martes, 31 de diciembre de 2013

Dime que te duele y te diré que significa ... Parte II




- Tanto la anorexia como la bulimia expresan una negación de la propia vida, y son una forma extrema de odio hacia uno mismo.


Cuando se odia a sí mismo, en realidad odia una idea que tiene de sí mismo. Y las ideas se pueden cambiar.

¿Qué hay en usted que sea tan terrible? ¿Se crió en una familia que criticaba continuamente su comportamiento? ¿O eran sus maestros quienes lo criticaban? En sus primeros contactos con la religión, ¿le dijeron que así, tal como usted era, «no servía»? Con demasiada frecuencia procuramos hallar razones «comprensibles» que nos digan por qué no nos quieren ni nos aceptan tal como somos.

Nada funciona desde afuera. La clave es la aprobación y la aceptación de uno mismo.

La artritis es una enfermedad que se origina en una constante actitud de crítica. En primer lugar, la persona se critica a sí misma, pero también critica a los demás. Los artríticos suelen ser muy criticados, porque su propio estilo es criticar; entonces cargan con la maldición del «perfeccionismo», es decir, con la necesidad de ser perfectos siempre y en cualquier situación.

¿Conoce usted a alguien en este planeta que sea «perfecto»? Yo no. ¿Por qué nos imponemos normas que nos exigen que seamos «superpersonas» para sentirnos apenas aceptables? Ésta es una expresión muy fuerte del «no sirvo», y es una carga pesadísima de llevar.
Del asma decimos que es un «amor que sofoca». La persona tiene la sensación de no tener derecho a respirar por su cuenta. Los niños asmáticos suelen tener una «conciencia sobredesarrollada»; asumen las culpas de todo lo que anda mal en su medio, se sienten «indignos», no valiosos y, por consiguiente, culpables y merecederos de castigo.

A veces, el cambio de clima cura a los asmáticos, especialmente si no los acompaña la familia.

Abscesos, quemaduras, cortes, fiebres, llagas e inflamaciones diversas son, todos, indicios de una cólera que se expresa en el cuerpo. Por más que intentemos suprimirlo, el enojo encontrará maneras de expresarse. Hay que dejar salir la presión acumulada. Nuestro enojo nos da miedo porque sentimos que podemos destruir nuestro mundo, pero es algo que se puede liberar simplemente diciendo: «Estoy enfadado por esto». Es verdad que no siempre podemos decirle algo así a nuestro jefe, pero podemos aporrear la cama o vociferar en el coche cerrado o jugar al tenis, que son maneras inofensivas de descargar físicamente la cólera.
 Es frecuente que las personas con tendencias espirituales crean que «no deberían» enojarse. Ciertamente todos nos esforzamos por llegar al momento en que ya no culpemos a nadie por nuestros sentimientos; pero mientras no hayamos llegado a ese punto, es más saludable que reconozcamos qué es lo que sentimos en un momento dado.

El cáncer es una enfermedad causada por un profundo resentimiento contenido durante muchísimo tiempo, hasta que literalmente va carcomiendo el cuerpo. En la infancia sucede algo que destruye nuestro sentimiento de confianza. Esta es una experiencia que jamás se olvida, y el individuo vive compadeciéndose de sí mismo y se le hace difícil cultivar y mantener durante mucho tiempo relaciones significativas. Con un sistema de creencias así, la vida se muestra como una serie de decepciones. Un sentimiento de desesperanza, desvalimiento y pérdida se adueña de nuestro pensamiento, y nada nos cuesta culpar a otros de todos nuestros problemas. La gente que tiene cáncer, además, es muy autocrítica. Para mí, la clave de la curación del cáncer está en amarse y aceptarse.

-          El exceso de peso representa una necesidad de protección. Tratamos de protegernos de heridas, agravios, críticas, abusos e insultos, de la sexualidad y de las insinuaciones sexuales de un miedo general a la vida, y también de miedos específicos.

Luchar contra la obesidad es perder tiempo y energía. Las dietas no funcionan, porque tan pronto como se las interrumpe, el peso vuelve a aumentar. Amarse y aprobarse, confiar en el proceso de la vida y depositar su segundad interna en el conocimiento del poder de su propia mente son los elementos básicos de la mejor dieta que conozco. Póngase a dieta de pensamientos negativos, y el problema del peso se resolverá solo.

El sentimiento de culpa es una emoción totalmente inútil, que jamás hace que nadie se sienta mejor ni modifica para nada una situación.

Su «sentencia» ya se ha cumplido, de manera que déjese salir de prisión. Perdonar no es más que soltar, dejar partir...

Cualquier hinchazón del cuerpo representa atascos y estancamientos en el estado emocional. Nosotros mismos nos creamos situaciones en que nos «hieren» y nos aferramos luego a su recuerdo. Con frecuencia las hinchazones representan lágrimas contenidas que sentimos como algo enquistado, o provienen de culpar a otros por nuestras propias limitaciones.

Renuncie al pasado; déjelo que se vaya y recupere su propio poder. Deje de estar pendiente de lo que quiere, y use su mente para crear lo que «sí quiere». Déjese llevar por la marea de la vida.

En la infinitud de la vida, donde estoy,
todo es perfecto, completo y entero.
Reconozco que mi cuerpo es un buen amigo.
Cada una de sus células contiene la Inteligencia Divina.
Yo escucho lo que me dice y sé que su consejo es válido.
Estoy siempre a salvo, bajo la guía y la protección Divina,
y elijo vivir en salud y ser libre.

Todo está bien en mi mundo.

Fuente:  Usted puede sanar su vida - Louise Hay

Dime que te duele y te diré que significa ...



«Con amor escucho los mensajes de mi cuerpo.- PARTE I

Estoy convencida de que nosotros mismos creamos todo lo que llamamos «enfermedad». El cuerpo, como todo en la vida, es un espejo de nuestras ideas y creencias. El cuerpo está siempre hablándonos; sólo falta que nos molestemos en escucharlo. Cada célula de su cuerpo responde a cada una de las cosas que usted piensa y a cada palabra que dice.

Cuando un modo de hablar y de pensar se hace continuo, termina expresándose en comportamientos y posturas corporales, en formas de estar y de «mal estar». La persona que tiene continuamente un gesto ceñudo no se lo creó teniendo ideas alegres ni sentimientos de amor. La cara y el cuerpo de los ancianos muestra con toda claridad la forma en que han pensado durante toda una vida. ¿Qué cara tendrá usted a los ochenta años?

El sufrimiento físico nos da una pista sobre cuál es el dominio de la vida en que nos sentimos culpables. El grado de daño físico nos permite saber hasta qué punto era severo el castigo que necesitábamos, y a cuánto tiempo debíamos estar sentenciados.


-          Los oídos representan la capacidad de oír. Cuando hay problemas con los oídos, eso suele significar que a uno le está pasando algo de lo que no se quiere enterar. El dolor de oídos indica que lo que se oye provoca enfado.

-          Los ojos representan la capacidad de ver, y cuando tenemos problemas con ellos eso significa, generalmente, que hay algo que no queremos ver, ya sea en nosotros o en la vida, pasada, presente o futura.

¿No estará usted negando algo que sucede en su presente? ¿Qué es lo que no quiere enfrentar? ¿Tiene miedo de contemplar el presente o el futuro? Si pudiera ver con claridad, ¿qué vería que ahora no ve? ¿Puede ver lo que está haciéndose a sí mismo?. Sería interesante considerar estas preguntas.

-          Los dolores de cabeza provienen del hecho de desautorizarnos a nosotros mismos. La próxima vez que le duela la cabeza, deténgase a pensar cómo y cuándo ha sido injusto con usted mismo. Perdónese, no piense más en el asunto, y el color de cabeza volverá a disolverse en la nada de donde salió.

-          Las migrañas o jaquecas se las crean las personas que quieren ser perfectas y que se imponen a sí mismas una presión excesiva. En ellas está en juego una intensa cólera reprimida. Es interesante señalar que casi siempre una migraña se puede aliviar masturbándose, si uno lo hace tan pronto como el dolor se inicia. La descarga sexual disuelve la tensión y, por lo tanto, el dolor. Tal vez a usted no le apetezca masturbarse en ese momento, pero vale la pena probarlo. No se pierde nada.

-          El cuello y la garganta son fascinantes porque es mucho lo que pasa en esa zona. El cuello representa la capacidad de ser flexibles en nuestra manera de pensar, de ver los diversos aspectos de una cuestión y de aceptar que otras personas tengan puntos de vista diferentes. Cuando hay problemas con el cuello, generalmente significan que nos hemos «atrincherado» en nuestro concepto de una situación.

-          La garganta representa nuestra capacidad de «defendernos» verbalmente, de pedir lo que queremos, de decir «yo soy», etcétera. Cuando tenemos problemas con ella, eso significa generalmente que no nos sentimos con derecho a hacer esas cosas. Nos sentimos inadecuados para hacernos valer.

El dolor de garganta es siempre enfado. Si además hay un resfriado, existe también confusión mental.

La laringitis significa generalmente que uno está tan enojado que no puede hablar.

La amigdalitis y los problemas tiroideos no son más que creatividad frustrada, incapaz de expresarse.

-          El corazón representa el amor, y la sangre el júbilo. El corazón es la bomba que, con amor, hace que el júbilo circule por nuestras venas. Cuando nos privamos del amor y el júbilo, el corazón se encoge y se enfría, y como resultado, la circulación se hace perezosa y vamos camino de la anemia, la angina de pecho y los ataques cardíacos.

Pero el corazón no nos «ataca». Somos nosotros los que nos enredamos hasta tal punto en los dramas que nos creamos que con frecuencia dejamos de prestar atención a las pequeñas alegrías que nos rodean. Nos pasamos años expulsando del corazón todo el júbilo, hasta que, literalmente, el dolor lo destroza. La gente que sufre ataques cardíacos nunca es gente alegre. Si no se toma el tiempo de apreciar los placeres de la vida, lo que hace es prepararse un «ataque al corazón».

-          El estómago se lo traga todo, digiere las ideas y experiencias nuevas que tenemos. ¿Qué (o quién) es lo que usted no puede tragar? ¿Y lo que le revuelve el estómago?

Cuando hay problemas de estómago, eso significa generalmente que no sabemos cómo asimilar las nuevas experiencias: tenemos miedo.

-          Las úlceras no son más que miedo, un miedo tremendo de «no servir para». Tenemos miedo de no ser lo que quieren nuestros padres o de no contentar a nuestro jefe. No podemos tragarnos tal como somos, y nos desgarramos las entrañas tratando de complacer a los demás. Por más importante que sea nuestro trabajo, interiormente nuestra autoestima es bajísima, y constantemente nos acecha el miedo de que «nos descubran».

En este punto, la respuesta es el amor. La gente que se aprueba y se ama a sí misma jamás tiene úlceras. Sea dulce y bondadoso con el niño que lleva dentro, y ofrézcale todo el apoyo y estímulo que usted necesitaba cuando era pequeño.

-          El colon representa nuestra capacidad de soltar y liberar aquello que ya no necesitamos. Para adaptarse al ritmo perfecto del fluir de la vida, el cuerpo necesita un equilibrio entre ingesta, asimilación y eliminación. Y lo único que bloquea la eliminación de lo viejo son nuestros miedos.

Aunque las personas estreñidas no sean realmente mezquinas, generalmente no confían en que siempre vaya a haber lo suficiente. Se aferran a relaciones antiguas que las hacen sufrir, no se animan a deshacerse de prendas que guardan desde hace años en el armario por temor a necesitarlas algún día, permanecen en un trabajo que las limita o no se permiten jamás ningún placer porque tienen que ahorrar para cuando vengan días malos. ¿Acaso revolvemos la basura de anoche para encontrar la comida de hoy? Aprendamos a confiar en que el proceso de la vida nos traerá siempre lo que necesitemos.
-          En la vida, las piernas son lo que nos lleva hacia adelante. Los problemas en las piernas suelen indicar un miedo a avanzar o una renuncia a seguir andando en cierta dirección. Corremos, nos arrastramos, andamos como pisando huevos, se nos aflojan las rodillas, somos patituertos o patizambos y nos quedamos patitiesos. Y además, tenemos los muslos enormes, coléricamente engrosados por la celulitis, llenos de resentimientos infantiles. Con frecuencia, no querer hacer algo produce algún problema menor en las piernas. Las venas varicosas significan que nos mantenemos en un trabajo o en otro lugar que nos enferma. Las venas pierden su capacidad de transportar alegría.

Pregúntese si está marchando en la dirección en que quiere ir.

-          Las rodillas, como el cuello, se relacionan con la flexibilidad, sólo que ellas hablan de inclinarse y de ser orgulloso, del yo y de la obstinación. Con frecuencia, cuando avanzamos, nos da miedo inclinarnos y nos ponemos tiesos. Y eso vuelve rígidas las articulaciones. Queremos avanzar, pero no cambiar nuestra manera de ser. Por eso las rodillas tardan tanto en curarse, porque está en juego nuestro yo. El tobillo también es una articulación, pero si se daña puede curarse con bastante rapidez. Las rodillas tardan porque en ellas están en juego nuestro orgullo y nuestra autojustificación.

La próxima vez que tenga algún problema con las rodillas, pregúntese de qué está justificándose, ante qué está negándose a inclinarse. Renuncie a su obstinación y aflójese. La vida es fluencia y movimiento, y para estar cómodos debemos ser flexibles y fluir con ella. Un sauce se dobla y se mece y ondula con el viento, y está siempre lleno de gracia y en armonía con la vida.

-          Los accidentes son expresiones de cólera, que indican una acumulación de frustraciones en alguien que no se siente libre para expresarse o para hacerse valer. Indican también rebelión contra la autoridad. Nos enfurecemos tanto que queremos golpear a alguien y, en cambio, los golpeados somos nosotros.

Cuando nos enojamos con nosotros mismos, cuando nos sentimos culpables, cuando tenemos la necesidad de castigarnos, un accidente es una forma estupenda de conseguirlo.

Puede que nos resulte difícil creerlo, pero los accidentes los provocamos nosotros; no somos víctimas desvalidas de un capricho del destino. Un accidente nos permite recurrir a otros para que se compadezcan y nos ayuden al mismo tiempo que curan y atienden nuestras heridas. Con frecuencia también tenemos que hacer reposo en cama, a veces durante largo tiempo, y soportar el dolor.

Fuente:  Usted puede sanar su vida - Louise Hay

EN LO EMOCIONAL, CÁNCER



El cáncer representa al mismo tiempo una alteración en la célula y una desviación considerable del mecanismo de reproducción de todo un grupo celular. Véase también la parte del cuerpo afectada y su utilidad para tener más información acerca de su mensaje específico.
 Esta enfermedad se manifiesta en una persona que sufrió una herida grave en su infancia (de uno de los padres o de los dos) y tuvo que vivirla en aislamiento. Las heridas emocionales importantes que pueden causar enfermedades graves son: el rechazo, el abandono, la humillación, la traición o la injusticia. Algunas personas pueden haber sufrido varias de estas heridas durante su infancia.
En general, la persona que padece de cáncer es del tipo que desea vivir en el amor, amor que rechazó por completo al albergar durante mucho tiempo ira, resentimiento u odio hacia uno de sus padres. Muchos rechazan incluso a Dios por lo que vivieron o viven. Esos sentimientos no reconocidos se acumulan y aumentan cada vez que algún incidente revive esa vieja herida. Un día, cuando la persona llega a su límite emocional, todo estalla en su interior y entonces aparece el cáncer. Se puede manifestar después de que la persona haya resuelto el conflicto o bien durante el bloqueo.
 Si tienes cáncer es importante que reconozcas que de niño sufriste y que te permitas ser humano, es decir, darte el derecho de rechazar a uno de tus progenitores o a los dos. El hecho de sufrir heridas en soledad es lo que crea la mayoría de los problemas. Es posible que creas que si te liberas de ellos serás más libre. Por el contrario, la necesidad más grande de tu alma y de tu corazón es acercarte al amor verdadero y el medio por excelencia para ello es el perdón.
No olvides que perdonar no sólo quiere decir no rechazar a los demás. La dificultad más grande de la persona con cáncer es perdonarse a sí misma por haber albergado esos pensamientos de odio o esas ideas de venganza aun cuando fueran inconscientes. Perdona al niño que vive en ti, que vivió en silencio y sintió rabia y rencor sin tener quien lo apoyara, quien lo entendiera. Deja de pensar que el hecho de rechazar a otra persona significa ser "malo". No es maldad, es ser humano. Te sugiero que sigas las etapas del perdón tal como se describen al final de este libro.

El cáncer es una de las principales enfermedades del siglo veinte. Se desarrollan células anormales cancerosas y, al no reaccionar el sistema inmunitario frente a estas células, proliferan rápidamente. Los seres humanos frecuentemente tienen células pre - cancerosas en el organismo pero el sistema inmunitario, es decir el sistema de defensa natural de nuestro cuerpo, se encarga de ellas antes de que se vuelvan cancerosas. Es porque dichas células anormales se desarrollan de modo incontrolado e incesante que pueden dañar el funcionamiento de un órgano o de un tejido, pudiendo así afectar partes vitales del organismo (Según los trabajos de Ryke Geerd Hamer, el cáncer es el desarrollo de células especializadas y organizadas procedentes de un programa especial emitido por el cerebro en respuesta a un exceso de estrés psicológico). Cuando estas células invaden ciertas partes del cuerpo, se habla de cáncer generalizado (En el caso de cáncer generalizado, frecuentemente es cuestión de metástasis, es decir de células cancerosas que procederían de otras células cancerosas de otra parte del cuerpo y que hubiesen sido transportadas por la sangre o la linfa. Parecería que exista poco o ninguna evidencia de esta hipótesis de células cancerosas transportándose de un lugar a otro. Más bien podría tratarse del hecho que el primer cáncer que procedía de un conflicto haya llevado a la manifestación y a la puesta en evidencia de otro conflicto que, él, provoca otro cáncer  y así sucesivamente). El cáncer está principalmente ligado a emociones inhibidas, profundo resentimiento y a veces muy viejo, con relación a algo o una situación que me perturba aún hoy y frente a la cual nunca me atreví a expresar mis sentimientos profundos. Aun cuando el cáncer puede declararse rápidamente después de un divorcio difícil, una pérdida de empleo la pérdida de un ser querido, etc., habitualmente es el resultado de varios años de conflicto interior, culpabilidad, heridas, penas, rencores, odio, confusión y tensión. Vivo desesperación, rechazo de mí. Lo que sucede al exterior de mí sólo es el reflejo de lo que sucede en el interior, el ser humano siendo representado por la célula y el medio de vida o la sociedad, por los tejidos. Con mucha frecuencia, si estoy afectada de cáncer, soy una persona que ama, servicial, muy atenta y bondadosa para mi entorno, sumamente sensible, sembrando amor y felicidad alrededor mío. Durante todo este tiempo, mis emociones personales están rechazadas en lo más hondo de mí - mismo. Durante todo este tiempo, mis emociones personales están inhibidas en lo más hondo de mí. Me conforto y me engaño encontrando satisfacción en el exterior en vez del interior de mí - mismo ya que tengo una débil estima de mí. Entonces, me cuido de todo el mundo, dejo de lado mis necesidades personales. Ya que parece que la vida ya no me traiga nada, capítulo y carezco de las ganas de vivir. ¡De qué sirve luchar! Si vivo muchas emociones fuertes, de odio, culpabilidad, rechazo, estaré en muy fuerte reacción (igual como la célula); incluso me sentiré responsable de los problemas y sufrimientos de los demás y querré auto - destruirme. “Estoy resentida para con la vida”, “es demasiado injusta”. Juego a la “Víctima” de la Vida y me vuelvo pronto “Víctima” del cáncer. Suele ser el “odio” hacía alguien o una situación que me “roerá el interior” y que hará que se auto - destruyan las células. Este odio está profundamente hundido en el interior de mí ser y frecuentemente no tengo consciencia de que existe. Está hundido detrás de mí máscara de “buena persona”. Mi cuerpo se desintegra lentamente porque mi alma se desintegra también: necesito colmar mis deseos no satisfechos en vez de únicamente complacer a los demás. Debo concederme alegrías, “pequeños dulces”. Cumulé resentimiento, conflictos interiores, culpabilidad, auto - rechazo hacia mí porque siempre actué en función de los demás y no en función de lo que quiero. La paciencia ejemplar y presente en mí se acompaña frecuentemente de una débil estima de sí. Evito darme amor y aprecio porque creo que no lo merezco. Mi voluntad de vivir se vuelve casi nula. Me siento inútil. “¿De qué sirve vivir?” Es mi modo de acabar con la vida. Me auto - destruyo y es aquí un suicidio disfrazado. Tengo la sensación de haber “fallado” mi vida y veo ésta como un fracaso. La parte del cuerpo afectada me da explicaciones sobre la naturaleza de mi(s) problema(s): esto indica cuales son los esquemas mentales o actitudes que debo yo adoptar para hacer que desaparezca la enfermedad. Debo volver a tomar contacto con mi “yo “interior y aceptarme tal como soy, con mis cualidades, mis defectos, mis fuerzas y mis debilidades. Acepto dejar caer las viejas actitudes y costumbres morales. La aceptación de mi enfermedad es esencial para que pueda luego “luchar”. ¿Si yo rehúso aceptar mi enfermedad, cómo puedo curar? Abro mi corazón y tomo consciencia de todo lo que la vida puede traerle y de en qué medida formo parte de ella. Recibiendo un tratamiento en curación natural, masaje o cualquier otra técnica con la cual me siento a gusto, tendrá el efecto de una armonización que me permitirá abrir mi consciencia a todas las maravillas de la vida y la belleza que me rodean, y fortalecerá así mi sistema inmunitario.

Fuente: Diccionario de las Enfermedades Emocionales

ETAPAS DEL PERDÓN




 La curación sólo puede realizarse en el momento en el que uno se perdona. Esta etapa tiene el poder de transformar no sólo nuestro amor hacia nosotros mismos, sino también el corazón y la sangre en nuestro cuerpo físico.
Esta sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como un bálsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las células. Aun cuando intelectualmente te resulte difícil creerlo, ¿qué puedes perder con probar?
Estas son las etapas del perdón verdadero, que han sido experimentadas por miles de personas con resultados extraordinarios:
1)   Identifica tus emociones (a menudo hay más de una). Toma consciencia de la acusación que te haces a ti mismo o que le haces a otro y de lo que ésta te hace sentir.
2)   Asume tu responsabilidad. Ser responsable es reconocer que siempre tienes la opción de reaccionar con amor o con miedo. ¿De qué tienes miedo? Date cuenta también de que tienes miedo de que te acusen de tener miedo.
3)   Acepta al otro y suéltate. Para lograr soltarte y aceptar al otro, ponte en su lugar y siente sus intenciones. Acepta la idea de que la otra persona se acusa y te acusa probablemente de la misma cosa que tú. Ella tiene el mismo miedo.
4)   Perdónate. Esta es la etapa más importante del perdón. Para realizarla, date el derecho de haber tenido y de tener todavía miedo, creencias, debilidades y límites, que te hacen sufrir y actuar. Acéptate tal y como eres ahora, sabiendo que es temporal.
5)   Ten el deseo de expresar el perdón. A modo de preparación para la etapa seis, imagínate con la persona adecuada en el acto de pedirle perdón por haberla juzgado, criticado o condenado. Estarás listo para hacerlo cuando la idea de compartir tu experiencia con dicha persona te suscite un sentimiento de alegría y de liberación.
6)   Ve a ver a la persona en cuestión. Exprésale lo que has vivido y pídele perdón por haberla acusado o juzgado y por haber estado resentido con ella. Menciónale que la has perdonado sólo si te lo pregunta.
7)   Haz el enlace con un cordón o una decisión ante uno de tus progenitores. Recuerda un acontecimiento similar que ocurriera en tu pasado con una persona que representase a la autoridad: padre, madre, abuelos, maestro, etc. Generalmente será del mismo sexo que la persona con la cual acabas de realizar el perdón.
Vuelve a efectuar todas las etapas con esta persona (la figura de autoridad).
Cuando la emoción sentida sea hacia ti mismo, realiza los pasos 1, 2, 4 y 7.


EN LO EMOCIONAL, BULIMIA



La persona que sufre bulimia siente permanentemente un apetito incontrolable que la lleva a alimentarse de manera precipitada y excesiva.
D Este problema es de tipo afectivo, igual que la anorexia, con la salvedad de que quien la padece quiere comerse a su madre. La anorexia se relaciona con el miedo al rechazo, mientras que la bulimia tiene que ver con el miedo a ser abandonado. De hecho, se presenta en la persona que quiso separarse de su madre, y al no poder hacerlo en un momento dado, cae en el otro extremo (es decir, necesita su presencia). También es frecuente que esta persona haya sentido que su madre quería acapararlo todo hasta el extremo de impedirle querer a su padre.
La bulimia es una pérdida del control, por lo tanto, es lógico suponer que la persona afectada se reprimió demasiado de querer y aceptar a su madre, y sobre todo de aceptar a la mujer que hay en su madre. Esto crea, tanto en el hombre como en la mujer que la sufren, una gran dificultad para aceptar su principio femenino. Se suele presentar en personas rígidas que no están en contacto con sus necesidades y no se permiten realizar sus deseos.
C Si tienes bulimia, es muy posible que de niño creyeras que tu madre lo acaparaba todo o que ocupabas demasiado lugar en su vida. Una parte de ti no la quiere y otra parte tiene miedo de ser abandonada, por lo cual la necesitas. Cuando presentas una crisis de bulimia, esta última parte de ti quiere corregirse por todo el tiempo que quisiste ignorar a tu madre.
También es muy probable que te avergüences de algo ante ella. Es importante que verifiques si tu reacción está bien fundada y que te manifiestes todo lo posible. Comprobarás que ella tuvo el mismo problema que tú con su progenitor del mismo género, y que te quiere más de lo que podrías haber imaginado. Lo que originó el problema no es lo que sucedió con tu madre, sino tu percepción de lo acontecido.

La bulimia es una enfermedad compulsiva, necesidad incontrolable de absorber alimento en gran cantidad, desequilibrio nervioso porque estoy en total reacción frente a la vida. La bulimia presenta las mismas causas interiores que la obesidad y la anorexia. Como en exceso para satisfacerme completamente o para recobrar una forma de amor y afecto (el alimento simboliza la vida, el amor y las emociones). Intento colmar emocionalmente un profundo vacío interior en mí, un odio en mí tan grande (asco, desprecio) que quiero llenar este vacío a toda costa, prefiriendo dejarme dominar por el alimento (la vida) en vez de abrirme a la vida. Niego una parte mía, una situación y vivo pena o ira porque me siento aislado, separado o rechazado. Rechazo totalmente mi cuerpo; rehúso vivir en esta tierra. Tengo miedo de perder lo que tengo y siento inseguridad porque estoy quizás diferente de los demás. Ya no me siento más capaz de “morder en la vida”. No tengo todo lo que quiero o no domino suficientemente mis deseos y mis emociones. Busco constantemente la necesidad viva de sentirme más fuerte que el alimento, que mis sentimientos y mis emociones. Prefiero pues hacerme vomitar en vez de estar en buena salud porque me desprecio profundamente. Generalmente vivo una profunda depresión, una desesperación, una angustia que intento calmar, una frustración que intento compensar, tengo una imagen de mí que quiero revalorizar. La bulimia está muy vinculada a la madre (fuente de vida), al lado maternal y a la creación. ¿Estoy en reacción frente a mi madre? ¿Tengo el sentimiento de haber sido controlado y oprimido cuando era joven, de modo que comiendo así, quiero huir de mi madre, neutralizarla (en el sentido metafísico) o dejar este planeta? ¿Tengo alegría comportándome de este modo?  ¿Podría ser que de niño, haya vivido la etapa de destete como un abandono? ¿Como si “se me arrancase” a mi madre? Si éste es el caso, tengo la sensación que voy a “morirme de hambre”, de aquí la necesidad de comer grandes cantidades de alimento, para colmar el vacío y hacer disminuir mi estrés. Como persona bulímica, debo mantenerme abierta al amor. La necesidad de aceptar que tengo algo que comprender de este estado depresivo me lleva al amor y aprendo a amarme y a aceptarme más como canal de la energía divina. Estoy en esta tierra para cumplir una misión para mí, con mi madre y con la gente que quiero. ¿Por qué no apreciar la belleza del universo? Acepto mi cuerpo tal como es, el ego y sus límites, el alimento como don de vida. Acepto el amor para mí - mismo y para los demás y descubro las alegrías de estar en este mundo. Es todo.

Fuente: Diccionario de las Enfermedades Emocionales

EN LO EMOCIONAL, LA CIÁTICA




La ciática es una afección del nervio ciático, el más largo del cuerpo humano. Comienza en la parte lumbar de la columna vertebral, atraviesa la nalga, el muslo, la pierna y termina en el pie. El comienzo de una ciática suele ser violento, marcado por un dolor intenso en una parte del mismo.
D En general, la persona que sufre de neuralgia en el nervio ciático, se siente insegura ante su porvenir o vive un miedo inconsciente a carecer de dinero y de bienes materiales. Dije inconsciente porque he podido observar que este problema le ocurre generalmente a personas con posesiones a las que, además, les resultaría muy difícil perder lo que tienen.
Este problema se sitúa sobre todo en el nivel del "tener". La persona es inconsciente porque no se cree apegada a los bienes materiales. Se sentiría culpable porque aprendió que no está bien o no es espiritual amar los bienes terrestres. Esta culpabilidad le impide avanzar, le impide enfrentarse a la vida y arriesgarse más, con lo que ésta se vuelve demasiado monótona. Un dolor en el nervio ciático indica también rencor, agresividad reprimida y un rechazo a someterse a una idea o a una persona, siempre en el terreno material.
C Tu cuerpo te está mandando un mensaje importante, porque el dolor que sientes con esta ciática es una indicación del mal que te haces con tu forma de pensar. ¿Por qué quieres castigarte? La intensidad de tu dolor indica el grado de castigo que crees merecer. Para empezar, debes darte cuenta de que estás apegado a los bienes materiales; después debes darte el derecho de SER. Atrévete a admitir que tienes miedo de perderlos. Si el arriesgarte más está verdaderamente más allá de tus límites porque tienes demasiado miedo de perder tus bienes, acéptalos por el momento y decide actuar tan pronto como puedas.
También es importante que dejes de creer que es malo desear los bienes terrenales: ello es algo totalmente humano. El día que tengas la confianza suficiente en tu capacidad de crear lo que necesites, no tendrás miedo de perder tus bienes y podrás permitirte continuar queriéndolos, pero sin estar apegado a ellos. En lo que concierne al rencor, te sugiero que realices las etapas del perdón ya mencionadas. El perdón te dará más flexibilidad y suavidad con respecto a las ideas de los demás y a sus formas de ser. Te liberarás de la impresión de que tienes que someterte a los demás.

El nervio ciático empieza en la parte lumbar (parte inferior de la espalda) de la columna vertebral; atraviesa la nalga, el muslo y la pierna y baja hasta el pie. El dolor sentido me paraliza. Puede que el dolor se manifieste más en una pierna que en otra. Entonces estoy preocupado financieramente. Si mi pierna derecha está afectada, quizás es porque tengo miedo de carecer de dinero y de no poder hacer frente a mis responsabilidades en lo que a mí respecta. Si el dolor se sitúa en mi pierna izquierda, mi falta de dinero puede intensificar mi sentimiento de no poder darlo todo, en el plano material, a la gente a quien amo. Temo que su amor para mí esté afectado. Me hago ilusiones, me creo muy espiritual y desapegado de los bienes materiales (una especie de hipocresía). Sin embargo, el miedo a carecer de dinero me persigue y me vuelve muy ansioso. Trabajo mucho, tengo grandes responsabilidades y, a pesar de todos mis esfuerzos, siento a pesar de todo ciertas dificultades financieras. Mi cuerpo se pone rígido: me siento pillado. Me vuelvo constantemente a cuestionar. ¿Qué es lo que no hago? Poseo los conocimientos y el talento necesarios para hacer frente a una nueva situación?  Mi inseguridad me lleva a rebelarme. Estoy rencoroso contra la vida. Llego a desarrollar un sentimiento de inferioridad. Puedo rehusar “doblarme” delante de alguna persona o situación. Insidiosamente, la agresividad se instala y mi comunicación con los demás se resiente. Tengo interés en calmar mis nervios porque, en este momento, tengo la sensación de tener un “nudo en los nervios”. Tomo consciencia de mi confusión interior y de mi dolor (tanto interiores como exteriores) frente a la o las direcciones de mi vida, aquí y ahora. Este dolor resulta frecuentemente de mi obstinación a querer agarrarme a viejas ideas en vez de abrirme al cambio y a la novedad. Esta situación es frecuente en la mujer embarazada que vive una confusión interior y un dolor referente a la dirección ahora tomada en su vida: dudas, temores e inquietudes pueden aflorar. No debo juzgarme, sino aceptarme tal como soy. Acepto que la fuente de mi verdadera seguridad está en mí y no en los bienes que poseo.  Suelto y hago confianza en el universo, porque es abundancia para todos en todos los planos: físico, mental y espiritual. Haciendo confianza al universo, hago confianza a la vida. Elijo aceptar la flexibilidad, descubro la verdadera riqueza, la que tengo en mi interior. El verdadero valor de un ser se mide a su nobleza de alma. Acepto mis límites, tomo consciencia de mis temores, los integro. Decido adelantar en la vida, me dejo guiar en toda seguridad por mi bien más grande.

Fuente: Diccionario de las Enfermedades Emocionales

REFLEXIÓN DEL DÍA





ADIÓS “2013”... GRACIAS CON AMOR... HOLA “2014”... BIENVENIDO CON AMOR...

ESTE HERMOSO DÍA VÍSTETE CON EL TRAJE DE LA ALEGRÍA, ADÓRNATE CON LAS JOYAS DE LA PAZ, Y ENCIENDE LA RADIANTE LUZ DE TU CORAZÓN!!!...

PARA DESPEDIR CON AGRADECIMIENTO Y AMOR, EL MÁGICO 2013 QUE HOY TERMINA... DEJÁNDONOS GRANDES EXPERIENCIAS, APRENDIZAJES Y BENDICIONES... 

Y TAMBIÉN PARA RECIBIR CON AGRADECIMIENTO Y AMOR, EL GRANDIOSO 2014 QUE EN UNAS CUANTAS HORAS LLEGARÁ... CARGADO DE NUEVOS RETOS, EXPERIENCIAS, APRENDIZAJES Y BENDICIONES PARA TODOS!!!...

POR ESO AQUÍ Y AHORA, LEVANTEMOS NUESTRAS COPAS Y DECRETEMOS JUNTOS EN UNA SOLA VOZ Y CON UN SOLO CORAZÓN...

“QUE LA FE, LA PAZ, LA UNIÓN, LA LUZ, EL AMOR, LA SALUD, LA ABUNDANCIA, LA ALEGRÍA Y LA ESPERANZA, REINEN PERMANENTEMENTE EN LAS VIDAS DE TODOS LOS SERES DE LA TIERRA, Y SE RESTABLEZCA EL PLAN DE DIOS PARA NUESTRO MUNDO”... ASÍ ES Y HECHO ESTÁ!!!...

Y TODOS A DISFRUTAR Y CELEBRAR CON MUCHO ÁNIMOOOOO!!!... PUES LO MEJOR ESTÁ POR LLEGAR!!!
Fuente: Mari Yoli Morales