Podemos practicar este ejercicio con cualquier persona, una ex pareja, un familiar, una amistad. Se trata de mejorar la relación con esa persona y no quedarnos estancados en el pasado. No se trata de acabar con el amor, se trata de alejarnos de viejas historias y sentimientos negativos inútiles consiguiendo así una nueva libertad de movimientos para el verdadero amor y para encontrarnos libres de cargas aquí y ahora.
Puede ser que vivamos una situación en la que nos veamos involuntariamente vinculados al mundo
emocional de otra persona o nos hayamos implicado en él sin quererlo. Puede que sigamos sin poder quitarnos de la cabeza a alguien a quien hemos amado o que todavía amamos pero no somos correspondidos. Este ejercicio puede cambiar de forma inmediata los efectos de nuestro magnetismo y la relación con los demás. Tomémonos unos minutos para estar totalmente relajados y hacer lo siguiente:
Cerremos los ojos. Sencillamente hay que notar que estamos sentados y respiramos. Imaginémonos a esa otra persona. Imaginémonos que todo lo que nos une se pudiera cambiar con una especie de cable luminoso. Este es el canal ¿lo vemos? Ahora imaginemos que tenemos unas tijeras grandes e invisibles con las que cortamos en nuestra imaginación el cable. A veces es necesario cortar varias veces. Ahora volvamos a sentirlo: ¿sentimos algo diferente? Aunque no sea así, continuemos.
Quizás ahora nos demos cuenta de que una parte del cable luminoso que hemos cortado ha quedado colgando de nosotros. También puede suceder que en el lugar de contacto (quizás en nuestro corazón o en el vientre) todavía siga pegada una especie de nube o un nudo espeso. Simplemente deshagámonos de esto diciendo en voz alta: “Deseo cortar definitivamente este cordón y ser libre para seguir adelante, para avanzar y no seguir estancado”. A continuación, no hagamos nada más, solamente hay que esperar y, entonces, sencillamente volveremos a ver qué sucede y cómo nos sentimos.
Fuente: Los secretos del magnetismo del corazón