El Dr. Gerson murió asesinado en 1959 antes de publicar su libro “A Cancer Therapy” (Una Terapia Para el Cáncer), resultado de 50 casos, donde demuestra claramente cómo se puede curar el cáncer cambiando la dieta. Este libro fue el resultado de 30 años de experimentación clínica.
Aunque suena inverosímil, la historia del médico Max Gerson es tan desconocida como cierta. Su método con más de 80 años de existencia ha sanado a personas diagnosticadas con enfermedades incurables que han vivido para contarlo. Todo se fundamenta en mantener una dieta sana y ser disciplinado.
Max Gerson fue un médico judío alemán nacido en 1881 que sufría de migrañas tan fuertes que lo dejaban inhabilitado por días en la cama. Cansado de no encontrar una solución, se propuso encontrar una como fuera. Consciente de que el 80% del sistema inmunológico se encuentra en el intestino, decidió como primera medida limpiarlo. Para eso eliminó todos los alimentos procesados y cargados de sal y grasa, así como también todo tipo de carne. En cambio, los reemplazo por frutas y verduras. Tal como esperaba, al poco tiempo los dolores de cabeza desaparecieron.
Lo que siguió fue utilizar su dieta contra migrañas con sus pacientes y se sorprendió cuando uno de ellos se curó completamente de una tuberculosis cutánea. Entonces decidió someter a su terapia a 460 personas aquejadas de la misma enfermedad: 456 de ellas se sanaron completamente. De ahí a que comenzara a tratar a pacientes con cáncer no pasó mucho tiempo. El primero fue una mujer con cáncer estomacal y vesicular que en algunos meses logró curarse.
La voz se esparció y el Dr. Gerson se hizo famoso por curar la tuberculosis, cientos de personas acudían a él.
Cuando estalló la segunda guerra mundial, el Dr. Gerson se mudó a los Estados Unidos y abrió un consultorio en Manhattan en donde su popularidad creció rápidamente hasta que un día a su consultorio llegó una señora desesperada y suplicándole que usara su terapia con ella que padecía cáncer. En un principio Gerson se negó, pero ante la insistencia de la mujer, rediseñó su terapia y comenzó a tratarla. Al cabo de unos meses al parecer el cáncer desapareció por completo. Y así comenzó a tratar pacientes con cáncer, teniendo éxito en la mayoría de los casos.
La terapia del Dr. Gerson no era muy complicada, al parecer consistía en cambiar lo que comemos. Se basaba en la teoría de que el cuerpo humano es capaz de hacerle frente a cualquier amenaza, en que el mismo cuerpo contiene los elementos necesarios para destruir cualquier objeto extraño como un tumor. La terapia Gerson no es solo efectiva contra el cáncer, sino también contra la diabetes, las enfermedades coronarias y casi todos los males que nos aquejan.
Era de esperarse que Gerson alcanzara fama y dinero. El congreso de los Estados Unidos aprobó millonarias sumas para sus investigaciones y hubo una audiencia pública en la que participaron todos los medios de comunicación, testificaron varios pacientes curados de cáncer por Gerson, la radio nacional llegó a anunciar que “La cura del cáncer había sido descubierta”.
El Dr. Gerson fue asesinado y tiempo después sus colegas comenzaron a denigrarlo, a hablar mal de él hasta que cayó en el olvido. Era de esperarse, pues la industria farmacéutica perdería millones y millones de dólares si la terapia Gerson hubiera tenido éxito, al mundo de los negocios le conviene que haya enfermos y al mundo de las aseguradoras les conviene que haya muertos.
Hoy, la familia del Dr. Gerson tiene institutos en California, Guatemala y otros lugares en donde imparte la terapia, pero esta ya no ha sido reconocida por las instituciones gubernamentales.
La terapia Gerson
La terapia Gerson en términos simples lo que hace es recuperar la capacidad del cuerpo para autosanarse. En la actualidad, una dieta típica es rica en alimentos procesados que contienen grandes cantidades de sal y azúcar. Existe, además, un abuso de fertilizantes químicos y abundancia de frutas y verduras transgénicas que contienen el mínimo de los nutrientes necesarios para una buena salud. El tratamiento del doctor Gerson es todo lo contrario. Consiste en una desintoxicación intensiva del cuerpo por medio de una alimentación orgánica que elimina los desechos, regenera el hígado, reactiva el sistema inmunitario y reestablece tanto las defensas esenciales como los sistemas enzimáticos.
La dieta se divide en tres etapas:
Consumir 13 vasos de zumos frescos de zanahoria/manzana y verduras verdes de hoja, preparados cada hora con frutas y vegetales orgánicos y bebidos en un plazo máximo de 15 minutos después de su preparación.
Consumir tres comidas vegetarianas completas: con frutas orgánicas, vegetales,
y cereales integrales. Una comida típica incluye ensalada, vegetales cocidos,
patatas al horno, sopa de verduras y zumo.
Consumir frutas frescas y postres de alimentos frescos
disponibles a toda hora como bocadillos.
El régimen si bien no es complicado, debe ser estricto, pues no puede dejarse fuera ningún detalle. Todos los alimentos, por ejemplo, deben ser preparados sin sal (NOTA: sin sal refinada, pero puede tomarse sal marina no refinada) ni especies y, en el caso de los zumos, se recomienda usar una licuadora de dos etapas con un molinillo separado y una prensa hidráulica. Esto ya que las licuadoras de un sólo paso no producen la misma calidad de contenido enzimático, mineral y de micronutrientes.
Paralelo a esta alimentación, la dieta debe acompañarse de medicamentos de origen orgánico administrados en cantidades terapéuticas según el tipo de paciente. Estos pueden ser compuestos de potasio, soluciones de Lugol, vitamina B-12, hormonas tiroideas y enzimas pancreáticas. El doctor Gerson desarrolló, además, una técnica de lavados intestinales conocida también como enemas de café. De acuerdo a sus investigaciones, este grano estimula el hígado, abre los canales biliares y desecha las toxinas acumuladas junto con estimular la producción del sistema enzimático. Haciendo esto la desintoxicación del cuerpo puede considerarse total.
Es importante saber que pese a los buenos resultados de la terapia, ningún tratamiento resulta para todo el mundo, por lo que no existe garantía de que funcione todas las veces. Lo que está claro es que de hacerse debe hacerse bien: siguiendo todos los pasos metódicamente. Por eso aún cuando es posible encontrar mucha información del régimen en Internet, se recomienda empezar el tratamiento en un centro con licencia del Instituto Gerson.
Eso es lo que hizo Alan Furmanski, quien fue diagnosticado con cáncer de piel el año 2006. Luego de ser operado para tratar la enfermedad, volvieron a aparecer los tumores y ningún especialista le supo dar una respuesta que lo dejara conforme. Investigando, descubrió la terapia Gerson y de inmediato se dirigió a la clínica que dirige hoy, Charlotte, la hija del médico creador del tratamiento. Durante dos años Alan siguió la terapia hasta que finalmente logró sanarse de la enfermedad. Hoy da charlas a quienes estén interesados en aprender más sobre este método y es autor de libros como “101 alimentos que curan” y “Zumos que sanan”
Paralelo a esta alimentación, la dieta debe acompañarse de medicamentos de origen orgánico administrados en cantidades terapéuticas según el tipo de paciente. Estos pueden ser compuestos de potasio, soluciones de Lugol, vitamina B-12, hormonas tiroideas y enzimas pancreáticas. El doctor Gerson desarrolló, además, una técnica de lavados intestinales conocida también como enemas de café. De acuerdo a sus investigaciones, este grano estimula el hígado, abre los canales biliares y desecha las toxinas acumuladas junto con estimular la producción del sistema enzimático. Haciendo esto la desintoxicación del cuerpo puede considerarse total.
Es importante saber que pese a los buenos resultados de la terapia, ningún tratamiento resulta para todo el mundo, por lo que no existe garantía de que funcione todas las veces. Lo que está claro es que de hacerse debe hacerse bien: siguiendo todos los pasos metódicamente. Por eso aún cuando es posible encontrar mucha información del régimen en Internet, se recomienda empezar el tratamiento en un centro con licencia del Instituto Gerson.
Eso es lo que hizo Alan Furmanski, quien fue diagnosticado con cáncer de piel el año 2006. Luego de ser operado para tratar la enfermedad, volvieron a aparecer los tumores y ningún especialista le supo dar una respuesta que lo dejara conforme. Investigando, descubrió la terapia Gerson y de inmediato se dirigió a la clínica que dirige hoy, Charlotte, la hija del médico creador del tratamiento. Durante dos años Alan siguió la terapia hasta que finalmente logró sanarse de la enfermedad. Hoy da charlas a quienes estén interesados en aprender más sobre este método y es autor de libros como “101 alimentos que curan” y “Zumos que sanan”
http://larutadelailuminacion.blogspot.com.ar/
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