viernes, 16 de noviembre de 2012

SOMOS LO QUE PENSAMOS


El Dhammapada, uno de los textos budistas más influyentes, inicia de esta manera: «Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge de nuestros pensamientos». Estas palabras se le atribuyen a Buda y se remontan a unos 2500 años, tiempo tambié
n que ha tardado la ciencia occidental en reconocer el poder de la mente sobre el cuerpo. Pero parece que por fin, a la luz de la evidencia, el pensamiento científico acepta que el pensamiento —sin reconocer del todo algo como la “energía psíquica”— es fundamental al moldear los estados físicos que experimentamos.
Una de las publicaciones de divulgación científica más importantes del mundo, la revista New Scientist, dedica una reciente edición al poder de la autosanación. Como bien dice la editora Jo Marchant, ya no se necesita ser hippie para creer en el poder de la mente, ahora la ciencia, apoyada en investigaciones rigurosas, puede constatar que la mente es clave en la salud y que probablemente sea el “ingrediente activo” más importante de toda la medicina.
Diferentes estudios en torno al placebo, la hipnosis, la meditación, el pensamiento positivo, la confianza y la intención (entre otros que analizaremos más adelante), muestran que la mentalización ejerce una influencia significativa en determinar el estado de salud de una persona. Esto funciona en ambas direcciones: personas que muestran un alto grado de fe, confianza en sí mismas (o en los placebos), que meditan, visualizan o hacen algún tipo de proyección mental, responden reiteradamente mejor a los tratamientos, se enferman menos y tienen un mayor calidad de vida. Personas sometidas al estrés, que exhiben poca confianza —interés e intención—, que pueden ser calificadas como pesimistas y que en suma no utilizan su mente como herramienta para transformar su cuerpo, por el contrario, tienden a enfermarse más y a responder con menor efectividad a todo tipo de tratamientos.
Tal vez podría parecer una simplificación de la vida y de situaciones tan complejas como pueden ser algunas enfermedades, pero de manera profunda nuestros estados mentales se convierten en nuestro estados físicos y, de alguna forma que se nos escapa en la cotidianidad, la mayoría de nuestras enfermedades son el resultado de procesos psíquicos. Aunque la ciencia occidental contemporánea no ha formulado aún una concepción totalmente integral de la salud, en la que ninguna enfermedad esté desligada de un proceso de mente-cuerpo, es probable que avance hacia allá, curiosamente una evolución que es un regreso a las premisas de la medicina y de la filosofía de culturas tradicionales (generalmente consideradas como primitivas por la ciencia moderna): un entendimiento holístico de la naturaleza.
En este sentido, además de explorar diversas técnicas de mentalización para sanar, habría que reflexionar sobre aquellos pensamientos y patrones mentales que nos han llevado a enfermar, muchos de ellos se ocultarán en nuestro inconsciente y querremos evitar enfrentarlos, pero en el proceso de detectarlos y observarlos estaremos iniciando un viaje vital de autoconocimiento en el que cada uno de nosotros puede convertirse en su propio chamán —verdaderamente en el único médico que puede hacer sanar desde la raíz. Hasta que no hagamos consciente nuestro inconsciente, como enfatizó Carl Jung, estaremos predispuestos ante serie de contingencias que permanentemente amenazan con tomar control de nuestro cuerpo y de la dirección que lleva nuestra vida. (Hacer consciente lo inconsciente también permite que se conozca cómo funciona la mente —al ver las causas y los efectos de manera transparente— y de esta forma evita que tengamos que ser hipócritas o impostores pensando positivo buscando una especie de efecto mágico desconocido y llenando el mundo de sonrisas falsas programadas).
Cada pensamiento, cada actividad mental que realizas, es una semilla de lo que serás. No es necesario invocar a la magia para entender esto, sino a la más pura causalidad, a una minuciosa concatenación de eventos y situaciones mentales que van, de la misma forma que el ejercicio físico, moldeando nuestra anatomía psíquica, la cual ejerce potestad sobre nuestro cuerpo. Como suele decirse en el yoga: “el cuerpo no es sólido, solo la mente”. En la medida en la que seamos capaces, a través de la disciplina, de generar estados mentales suficientemente flexibles, podremos seguramente superar los escollos del cuerpo y de ese supuesto determinismo inexorable que presenta la genética.

New Scientist: Heal Thyself

NO PRE-OCUPARSE



La mente humana suele tender a anticipar desgracias. Y sucede que cuando sufrimos antes de lo necesario, sufrimos más de lo necesario. Las estadísticas afirman que el 90 por 100 de nuestros sufrimientos está causado por cos
as anticipatorias que no han sucedido ni van a suceder. Si uno observa su mente, comprobará que funciona de manera fugaz e inquieta. Se mueve yendo y viniendo entre el pasado y el futuro, y discurre rápida entre los polos de la antelación y la memoria. Pero tal función no tiene por qué conllevar la anticipación sufridora que, a menudo, tortura a muchas personas.

La mente cuida de nuestro cuerpo, revisando velozmente registros pasados, a la vez que los proyecta en sucesos por venir. Una función que, aunque nos protege de peligros y previene riesgos, puede generar pensamientos infundados acerca de desgracias venideras. No tenemos más que el presente. El estado de pre-ocupación es estéril, ya que lo apropiado es ocuparse, no pre-ocuparse, que es lo mismo que ocuparse antes de tiempo. Recordemos que somos más felices y eficaces creando soluciones que dando vueltas en torno a los problemas. Mientras tanto, ¿qué mejor que abrir el corazón a la esperanza?

Una mente que procesa el problema, que se acerca una y otra vez a éste y no crea soluciones, es una mente incompetente e incompleta. Una mente sana observa el problema y, rápidamente, lo suelta para reorientarse de inmediato hacia el vislumbre de las soluciones que correspondan. El miedo y la tensión tan sólo cumplen su verdadera misión cuando movilizan la inteligencia hacia la acción que convenga. Mantengamos la atención para no “engancharnos” al problema, ya que una vez “visto” éste, donde realmente tenemos que poner nuestra visión es en las soluciones certeras. No miremos tanto al veneno como al antídoto. Y si al principio éste no se ve, tal ausencia no quiere decir nada. Por el mero hecho de “mirar” dicho espacio, los remedios y soluciones aparecerán progresivamente en la consciencia. Aquello en lo que uno enfoca su atención tiende a crecer, se trate tanto de soluciones como de problemas.

Cuando se quiere ayudar a una persona cuya mente se siente amenazada por problemas venideros, lo mejor que puede haberse es ayudar a dicha mente a que se torne clara y confiada. De esta forma, estará más capacitada para enfrentar las pruebas que se avecinen con ecuanimidad y eficacia.

Entonces, ¿qué mejor apuesta que fomentar los recursos del ahora? Sin duda, el sentimiento de confianza es la mejor opción de nuestra mente y es el gran rasgo de inteligencia del alma. La confianza es complicidad y comunión con una sintonía más amplia. La confianza es sintonía con ese Poder tan grande que mueve los átomos y las galaxias. Vivir en la confianza es sentir que, llegado el momento de las encrucijadas, uno sabrá hallar las claves y decidirá lo que entonces haga más falta. La confianza es saber que el tiempo va a favor y que, cada día, nuestra mente es más competente y sabia. Y de la misma forma que el Universo se expande a velocidades infinitas, nosotros también nos abrimos a lo que, en realidad, somos: observadores del gran regalo de la consciencia.

Recordemos que al final todo se arregla y que, en realidad, nunca pasa nada. Además, si uno reflexiona, termina por reconocer que el dolor y las pérdidas pasadas abrieron nuevas avenidas internas por las que se expandió la consciencia. El dolor que tuvimos que soportar, acompañado de pérdidas, vació nuestro ego y “pincho” ilusiones que nos esclavizaban. Más tarde, cuando las burbujas se desvanecen, sentimos mayor ligereza y vibramos en la sintonía del alma.

José Mª. Doria
Inteligencia del Alma

Plantas medicinales para que enfermedad es y cómo se usan




1. EUCALIPTO- se usan con fines terapéuticos. Tanto la decocción de las hojas como el aceite esencial son febrífugos y expulsan parásitos intestinales. Son cicatrizantes de her
idas y enfermedades de la piel como eczemas en uso externo.
2. ALBAHACA- es eficaz contra el dolor de estómago, la falta de apetito y el estreñimiento
3. ARTEMISA- Tiene la facultad de provocar y regular la menstruación en caso de periodos irregulares
4. MEJORANA- es muy adecuada para problemas del aparato digestivo, abre el apetito y es indicada contra la anorexia

5. MENTA_ para el aparato digestivo y para aliviar los dolores menstruales
6. ORÉGANO- contribuye al buen funcionamiento de la vesícula biliar y el hígado
7. ROMERO- Influye positivamente en los trastornos gastrointestinales, dolencias renales, reuma, gota, agotamiento nervioso y ayuda a fortalecer a los convalecientes.
8. SALVIA- ayuda a que se haga bien la digestión y, tomándola en infusión, es un buen medio para combatir la sudoración excesiva, usándose, además, para enjuagues buco-faríngeos. Tiene efectos sedantes y desinfectantes
9. TOMILLO- Sirve para aliviar las alteraciones gástricas o intestinales y forma parte de muchos elixires, jugos y gotas contra la tos.
10. AJO- Regula tas funciones glandulares y normaliza las secreciones de humores digestivos y del metabolismo en general.

11. NABO- Anticatarral, anti inflamatorio. El caldo de este tubérculo se beba como pectoral y calmante, contra las enfermedades inflamatorias del pecho, la tos, bronquitis, asma e irritaciones de las vías urinarias.
12. ANIS- La semilla de anís posee propiedades estomacales, estimulantes, anti inflamantes y digestivas, expulsa los gases del estómago y de los intestinos, calma los dolores de cabeza. El aceite de anís sirve para matar los piojos de la cabeza de los niños.
13. ACHICORIA- Sus hojas se comen crudas en ensaladas, es refrescante digestiva, aperitiva y tónica; depura la sangre y los riñones es muy útil a las personas de temperamento bilioso e histéricas.
14. ACELGA- Es diurética, y vulneraria. Depuran la sangre y mineralizan nuestro cuerpo. Se comen cocidas o tomar caldo de su cocimiento en pequeña cantidad, son refrescantes y emolientes (ablanda tumores y abscesos) es muy útil contra las enfermedades de los riñones, vejiga: hígado y artritismo.
15. CANCHALAGUA- Estomática, depurativa, sudorífica y febrífuga. Refrescante de la sangre. Como depurativo, es útil contra la afecciones reumáticas, del hígado ictericia, eczemas y enfermedades de la piel, es aperitiva, estomacal, mata las lombrices, calma los nervios y las palpitaciones del corazón, combate las fiebres inflamatorias, la epilepsia, la pleuresía, afección reumática y en el primer periodo de la pulmonía

COMO ACTÚA EL REIKI CONTRA LA DEPRESIÓN


Corto Plazo: Efecto paliativo. Alivia los síntomas de la depresión, el cansancio, el estrés, etc. Además, sube los niveles energéticos del paciente. Este efecto se suele notar a partir de la primera sesión.
Medio Plazo: Eliminación de la enfermedad. Trabaja sobre la enfermedad en sí, mediante varias sesiones que pueden variar desde 4 sesiones hasta varios meses, dependiendo de la gravedad de la depresión.
Largo Plazo: Sanación de la c
ausa. Consideramos que las enfermedades tienen un origen emocional o de desequilibrio del ser. La experiencia demuestra que para una solución definitiva se debe investigar el origen de dicha enfermedad para evitar que vuelva a ocurrir.
A corto plazo, Reiki “recarga las pilas” del paciente y como tratamiento inicial de emergencia es sumamente eficaz. Esto es debido a que una depresión suele tener como resultado una bajada de los niveles energéticos de la persona.
Una persona deprimida se siente cansada, baja en energías, sin ganas de afrontar el mundo. Reiki canaliza la energía que nos rodea hacia el paciente, aumentando su fuerza personal y sus ganas de vivir y seguir luchando. Al mismo tiempo nos equilibra, permitiéndonos visualizar nuestros problemas en un marco más realista.
A largo plazo, Reiki empieza a trabajar con la causa del problema y no sólo los síntomas. Aún cuando la causa parece estar fuera de nuestro control (un problema laboral, por ejemplo). Reiki nos ayuda a cambiar nuestra actitud hacia esa causa.
Desde el punto de vista de Reiki, una depresión no es causada por un problema, sino nuestra actitud frente a ello o nuestra manera de verlo. Lo curioso es que en muchas ocasiones, cuando cambia nuestra actitud, el problema en sí desaparece, aún siendo “externo”. Cuando aprendes Reiki, cambia tu actitud hacia la vida y curiosamente, los problemas externos parecen desaparecer también.

El mejor antibiótico.Preparado de ajos.




Ingredientes:
150 g de ajos frescos
Vinagre de manzana
Agua mineral
2 cucharadas soperas de orujo
150 g de miel
Preparación:
Les quitamos la piel a los ajos y los picamos. A continuación, los echamos en un recipiente de boca ancha. Vertemos entonces el vinagre de manzana y el agua mineral a partes iguales hasta que cubran los ajos. Acto seguido, agregamos el orujo y la miel cerramos herméticamente el bote.
Lo dejaremos macerando en un lugar fresco y oscuro durante 9 días, removiéndolo cada jornada. Pasado ese tiempo, sólo quedará filtrar el líquido a través de un paño de muselina o lino y agitarlo bien.
Uso:
Tomar una cucharada sopera antes de comer y otra antes de cenar.
Lo almacenaremos en lugares frescos y dentro de recipientes herméticos.
Fuente: Saiku

DIEZ PASOS PARA MEJORAR LA AUTOESTIMA



1. Deja de criticarte

Si te dices a ti mismo que, pase lo que pase, estás bien y vales, puedes cambiar con facilidad tu vida. Pero, si te dices que estás mal, te resultará enormemente difícil lograrlo
. Tu capacidad para adaptarte y avanzar con el proceso de la vida es tu poder. Acéptate tal y como eres ahora.

2. Deja de asustarte

Muchos de nosotros nos llenamos de miedo con pensamientos aterradores, logrando con ellos hacer las situaciones peores de lo que son. Tomamos un pequeño problema y lo transformamos en un monstruo gigantesco. Deja de asustarte con tus propios pensamientos. Transforma tu pensamiento en una imagen de placer.

3. Sé amable, cariñoso y paciente contigo mismo

Sé delicado y amable contigo mismo. Ten paciencia mientras aprendes nuevas formas de pensar y cambias viejos hábitos de conducta. Trátate como si fueras alguien a quien realmente quieres. No te castigues por los errores. Si estás dispuesto a utilizarlos para aprender y crecer, entonces te servirán como un peldaño hacia la realización total en tu vida.

4. Aprende a ser cariñoso con tu mente

No te odies por tener pensamientos negativos. Puedes considerar que estos pensamientos te “construyen”, y no que te “derriban”. Ser cariñosos contigo mismo quiere decir dejar de culparte, dejar de sentirte culpable, acabar con todo castigo y con todo dolor. Utiliza la relajación, la meditación y la visualización.

5. Elógiate

La crítica deprime al espíritu; el elogio lo levanta. Reconoce tu Poder. Cuando te desprecias, desprecias al Poder que te ha creado. Elógiate todo lo que puedas. Reconoce lo que estás haciendo bien en cada pequeña cosa. Permítete aceptar lo bueno, tanto si crees que te lo mereces como si no.

6. Amarte significa apoyarte

Acude a tus amigos y permíteles que te echen una mano. En realidad, es una muestra de fortaleza pedir ayuda cuando se la necesita. En lugar de intentar hacerlo todo solo, pide ayuda. Aprende a pedir, para que los demás puedan aprender a dar.

7. Ama tus rasgos negativos.

Todos ellos forman parte de tu creación. Sea cual sea el problema que tengas, tú contribuiste a crearlo con el fin de manejar ciertas situaciones. Sean cuales fueren tus pautas negativas, puedes aprender a satisfacer esas necesidades de forma más positiva. Puedes dejar marchar con amor esos patrones negativos.

8. Cuida tu cuerpo

Considera tu cuerpo una maravillosa casa en la que vives durante un tiempo. Amas y cuidas tu casa. Así pues, vigila lo que metes dentro de tu cuerpo. Es bueno hacer ejercicio y adoptar una actitud mental positiva hacia el tipo de ejercicio que realizas. Es necesario que te perdones y dejes de introducir rabia y rencor en el cuerpo.

9. Trabaja con el espejo

Es importante trabajar con el espejo para descubrir la causa de un problema que te impide amarte. Por la mañana, te puedes mirar en el espejo y decirte: “Te amo. ¿Qué puedo hacer por ti hoy? ¿Cómo puedo hacerte feliz?”. Escucha tu voz interior y actúa en consecuencia. Mira a menudo al interior de tus ojos. Expresa tu creciente sentimiento de amor hacia ti mismo mirándote en el espejo

10. Ámate ya, ahora mismo

Si logras sentirte satisfecho contigo mismo ahora, si puedes amarte y aprobarte ahora, entonces serás capaz de disfrutar de lo bueno cuando venga. Una vez que aprendas a amarte a ti mismo, comenzarás a amar y a aceptar a los demás. No esperes a que las cosas te vayan mejor, te encuentres bien, tengas pareja o trabajo. Empieza ahora y hazlo lo mejor que puedas.

Fuente: Mansajes Para su Esencia

REFLEXIÓN DEL DÍA


Yo me merezco todo lo bueno, no algo, un poquito, sino todo lo bueno.

Ahora disuelvo cualquier pensamiento negativo o restrictivo. Me libero y disuelvo todas las limitaciones del pasado. No me ata ningún miedo ni limitación de la sociedad en la que vivo. Ya no me identifico con ningún tipo de limitación.
En mi mente tengo libertad absoluta.
Ahora entro a un nuevo espacio en la conciencia, en donde me veo de forma diferente. Estoy creando nuevos pensamientos acerca de mi ser y de mi vida. Mi nueva forma de pensar se convierte en nuevas experiencias.

Ahora sé y afirmo que formo una unidad con el Próspero Poder del Universo. Y por lo tanto recibo multitud de bienes. La totalidad de las posibilidades está ante mi.
Merezco la vida, una vida buena.
Merezco el amor, abundante amor.
Merezco la salud.
Merezco vivir cómodamente y prosperar.
Merezco la alegría y la felicidad.
Merezco la libertad, la libertad de ser todo lo que puedo ser.
Merezco muchas cosas más que todo eso: merezco todo lo bueno.
El Universo está más que dispuesto a manifestar mis nuevas creencias y yo acepto la abundancia de esta vida con alegría, placer y gratitud. Porque me lo merezco, lo acepto y sé que es verdad.