sábado, 1 de diciembre de 2012

AUTOCURACIÓN POR LOS SUEÑOS (ONIROTERAPIA)



Soñar es un sistema curativo en sí mismo. Y, además, puede potenciarse aún más. Algo que ha sido utilizado en diversas formas desde los más remotos tiempos. Vamos a explicar algunas de las claves fundamentales para curar a través de los sueños.

LA FUNCIÓN TERAPÉUTICA DEL SUEÑO

Si aceptásemos que la mayor parte de las enfermedades tienen un origen (más cercano o más remoto) en el entramado psíquico del individuo tendríamos que reconocer también que los sueños obran como una magnífica catarsis.
Para contribuir a la curación del cuerpo no basta con descansar. Hay que dormir y soñar. Normalmente, durante una enfermedad los sueños son más intensos, vividos e impactantes. A veces parecen especialmente confusos, raros y surrealistas. Pero igual que el cuerpo, ante la enfermedad, siempre busca la manera de resolver el conflicto (lo consiga o no) los sueños siempre buscan también la manera de resolver el conflicto original.
Por eso es importante no interferir. Hay que dormir y dejar que "Morfeo" ponga en escena todos los factores que, exhibiéndose, ordenándose y llevando a efecto todas sus oníricas consecuencias den como resultado un estado psíquico diferente.
Soñar es curarse.
Y, por tanto, la mejor actitud frente a la enfermedad aguda es dormir y dejar que el sueño haga su trabajo.


POTENCIANDO LA CAPACIDAD CURATIVA DEL SUEÑO

Usar el poder del mundo onírico para curar es posible desde dos enfoques distintos:

1. La persona capaz de mantener la lucidez en los sueños tiene a su disposición un potente arsenal de potencialidades o "poderes" curativos que puede usar a voluntad.

2. La persona que no mantiene la lucidez en los sueños puede, de todas formas, utilizar el mundo onírico como medio de curación.
 

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