jueves, 7 de enero de 2016

Hay mucha gente que confunde el reiki con un poder omnipresente y piensan que el reiki lo puede todo.




Hay mucha gente que confunde el reiki con un poder omnipresente y piensan que el reiki lo puede todo. 
No nos equivoquemos y pongamos las cosas en su sitio, el Reiki no es ninguna religión.
Reiki es una energía preventiva y curativa que ayuda en las terapias de desintoxicación, reduce los efectos secundarios de todo tipo de tratamientos, incluyendo la quimioterapia, por ejemplo, acelera los tiempos de recuperación y mejora el estado general de personas sanas o enfermas, ya que equilibra las energías, libera las emociones, desarrolla la conciencia, aumenta la creatividad y eleva la energía vital y sobre todo ayuda al crecimiento personal.
Pero el reiki no hace que nadie encuentre trabajo ni que nadie deje la droga ( si este no lo desea)ya que el reiki se basa principalmente en la aceptación y el deseo de la persona para sanase y recibir la energía reiki.
Nunca se puede interferir en el deseo de esa persona y aunque queramos enviarle reiki a un hijo nuestro para ayudarle si él no quiere que le ayudemos, su yo superior no lo aceptará porque actúa como si tu quisieras darle un abrazo a ese hijo y este retira tus brazos porque no quiere que le abraces y se va de tu lado para que no se lo des por mucho que tú quieras dárselo y que a ti te duela no poder hacerlo.
Eso no quiere decir que no le podamos enviar reiki a los niños o a personas que han tenido un accidente o a casos en que la persona sabemos que está en situaciones críticas y no pueden decidir pero aun así no sabemos si estos lo van a aceptar, solo depende de ellos el recibir y aprovechar esa ayuda que les enviamos.
Los reikistas simplemente somos canales que lo único que hacemos es canalizar o dirigir esa energía hacia ese ser, es decisión de él aceptar esa energía y utilizarla. Pero no tiene que ver con nada que nos reporte beneficio en algo material como por ejemplo el hacer que se venda una casa ya que si fuese así estaríamos interfiriendo y manipulando el libre albedrio de la persona que la compra. Namaste.