El sésamo, también llamado ajonjolí, es uno de los vegetales más antiguos del planeta. Ya los faraones egipcios lo incluían en su dieta y hasta el propio Hipócrates recomendaba su consumo por sus altos poderes nutritivos.
Existen dos variedades, el sésamo blanco, y el negro. Según la tradición hindú, representa el principio de la vida, motivo más que suficiente para incorporarlo a nuestra alimentación, ¿no te parece?
De este vegetal, en su variedad blanco, se extrae el aceite más fino y de mayor calidad, y su aroma es exquisito.
Las semillas de sésamo al natural es la forma más habitual de consumir este vegetal y se las puede emplear para espolvorear ensaladas, sopas y también para incluirlas en el preparado de masas de panes y tortas.
Entre las propiedades nutricionales tenemos:
- Ácidos grasos insaturados, entre los que se destacan la lecitina.
- Proteínas vegetales de alto valor biológico.
- Vitaminas B1, B2 y E.
- Minerales: calcio, hierro, silicio, cobre, cromo, magnesio y fósforo.
- Fibras.
Entre las propiedades curativas, podemos afirmar que :
- Es energético.
- Mejora el sistema circulatorio.
- Reduce el colesterol.
- Mantiene el tono muscular.
- Beneficia al sistema nervioso.
- Mejora la fertilidad y la virilidad, es afrodisíaco.
- Favorece la coagulación.
- Facilita la disolución de las grasas, evitando que éstas se depositen en las arterias.
- Tiene acción laxante.
- Evita la osteoporosis.
- Evita la caída del cabello.
- Reduce la formación de caries.
- Favorece el sueño.
- Combate la irritabilidad y la depresión
- Es útil para la hemorroides
- Es antioxidante, retarda el envejecimiento
- Bueno para tratar las irregularidades menstruales.
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