Una frase budista que resume una reflexión un poco más compleja sobre la forma en que respondemos a los obstáculos que se nos cruzan en el camino.
Yo creo que los problemas en realidad no existen, simplemente las cosas suceden. Uno cataloga como problema algo que de alguna manera representa una dificultad que le impide conseguir algo.
Existen personas que buscan rodea
rse de problemas y situaciones conflictivas porque de esa forma se convierten en víctimas que exigen la atención y lástima de las demás personas.
Pero la verdad es que tarde o temprano estas personas terminan desgastando al resto al punto de alejarlos de su vida.
Pero para aquellos que sufran los problemas como si fueran castigos del cielo les digo que lo que "lo que sucede conviene" porque siempre aprendemos algo superando nuestros problemas, sobre todo aprendiendo de las situaciones problemáticas, entendiéndolas y analizándolas podemos llegar a conocernos nosotros mismos y hasta descubrir que muchas veces las causas de nuestros problemas somos nosotros mismos que sin darnos cuenta repetimos conductas que nos devuelven siempre el mismo resultado negativo.
Es importante recordar que desde que nacemos cometemos errores, ya que el aprendizaje no es otra cosa que una constante prueba y error: cuando aprendemos a caminar, nos caemos, sentimos dolor, lloramos, pero afortunadamente lo volvemos a intentar porque la mente de una criatura no conoce el significado de la palabra frustración.
Durante toda nuestra vida nos seguimos cayendo y lastimando y sintiendo dolor cada vez que debemos aprender algo en la vida, por eso se dice que del dolor se aprende. Los problemas no son mas que caídas y obstáculos que se nos atraviesan en nuestro camino (la mayoría de las veces son obstáculos mentales: inseguridad, miedo, vergüenza) y que debemos simplemente sortear de alguna forma y entender que si se nos puso ese obstáculo en el camino seguramente debe existir alguna razón, quizás existe algo que es conveniente que aprendamos porque "LO QUE SUCEDE, CONVIENE".