores de 1 año)
Método de preparación

Rallar la zanahoria o cortarla en rodajas muy finas y luego colocar en un plato, y espolvorear el azúcar. Para potenciar el efecto del remedio se debe agregar 1/2 limón exprimido y 1 cucharada de miel, sobre toda la zanahoria.

El plato debe colocarse al aire libre y dejarlo reposar durante unos minutos, cuando la zanahoria comience a eliminar su jugo natural está listo para ser consumido. Se recomienda tomar 2 cucharadas de este jarabe por día, pero debe tomarse con precaución porque contiene una gran cantidad de azúcar, siendo contraindicado para personas que tienen diabetes.
Beneficios de este jarabe de zanahoria
Los ingredientes de este jarabe de zanahoria son excelentes para:

Fortalecer el sistema inmune, por ser rico en antioxidantes y en vitamina C;
Quitar la flema de la garganta porque tiene acción expectorante;
Aliviar la tos porque limpia la garganta;
Combate la gripe, el resfriado, coriza y elimina la mucosidad nasal, de la garganta y de los pulmones.
Además de esto, este jarabe tiene un sabor agradable, siendo tolerado fácilmente por los niños.

El momento para tomar este jarabe es por la mañana y después de las comidas, porque así el índice glucémico no aumenta muy rápido, favoreciendo a la sensación de hambre. Otro cuidado importante es no dar ese jarabe con miel para niños menores de 1 año, debido al riesgo de botulismo. En ese caso, basta con retirar la miel de la receta, que también tendrá el mismo efecto.
CUALQUIER DUDA CONSULTE A SU MÉDICO.

lunes, 19 de noviembre de 2018

Seis Señales de una Persona Malagradecida y Cómo Alejarnos de Ellas

Resultado de imagen para Seis Señales de una Persona Malagradecida y Cómo Alejarnos de Ellas

Todos hemos conocido a alguna persona malagradecida en nuestras vidas. Esas personas que parecen pensar que nos pusieron en esta tierra para servirles o arreglar los líos en los que se meten.

Estas personas esperan que otros recojan cuando se levanta de la mesa o les ayuden con sus cosas, pero nunca parecen llegar al “muchas gracias por tu ayuda.”

Parte de la interacción. También nunca parecen estar contentos con la forma en que su vida es o con las personas que están en ella.

6 Señales de una persona malagradecida y cómo alejarnos de ellas
Entonces, ¿cómo evitamos convertirnos en la persona infeliz e ingrata que vemos en algunas personas? Identificando sus comportamientos y haciendo lo contrario. Aquí hay 6 comportamientos de personas malagradecidas y cómo evitarlas:

1. Una persona malagradecida siempre está en necesidad
Las personas que no están agradecidas con nada siempre necesitan algún tipo de ayuda. Ya se trate de que les ayuden con las facturas, cuidar a los niños o darles un paseo. Siempre necesitan algo de ti.
Están en un estado de emergencia perpetuo y ese suele ser uno que se crean a través de un mal juicio o propósito a fin de crear el drama que alimentan.

2. Las personas malagradecidas no tienen tiempo para ti a menos que necesiten algo
La cosa es que a menos que necesiten algo de ti, nunca oirás algo de ellos. Ellos sólo se acuerdan de tu amistad cuando están en un atasco. Nunca los oirás decir “Hey, déjame llevarte a comer” o “déjame ayudarte con eso”. Si todo va bien, entonces ya no existes en su mundo.

No llames a amigos o familiares sólo cuando necesites algo. Llega a la gente. Pregúntales si necesitan ayuda con algo o simplemente sal y toma un café con ellos y platica. Las relaciones construidas sobre la ayuda mutua son fuertes y duran toda la vida.

3. Las personas que no son agradecidas esperan que les ayudes
Pueden sentirse con derecho a tu ayuda ya sea porque son familiares o sienten que les debes algo por ser tu amigo. No son agradecidos porque sienten que han ganado tu ayuda y que sólo les estás pagando de vuelta.

Pueden haber hecho una sola cosa agradable por ti solamente a modo de sostenerla sobre tu cabeza por mucho tiempo y exprimir cada gramo de esa ocasión para hacerte sentir culpable. La familia, en vez de amigos, suele esperar que les ayudes.

No esperes que la gente te salve. Eres una persona fuerte independiente y resiliente, que significa más capaz de ayudarte a ti mismo a levantarte después de una caída. Es genial cuando la gente ayuda o viene al rescate y estar muy agradecido cuando lo hacen porque esas personas son raras de hecho, pero no te sientas en tu torre y esperes que alguien te salve. ¡Sálvate a ti mismo!

4. El mundo gira alrededor de ellos y su horario
Ah, y tienes que dejar todo lo que estás haciendo ahora mismo para venir a ayudarlos. Si se tratara de una emergencia inesperada, sólo podría ser debido a la mala y deficiente planeación de la persona malagradecida, la mala gestión del tiempo o la irresponsabilidad de su parte.

Se equivocaron (de nuevo) y esperan que vengas corriendo para salvarlos justo este mismo segundo.

Si alguien está dispuesto a ofrecer voluntariamente su tiempo para ayudarte con algo entonces lo menos que puedes hacer es trabajar tu horario alrededor del suyo o hacerlo en un tiempo en que ambos sean libres. Estar agradecidos por su ayuda significa entender que su tiempo es tan precioso para ellos como el suyo es para ti.
5. Una persona malagradecida a menudo muerde la mano que las alimenta
A pesar de toda tu ayuda, la gente ingrata se volverá contra ti. Hablarán detrás de tu espalda. Dirán que nunca los ayudas. Que hacen todo el trabajo y tú eres la esponja ingrata. A pesar de todo lo que han hecho por ellos, le dirán a sus amigos u otros miembros de la familia la persona horrible que eres con el fin de obtener más simpatía de las personas que no pueden ayudar.

Si alguien te ayuda o hace algo agradable para ti sin ninguna expectativa de recompensa, agradéceles siempre que tengas una oportunidad. A veces ser reconocido es recompensa suficiente.

6. Los malagradecidos siempre recordarán la vez que no las ayudaste
El que es malagradecido nunca te dejará olvidar que una vez no pudiste ayudarlos. No importa si fue debido a limitaciones de tiempo o la falta de fondos. Ellos mantendrán esa culpa para ti hasta el fin de los tiempos.

Si alguien no puede ayudarte ya sea por falta de recursos, conocimiento o tiempo, entonces entiende. Diles que estás agradecido de que estuvieran dispuestos a ayudar incluso si no eran capaces.



Todos necesitamos ayuda de vez en cuando y nadie debe avergonzarse de pedir o recibir ayuda. Cuando eres capaz de devolver el favor en una fecha posterior, entonces muestras agradecimiento. Si tienes personas verdaderamente especiales en tu vida que dan desinteresadamente y no piden ninguna recompensa entonces debes hacerles saber cuan agradecido estás de tenerlos en tu vida.}
www.mihogarnatura.com

jueves, 1 de noviembre de 2018

10 pasos para superar el pánico a enfermar

Imagen relacionada
Eres hipocondríaco cuando tienes una extrema preocupación y miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, todo ello a partir de que interpretas algunas sensaciones o señales físicas en tu cuerpo. Por ejemplo, los lunares, pequeñas heridas, toses, incluso los propios latidos de tu corazón, movimientos involuntarios de algún músculo, o sensaciones de carácter físico aunque estas no sean claras. Si el médico te asegura que no tienes nada, tu solamente te quedas tranquilo un rato, pero la preocupación te vuelve de nuevo pasado un tiempo corto.
Si en el anterior párrafo te sientes identificado. Te preguntaras por que te pasa. Pues bien el como interpretas de manera catastrófica tus señales corporales es el mecanismo por el que se dispara el desarrollo tu hipocondría.

El por qué se dispara ese mecanismo es complicado de determinar. Desde la psicología clínica sabemos que este problema afecta a menudo a miembros de una misma familia. Esto podría indicarnos que hay familias que son más sensibles y por lo tanto hacen una interpretación de la enfermedad en todos los ámbitos de la vida. Así en en las reuniones familiares no se habla más que de enfermedades, se comenta constantemente si se está bien o mal, se vive con muchísima angustia cualquier signo de enfermedad en alguno de los hijos, etc. Podemos decir entonces que los diferentes miembros de la familia aprenden a interpretar de esa forma catastrófica cualquier signo físico y lo relacionan con angustia, miedo o ansiedad. También se podría interpretar que existe una predisposición genética. Aunque lo verdaderamente importante no es el por qué, sino como solucionarlo.

Si eres una persona con hipocondría es muy probable que tengas un miedo desmedido a la muerte, al dolor, al sufrimiento, a la debilidad o dependencia de otros.

Si tienes miedo a la enfermedad seguro que buscaras en tu cuerpo cualquier indicio que pueda haber de dolor para evitar que llegue a más. Si aparece la más mínima señal, que para otra persona hubiera pasado inadvertida, en ti sin embargo se disparan todas las alarmas y aparecen la angustia y la ansiedad que te causan un malestar tan grande y hace que incluso el dolor se incremente. Y esto no es que exageres tus dolencias, al añadirles ansiedad y angustia se hacen realmente peores y más insoportables.

Si eres una persona que tienes pánico a enfermar, seguro que sufre mucho. Te crees enfermo y tienes sensaciones reales de angustia. Por lo que en muchas ocasiones recibes palabras de las personas de tu entorno del tipo “no tienes nada”, “todo es psicológico”. Cuando alguien te dice que es psicológico en realidad te está diciendo que todo es cuento. Aunque tu lo que sientes es totalmente real, y es todo menos cuento. Los procesos psicológicos tienen una relación en el cuerpo y el dolor, la angustia y las enfermedades psicosomáticas son completamente reales, aunque los procesos que las desencadenan sean psicológicos y no correspondan a una enfermedad física. Lo fisiológico y lo psicológico no son realidades separadas son un todo único.

Los investigadores Mathews, Gelder y Johnston proponen estas diez reglas para poder afrontar tu pánico a enfermar:

1. Recuerda que las sensaciones que experimentas en tu cuerpo cuando te agobias son las reacciones corporales normales del estrés en su forma más exagerada. Son eso y nada más. No te dejes llevar por tus pensamientos catastrofistas.

2. No son en absoluto perjudiciales ni peligrosas. Son solamente desagradables, muy desagradables, pero esto es todo. NO SUCEDERÁ NADA PEOR. PUEDES AGUANTARLO PERFECTAMENTE, tu cuerpo está preparado para experimentar estrés en millones de ocasiones. No te va a pasar nada. ERES FUERTE.

3. Deja de dar valor a los pensamientos temerosos sobre lo que está sucediendo y a donde podría conducirte. Si les das importancia aumentara el pánico. Aceptalos como lo que son, solo pensamientos.

4. Observa lo que te está sucediendo en tu cuerpo justamente ahora, no lo que temas que llegar a pasar. Centra tu atención en el “esto, aquí y ahora”

5. Espera y deja tiempo al miedo para que se pase. No luches en contra. No trates que desaparezca a toda costa. No huyas de él. Simplemente acéptalo.

6. Observa que cuando dejas de aumentar el miedo añadiendo pensamientos atemorizantes, empieza a desaparecer por sí mismo.

7. Recuerda que el objetivo es aprender a cómo afrontar el miedo sin evitarlo, por lo tanto este ataque es una oportunidad para progresar.

8. Piensa en el avance que has conseguido hasta ahora a pesar de todas las dificultades. Piensa en lo satisfecho que estarás cuando lo consigas esta vez.

9. Cuando comiences a sentirte algo mejor, mira a tu alrededor y empieza a planear que vas a hacer después.

10. Cuando este dispuesto a continuar con lo que estabas haciendo o a donde ibas, comienza de forma relajada y tranquila, no hay necesidad de esfuerzo ni de prisas. Felicitaté por el avance conseguido. Después habrá tiempo de que analices que es lo que más te ha ayudado para tenerlo muy claro y poderlo utilizar con facilidad en la próxima ocasión.

Es conveniente que trabajes con la seguridad de que si sigues enfrentándote así al miedo lo superaras, con el tiempo, seguro. Con ello volverás a recuperar el control de tu vida, y no dejar de hacer nada que realmente te apetezca.

Cualquier actividad o situación que evites para no tener miedo, es lo que lo va a hacer en que se convierta en algo crónico. Si continuas evitando siempre el miedo estará al acecho y no te librarás por completo de él. Por ello mucho ánimo. Tienes motivos para enfrentar, y no ganas, eso es la motivación. No es fácil, pero no es imposible.

Centra tu atención en lo que quieres y seguro lo conseguirás.
Miguel A. Rizaldos Lamoca
Psicólogo Clínico
www.rizaldos.com