jueves, 23 de octubre de 2014

Dulce de leche crudivegano




Cuantas veces consumimos productos industrializados, refinados, procesados, con gustos y sabores falsos, carentes de energía y de nutrientes?
Somos autores y actores de la selección de alimentos que incorporamos día a día a nuestro organismo.  Pensemos entonces que cada uno de ellos va a formar parte de nuestro propio ser, físico-orgánico-emocional y espiritual.

Hoy te invito a abrir las puertas de mi alacena y compartir juntos un viaje por los frascos de almendras, por los potes de dátiles, acercándonos a tazones de ciruelas y arribando a buen puerto, transportados por el airecillo dulzón que suelta la aromática vainilla.


Dulce de leche crudivegano

Ingredientes

Dátiles, 20
Damascos (orejones), 3
Agua de coco, cantidad necesaria (hasta lograr cremosidad)
Extracto de vainilla natural, 1 cucharada
Sal marina, 1 pizca
Agua, necesaria para hidratar

Preparación

Lavar los dátiles y los damascos.  Remojarlos en agua tibia hasta que estén tiernos.
Colocar los frutos hidratados en la licuadora junto a la vainilla, la sal y el agua de coco hasta lograr una textura cremosa.  El agua de coco agregarla de a poco.
Conservar el delicioso dulce en la heladera, dentro de un frasco de vidrio, por 5 días.


Preparación para el agua o leche de coco
Ingredientes

Coco rallado, 50 gramos
Agua, 500 ml

Preparación

En un bol, hidratar el coco en agua, sólo hasta cubrirlo.  Preferentemente dejarlo toda la noche dentro de la heladera.
Si no lo pudiste hidratar durante ese lapso de tiempo, hidratarlo con agua caliente por media hora.
Luego licuaremos el coco con el agua, agregando muy de a poco el líquido, hasta conseguir una preparación blanquecina.
Colar en colador de malla fina o tela.  Aproximadamente saldrán 2 vasos de agua de coco.
La bebida no utilizada se puede guardar en heladera y endulzarla a la hora de beberla.
Reservar el remanente de coco que ha quedado luego de haber sido colado y emplearlo para realizar trufas, galletitas, et.
Para realizar una bebida más intensa en sabor, bajar la cantidad que se utilizará.

* Publicado en la  Revista Urbana

Cómo limpiar su casa de malas energías


Ya sea por ritual o por necesidad, siempre es buena idea limpiar su vivienda y purificarla de energías negativas. Las ‘malas energías’ pueden provenir de visitas, ataques psíquicos, objetos nuevos o usados, energías que entran pegadas a usted, o influencias del ambiente.

Es por esto aconsejable realizar rituales de purificación al menos una vez al mes, y especialmente durante momentos de su vida que sienta que las cosas no marchan tan bien como quisiera o necesita protección.

Estas son las formas más fáciles y efectivas de mantener su hogar libre de energías negativas

No acumule cosas. La energía tiene que fluir libremente y acumular demasiadas cosas, sobre todo que nunca se usan o mueven, interfiere. Asegúrese que no tiene cosas amontonadas debajo de la cama y cerca de las entradas de su hogar. Deshágase de ropa, zapatos y objetos que ya no utilice, y sobre todo bote papeles que ya no necesite. Asegúrse de organizar su casa frecuentemente.

Limpie. Al igual que acumular cosas, acumular polvo también interfiere con la energía y hace que ésta se estanque produciendo corrientes negativas. La limpieza física de un hogar es tan importante como la limpieza energética. Asegúrese que limpia el polvo en ventiladores, ventanas y debajo de los muebles. Un toque efectivo también es agregar un poco de agua de canela en el agua que usa para limpiar sus pisos. La canela no sólo deja un olor exquisito sino que también ayuda a ahuyentar la energía negativa.

Aire fresco. Al menos una vez a la semana, abra todas las ventanas si es posible y deje que el aire fresco entre libremente. Cuando usamos aire acondicionado o calefacción, el aire se vuelve denso y cargado. Al abrir las ventanas, y si es posible prender los ventiladores, ayudamos a que la energía de la tierra fluya libremente por nuestra casa y la limpie de energías nocivas, mientras que refresca el ambiente.

Saque colchones. Cada vez que le sea posible, saque sus colchones al aire libre o al menos déjelos al lado de una ventana abierta. Además voltéelos periódicamente y páseles humo de incienso. Purifique lo prestado o usado. Si usted compra en tiendas de segunda mano o antigüedades, o ha heredado muebles u objetos, purifique cada elemento. Los objetos usualmente absorben y conservan la energía del ambiente y las personas, y para evitar traer energías ajenas dentro de su casa, debe limpiar estos objetos con incienso y agua de sal de mar.

Deje entrar la luz. Muchas veces por el clima o por preferencia, las cortinas de nuestra casa permanecen cerradas, lo cual no es muy buena idea. El sol es un purificador natural de energías negativas. Abra las cortinas y deje que la luz y los rayos del sol inunden su hogar!

Use lámparas y ventiladores. Especialmente en lugares oscuros y pequeños, ubique lámparas en las esquinas para generar un cambio de energía. Idealmente, usted quiere lámparas que proyecten la luz hacia el techo, y ventiladores de techo (o de piso que soplen de una esquina hacia la puerta del cuarto).

Música de relajación. Música clásica o diseñada específicamente para tratamientos Reiki, tienen una vibración alta que afecta la energía del ambiente. Ya sea mientras usted está en la casa relajándose o cuando sale, ponga música de esta clase con alto volumen y deje que purifique su hogar.

Rituales de purificación. Como medida preventiva o de intervención, realice rituales de purificación periódicamente.

Limpie sus chakras. Porque muchas veces nosotros traemos energías pegadas a nosotros a nuestro hogar, o tenemos personas con energía negativa a nuestro alrededor, es importante también purificarnos. Use baños de sal de mar para mantenerse libre de malas energías.

http://nuevaera.about.com/

AUTOEXPLORACIÓN DE MAMAS, UN SEGURO DE SALUD


Debería formar parte obligada de la medicina preventiva, de toda esa serie de gestos que ayudan de forma sencilla pero efectiva a detectar posibles problemas e intentar solucionarlos cuanto antes. La exploración periódica de las mamas es una práctica que todas las mujeres deben realizar desde el momento en el que su desarrollo es ya completo. Más o menos, a partir de los 18-20 años. Todos los meses, sin excepción, hay que dedicar unos minutos a palpar concienzudamente ambos pechos y a observar si se ha producido algún cambio en su fisonomía y volumen. La técnica es sencilla, pero requiere de un pequeño aprendizaje. Cuando, en el transcurso de la misma, se observa alguna variación o se note la presencia de algún bultito, hay que acudir al ginecólogo. En todo caso nada de alarmas: por debajo de los treinta años es muy poco habitual que haya patologías mamarias importantes o con consecuencias preocupantes.

El estudio de tus mamas debe continuar de la siguiente manera:

1.- Frente al espejo, eleva los brazos hasta que queden en paralelo a ambos lados de la cabeza. Observa si hay diferencias entre los dos senos o en las axilas. Luego con las manos unidas por encima de las mamas, fíjate si hay alguna alteración.

2.- Sube los brazos y coloca el cuerpo de lado frente al espejo. Comprueba que el perfil de tus senos no muestra anomalías. Acto seguido y de nuevo de frente, examina el aspecto del pezón y de la aréola.

3.- Tumbada boca arriba, con una almohada bajo tus hombros, pon el brazo correspondiente debajo de la cabeza, sin que resulte una postura forzada. Relajada, realiza una minuciosa palpación de la mama de ese lado con la mano contraria.

4.- En la misma posición, examina el estado de las axilas palpándolas con la punta de los dedos. Repite ambas operaciones con el otro lado. También boca arriba, coloca un espejo delante de las mamas y comprueba que el surco inferior de ambas presenta diferencias.

Recuerde que es importante analizar los cambios de tamaño del pezón, lesiones, supuración, poca firmeza al masajearlo con suavidad, la forma, el volumen y el color de la aréola.

REFLEXIÓN DEL DÍA



Deja de preocuparte tanto. Preocuparte no te liberará de las cargas de mañana, sino que te alejará de la alegría que tiene el día de hoy. Una forma de comprobar si hay algo sobre lo que vale la pena reflexionar es hacerte la siguiente pregunta: "¿Este asunto importará dentro de un año? ¿Tres años? ¿Cinco años?". Si no, entonces no vale la pena preocuparse.

Walter Riso