El abedul es una planta medicinal que pertenece a la familia Betulaceae y recibe el nombre binomial de Betula L. El significado de su nombre es “blanco”, denominación que le viene dada por el color blancuzco de su corteza. Existen tres subespecies de abedul (pendula, pubescens y lenta) con propiedades muy similares. Su distribución abarca gran parte del hemisferio norte del planeta (especialmente en el continente europeo, aunque también está presente en Norteamérica y en la zona norte del continente africano).
El árbol de abedul puede alcanzar alturas de entre 10 y 30 metros, lo que depende siempre de la especie. Posee hojas simples de entre 4 y 6 cm y ramas muy flexibles. Las flores del abedul son de color amarillo o verde con superficie ligeramente granulada. Para su crecimiento requiere de zonas con clima soleado, suelos ácidos y muy húmedos.
Esta planta medicinal posee numerosos usos que van más allá de las posibles aplicaciones terapéuticas. Es así como el abedul es muy valorado para ahuyentar moscas e insectos, como ingrediente de colorantes y pomadas, y en la preparación de medicamentos y lubricantes.
Entre los componentes químicos del abedul se cuentan diferentes ácidos, flavonoides, resinas, taninos, saponinas, betulina y salicilato de metilo. Los usos medicinales del abedul abarcan una amplia variedad de enfermedades. Esta planta es utilizada en casos de obesidad, retención de líquidos, artritis, ácido úrico, hipertensión, colesterol, cistitis y diarrea. También puede ser aplicado de forma externa en heridas abiertas, anginas, aftas, dolores reumáticos, caída del cabello y mal olor en los pies. Para hacer una infusión de abedul se utiliza una cucharadita de hojas de esta planta por cada taza de agua. Llevar a hervor la preparación, dejar infusionar y colar. Beber tres tazas al día.