El aceite de coco comenzó a comercializarse en el sudeste asiático y las islas del Océano Pacífico en la región asiática, a mediados del siglo XIX. Hoy en día la producción y exportación de este aceite forma parte de una de las más importantes actividades económicas en las Filipinas.
Al aceite de coco también se le conoce como crema de coco y se extrae de la “carne” del coco, la pulpa que se encuentra en el interior de color blanco. Y a pesar de que no es un aceite muy costoso, no resulta muy sencillo adquirirlo en los países de occidente, generalmente puede encontrarse en tiendas especializadas o naturistas.
A principios del siglo XX, el aceite de coco era más fácil de encontrar de lo que resulta hoy en día y era ampliamente usado en la cocina. Dado que posee un punto de fusión bajo y puede conservarse durante un considerable tiempo, es muy sencillo de usar y de guardar, y además posee un sabor agradable.
Sin embargo, a mediados del siglo XX se comenzaron a descubrir los riesgos del consumo de grasas saturadas, debido a esta razón, el aceite de coco cobró una mala reputación y comenzó a desaparecer del mercado. Hoy en día, las investigaciones han demostrado que las grasas del aceite de coco pueden poseer grandes beneficios.
Para qué sirve el aceite de coco
Es cierto que las grasas saturadas pueden causar daños a la salud cuando se consumen en exceso. Pero no todas las grasas saturadas son iguales. Las que contiene el aceite de coco son llamadas “triglicéridos de cadena media”, las cuales pueden ser asimiladas fácilmente por nuestro organismo y proporcionar distintos beneficios, lejos de perjudicar al cuerpo.
Una de las propiedades del aceite de coco es su elevada concentración de ácido láurico.
Algunos estudios han afirmado que el aceite de coco reduce el nivel de colesterol y triglicéridos.
El consumo de aceite de coco puede ayudar a prevenir infartos, arterioesclerosis e hipertensión.
Para la piel, el aceite de coco también representa beneficios. Sus antioxidantes pueden combatir a los radicales libres.
Las propiedades del aceite de coco también sirven como agentes antiinflamatorios, antibacteriales y antivirales.
Los ácidos grasos del aceite de coco
El beneficio de los ácidos grasos del aceite de coco recae en la longitud de sus cadenas. El aceite de coco contiene ácidos grasos de cadena media, este tipo de ácidos penetran las membranas celulares con mayor facilidad que los ácidos grasos de cadena larga, sin que sea necesario utilizar enzimas especiales.
Los ácidos grasos de cadena media se envían directamente al hígado, sin que circulen por el torrente sanguíneo como lo hacen otras grasas. En este órgano son convertidos en energía y no se almacenan como grasa en el cuerpo. Este hecho hace que el aceite de coco proporcione beneficios a la salud, como por ejemplo, un buen metabolismo.
Propiedades antibióticas del aceite de coco
Otra de las propiedades del aceite de coco es su alta concentración de ácido láurico. A este ácido el cuerpo lo convierte en glicerol de monolaurato o monolaurin, un monoglicérido con características que aumentan las propiedades antibacteriales y antivirales de nuestro cuerpo.
El cuerpo se puede beneficiar grandemente para combatir virus como el de la influenza o el herpes y hasta el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). De hecho, este compuesto es utilizado en tratamientos para personas que han sido infectadas con el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
El aceite de coco y la reducción del colesterol
El aceite de coco puede disminuir los niveles de colesterol gracias a que tiene la habilidad para estimular la tiroides. Cuando hay una cantidad suficiente de hormonas tiroideas en el cuerpo, el colesterol es convertido mediante enzimas en esteroides como progesterona, dehidroepiandrosterona y pregnenolona, fundamentales para evitar las enfermedades del corazón, la obesidad, el cáncer y otras enfermedades degenerativas.
El ácido láurico también contribuye a regular los niveles de colesterol y ayuda a estabilizar la presión arterial.
Antioxidantes en el aceite de coco
Los antioxidantes en el aceite de coco pueden ayudar a combatir los radicales libres y proporcionar muchos beneficios con ello. En la piel, los radicales libres pueden causar arrugas, manchas características de la edad, la flacidez de la piel, y otras consecuencias de la edad o la contaminación del ambiente. El aceite de coco puede penetrar la piel al aplicarse sobre ésta y formar una barrera protectora contra los radicales libres.
Contraindicaciones del aceite de coco
Para que el aceite de coco resulte benéfico, se debe consumir únicamente el aceite de la más alta calidad. Los aceites de coco refinados, hidrogenados, o tratados para quitarles el color, no producen efectos benéficos, por el contrario, pueden ser perjudiciales. Los procesos químicos mencionados eliminan todos los nutrientes presentes en el aceite de coco. El aceite de coco virgen no es sometido a ningún tipo de proceso y es la opción más saludable.
Algunas personas pueden ser alérgicas al aceite de coco, y a cualquier producto del coco. Si se presenta cualquier síntoma extraño después de consumir o aplicar aceite de coco sobre la piel se debe consultar a un médico. Aún se llevan a cabo debates acerca de los beneficios exactos del aceite de coco. Aunque las opiniones cada vez resultan más favorecedoras, aún hay puntos de vista contrarios. Por lo tanto, lo mejor es consultar a su médico si pretende hacer uso cotidiano del aceite de coco.
Este artículo no debe ser tomado como consejo médico y, en cualquier caso, debe consultarse siempre a un médico profesional de confianza para tratar cualquier dolencia o enfermedad.
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