Como siempre, la preparación es necesaria y si lleva más tiempo de lo que pensamos en un principio, esto no tiene importancia dado que de una correcta preparación depende del resultado del ejercicio que vamos a realizar.
Lo primero que hay que hacer entonces, es CENTRARSE, y lograremos realizar ésta práctica de respiración de manera natural.
Nos sentamos en el suelo con las piernas cruzadas.
Respiramos con tranquilidad imaginando que el aire ingresa por nuestra nariz, se dirige hacia la zona ubicada entre el ombligo y los genitales (HARA) y luego, en un recorrido inverso, sale a través de nuestra boca con un soplido suave.
Colocamos nuestra mano derecha sobre el muslo izquierdo.
Luego, tomamos la muñeca derecha con los dedos indice y pulgar de la mano izquierda.
INSPIRAMOS
Apoyamos ambas manos en el muslo, al mismo tiempo que giramos el tronco y la cabeza hacia la derecha.
Apoyamos la mano izquierda sobre el muslo derecho.
Luego, tomamos la muñeca izquierda con los dedos índice y pulgar de la mano derecha.
INSPIRAMOS
Retenemos el aire por un instante, mientras apoyamos ambas manos en el muslo, al mismo tiempo que giramos el tronco y la cabeza hacia la izquierda, mientras exhalamos.
Realizamos este ejercicio tres veces hacia cada lado.
CADA VEZ QUE VOLVEMOS AL CENTRO, INSPIRAMOS
CUANDO GIRAMOS COMPLETAMENTE EL TRONCO Y LA CABEZA, EXHALAMOS
Nos relajamos y respiramos con tranquilidad. Mantenemos la sensación y recordamos que la ansiedad recurrente afecta la energía de los órganos correspondientes al elemento Tierra como el estómago.La energía aumenta o disminuye en esa zona, impidiendo una digestión correcta.}
Este ejercicio también beneficia las articulaciones del hombro y de los codos.
Es recomendable para los que se sienten agobiados por el trabajo y las responsabilidades.
Finalizamos con los ojos cerrados, inspirando profundamente, imaginando que el aire se dirige hacia la zona del (hara).
Martin Nancy
Osteópata
Terapeuta Holística
