sábado, 3 de agosto de 2013

LAS CEREZAS, UN BENEFICIO PARA ALIVIAR LA GOTA


La cereza, también conocida como guinda, es el nombre del fruto de varios árboles del género Prunus, aunque comercialmente se aproveche un número limitado de especies. Al árbol se lo conoce como cerezo o guindo. Si bien todos los cerezos son del género Prunus, a éste pertenecen especies que no lo son, como el ciruelo, el almendro, el albaricoquero o damasco y el melocotonero o duraznero. La Cereza es una fruta rica en vitaminas A, B, C, E, K y PP, en hierro, calcio, magnesio, potasio y azufre.

En España por ejemplo se distingue como guinda al fruto de Prunus cerasus y como cereza al de Prunus avium, siendo en América más común la denominación cereza ácida, para el primero y cereza dulce, para el segundo. No hay que confundir con otras especies denominadas vulgarmente como guindo; como Capsicum annuum (Mesoamérica), Eucryphia glutinosa (Patagonia), Nothofagus betuloides (Chile) y Nothofagus pumilio (Argentina).

El general romano Cúpulo fue el responsable de popularizar el consumo de cerezas en Europa hace dos mil años. Los cronistas romanos y especialmente Plinio, aseguran que a pesar de que en el imperio romano se conocían algunas variedades silvestres de esta fruta, fue a partir de la guerra contra el rey del Ponto, en Asia Menor, cuando se inició su cultivo.

El origen de la cereza se sitúa en el Mar Negro y en el Mar Caspio, difundiéndose después hacia Europa y Asia, por medio de las aves y las migraciones humanas.

En la actualidad, el cerezo se cultiva en numerosas regiones y países del mundo con clima templado, siendo los países de mayor producción Rusia, Estados Unidos, Alemania, Italia, Francia y España.

Las cerezas y las guindas son frutas de verano, aunque podemos disfrutar de su agradable sabor desde finales de abril hasta mediados de agosto.

CARACTERÍSTICAS
FORMA: son drupas, de forma redondeada, globosa o con figura de corazón. Poseen un hueso globoso y casi liso.
TAMAÑO Y PESO: su tamaño oscila según la categoría comercial entre los 13 y los 20 milímetros y tienen un diámetro aproximado de 2 centímetros y un peso de 6-9 gramos.
COLOR: presenta colores que varían entre el morado oscuro o negro, tonos cremas más pálidos con un ligero rubor rosado y el rojo, en función de la variedad.
SABOR: dulce y jugoso o agrio, sobre todo apreciable en las guindas. Las cerezas para transformación se pueden recolectar mecánicamente mientras que las destinadas al consumo en fresco se recolectan a mano. Se recogen lo más maduras posibles porque el azúcar no aumenta después de la recolección, son frutas no climatéricas.

PROPIEDADES NUTRITIVAS
La cereza es rica en hidratos de carbono, sobre todo fructosa, si bien su valor calórico es moderado respecto de otras frutas. Aporta cantidades significativas de fibra, que mejora el tránsito intestinal. En lo que se refiere a su contenido de vitaminas, están presentes en pequeñas cantidades la provitamina A y la vitamina C.

Lo que en realidad destaca de las cerezas es su contenido en flavonoides (sobre todo antocianos, relacionados con el color característico de estas frutas) y ácido elágico del grupo de los polifenoles, ambos excelentes antioxidantes.

Tiene cantidades importantes de potasio y en menor proporción, magnesio y calcio, este último de peor aprovechamiento que el que procede de los lácteos u otros alimentos que son buena fuente de dicho mineral. El potasio, es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal, interviene en el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.

Las cerezas tienen un elevado contenido en antocianos y ácido elágico, de acción antioxidante y antiséptica; para combatir infecciones. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los denominados "radicales libres".

Por su abundancia de potasio, el consumo de cerezas y guindas ha de hacerse con moderación en caso de insuficiencia renal, en la que el aporte de potasio está restringido. Sin embargo, por su alto contenido en agua y potasio, posee un efecto diurético beneficioso en caso de hiperuricemia o gota y litiasis o cálculos renales (facilitan la eliminación de ácido úrico y sus sales), hipertensión arterial u otras enfermedades asociadas a retención de líquidos.

También conviene su consumo cuando se emplean diuréticos que eliminan dicho mineral, y en caso de bulimia debido a los episodios de vómitos autoinducidos que originan grandes pérdidas. Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra previene o mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia (niveles de azúcar en sangre) en las personas que tienen diabetes.

No obstante, las cerezas más tardías tienen mayor contenido en azúcares por lo que las personas con diabetes y quienes llevan a cabo regímenes para perder peso deberán tener en cuenta la ración de consumo.

El ácido oxálico que contienen las cerezas puede formar sales con ciertos minerales como el calcio y formar oxalato cálcico, por lo que su consumo se ha de tener en cuenta si se padecen este tipo de cálculos renales, ya que se podría agravar la situación.

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