Al consumir este cereal, rico en fibra y vitaminas, el cuerpo se colma de energía. Los males digestivos, reumáticos y nerviosos -hasta el traicionero colesterol- se rinden ante sus no pocas propiedades. La piel también recibe y celebra sus encantos
Este cereal es una caja de Pandora y un universo de bienestar. Sí, es tan noble y versátil en su labor saludable que su riqueza fibrosa, proteica y vitamínica concede infinitos beneficios tanto orgánicos como cutáneos. Cada vez más la comunidad médica reivindica -y reconoce- sus atributos nutritivos y cosméticos. Por algo en Canadá y China, por ejemplo, es objeto de culto y tradición. La honran porque está colmada de bondades.
De grácil estética y sabor, la avena pertenece a las familias de las gramíneas (grano seco cubierto por las escamas de la flor) cuyos frutos ricos en almidón, aportan una energía corporal apreciable. Rusia, Canadá, Estados Unidos y Finlandia son los principales países productores de este alimento proveniente de una planta herbácea de tallos delgados y hojas planas y alargadas. Su siembra ocupa el quinto lugar en la producción de cereales y para su cultivo no se requiere muchos fertilizantes -a diferencia del trigo y la cebada- porque aprovecha todos los nutrientes del suelo.
Esas purezas hacen que su acción terapéutica y curativa sea excepcional. Miguel Pros, fundador de la Asociación Española de Médicos Naturistas y autor del libro Cómo cura la Avena afirma que tiene cualidades benéficas para el tratamiento de las enfermedades nerviosas, digestivas, reumáticas y metabólicas. "Gracias a sus compuestos, mantiene el peso a raya, disminuye el colesterol y evita el insomnio y el estrés", desliza Pros en las páginas de su libro. En Estados Unidos es tan valorada por estas propiedades que es la más utilizada después del maíz.
COMPOSICIÓN SUSTANCIOSA
La avena es uno los cereales más ricos en proteínas, hidratos de carbono, vitamina B1 o tiamina (necesaria para el buen funcionamiento del sistema nervioso), y en menor proporción otras vitaminas del Grupo B. Contiene minerales como fósforo, potasio, calcio y hierro. He aquí detalles sobre su composición y valor nutricional:
PROTEÍNAS: De los ochos aminoácidos necesarios para la vida, la avena contiene seis. Incluye, además, cantidades elevadas de metionina (aminoácido esencial para el metabolismo), por eso al combinarse con las legumbres (deficitarias en metionina) o con leche se obtienen proteínas completas de valor equiparables a las de la carne, el pescado o los huevos. Por cada 100 g aporta 12 g de proteína.
HIDRATOS DE CARBONO: Contiene los denominados complejos, que proporcionan energía después de haberlos absorbidos. Es decir, con su consumo se confina el cansancio que producen algunos cereales refinados y el azúcar. El mayoritario es el almidón, pero también tiene pequeñas cantidades de fructosa (el azúcar característico de las frutas y de la miel) y fibra. Por cada 100 g aporta 60 g de hidrato de carbono y 6 g de fibra.
GRASAS: Es el cereal con más grasa vegetal y el 80% del total son insaturadas. Predomina el ácido esencial linoleico (omega-6). Otro de sus elementos es el fitosterol, un compuesto que contribuye a reducir los niveles de colesterol en la sangre. Las grasas insaturadas son conocidas como "buenas" y de efectos benéficos para la salud. Por cada 100 g aporta 7,1 g de grasa.
VITAMINAS Y MINERALES: Contiene vitamina B1, B2, E, PP, D, niacina (una vitamina B esencial para la salud cerebral y cardiovascular), caroteno, azufre, calcio, fósforo, potasio, sodio, hierro, magnesio y cobre. Por su riqueza en fósforo es recomendable en la actividad cerebral y por el azufre en el bienestar de la piel. Por cada 100 g aporta 79,6 mg de calcio y 5,8 mg de hierro.
PARA TOMARLA
La avena es ideal para cualquier comida. Se puede preparar sola, cruda o cocida, con leche, agua, caldo de verduras, frutas o yogur. Sus opciones:
COPOS DE AVENA: Los copos y el salvado de avena se suelen tomar junto con la leche o yogur así como con sopas y ensaladas. Se emplean, también, para la elaboración de albóndigas vegetales y postres. En Escocia preparan un plato típico llamado porridge con cuatro cucharadas soperas de
copos que se ponen en remojo. Al día siguiente, se hierve medio litro de agua y se añaden los copos remojados dejando en ebullición unos quince minutos a fuego lento. Se sirve, en el desayuno, con miel y leche
GRANOLA: La avena es uno de sus ingredientes fundamentales, junto con otros cereales como las frutas desecadas y frutos secos. Tiene abundante fibra. Es ideal para comenzar el día
SALVADO DE AVENA: Es pura fibra soluble y de textura muy suave. Se puede incorporar diariamente en todas las formas, bien como un suave cereal de desayuno o la incorporación en todas las recetas
AGUA DE AVENA: Se obtiene por decocción de dos cucharadas soperas de granos de avena en un litro de agua. Se hierve durante cinco minutos y luego se filtra. Se puede dulcificar con miel. Es recomendable en cualquier momento del día
HARINA O CREMA: Se utiliza para la elaboración de papillas (puré hecho con leches y cereales), sopas y salsas. Con la harina de avena se hace un sinfín de galletas
BENEFICIOS SALUDABLES
De unos diez años para acá, las revistas mundiales de medicina natural mantienen una postura benévola hacia este cereal, cuyo respaldo le ha otorgado muy buena prensa. ¿Cuáles de sus beneficios acentúan? Muchos, pero especialmente que su fibra soluble ayuda a reducir el colesterol, desintoxica la sangre y previene los infartos y la arteriosclerosis. Insisten, además, que es aliada incuestionable del sistema nervioso, capaz de atenuar la ansiedad.
Estos son otros de sus atributos más destacables:
- Estimula la glándula tiroides (hipotiroidismo) cuando funciona con deficiencia
- Favorece la actividad del páncreas, regulando el azúcar en la sangre
- Combate el insomnio y el agotamiento, así como algunas quemaduras y eczema
- Fomenta la producción de leche en el embarazo y la lactancia
- Es fuente de energía para deportistas, estudiantes o personas con exceso de trabajo
- Ayuda al desarrollo físico e intelectual de los niños y propicia la salida de los dientes
- Modera los trastornos digestivos (úlcera, gastritis) y es de fácil digestión
- Por su contenido de fibra, ayuda a reducir kilos, pues actúa como regulador metabólico
PROPIEDADES DERMATOLÓGICAS
La tendencia -cada vez más ascendente- de la utilización de terapias naturales para los tratamientos de belleza, ha puesto a la avena en el centro de la escena de la dermocosmética. Por eso es uno de los principales activos de cuantiosos productos como jabones, cremas y lociones. Su rasgo más distintivo, es la cualidad de retener la humedad en la piel. Cuando nutre máscaras faciales se garantiza el rejuvenecimiento.
Los laboratorios dermatológicos suelen utilizar dos tipos de avena:
1) La avena coloidal, a base de harina con oligoelementos y vitaminas, muy eficaces para las pieles secas y ásperas ("es óptima para el cutis seco", aseguran los naturistas)
2) La avena rhealba, seleccionada por sus propiedades antiirritante y emolientes. Las lociones de leche de avena -ricas en proteínas y sales minerales- proporcionan muy buenos efectos hidratantes. También, al combinarla en casa de forma natural -con miel, por ejemplo- se obtienen excelentes resultados.
Las razones sobran para que se haya convertido entonces en la amiga fiel de algunos tratamientos cutáneos. He aquí los motivos: sus partículas absorben la suciedad y los residuos celulares, mantiene una barrera protectora frente a las agresiones externas, calma las irritaciones de origen alérgico, sus proteínas mantienen el PH de la piel en 5,5 y es buena para limpiar el cutis grasoso.
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