domingo, 9 de septiembre de 2012

EL SÉSAMO BLANCO.

 
El sésamo, también llamado ajonjolí, es uno de los vegetales más antiguos del planeta. Ya los faraones egipcios lo incluían en su dieta y hasta el propio Hipócrates recomendaba su consumo por sus altos poderes nutritivos.
Existen dos variedades, el sésamo blanco, y el negro. Según la tradición hindú, representa el principio de la vida, motivo más que suficiente para incorporarlo a nuestra alimentación, ¿no te parece?
De este vegetal, en su variedad blanco, se extrae el aceite más fino y de mayor calidad, y su aroma es exquisito.
Las semillas de sésamo al natural es la forma más habitual de consumir este vegetal y se las puede emplear para espolvorear ensaladas, sopas y también para incluirlas en el preparado de masas de panes y tortas.
Entre las propiedades nutricionales tenemos:
  • Ácidos grasos insaturados, entre los que se destacan la lecitina.
  • Proteínas vegetales de alto valor biológico.
  • Vitaminas B1, B2 y E.
  • Minerales: calcio, hierro, silicio, cobre, cromo, magnesio y fósforo.
  • Fibras.
Entre las propiedades curativas, podemos afirmar que :
  • Es energético.
  • Mejora el sistema circulatorio.
  • Reduce el colesterol.
  • Mantiene el tono muscular.
  • Beneficia al sistema nervioso.
  • Mejora la fertilidad y la virilidad, es afrodisíaco.
  • Favorece la coagulación.
  • Facilita la disolución de las grasas, evitando que éstas se depositen en las arterias.
  • Tiene acción laxante.
  • Evita la osteoporosis.
  • Evita la caída del cabello.
  • Reduce la formación de caries.
  • Favorece el sueño.
  • Combate la irritabilidad y la depresión
  • Es útil para la hemorroides
  • Es antioxidante, retarda el envejecimiento
  • Bueno para tratar las irregularidades menstruales.

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