jueves, 16 de enero de 2014

EFECTOS CURATIVOS DEL AGUA, AIRE, SOL Y TIERRA





No necesitamos gastar grandes cantidades de dinero para mantener y recuperar nuestra salud, solo es necesario conocer los efectos curativos que tienen los elementos básicos que nos ofrece la naturaleza para utilizarlos y obtener el máximo provecho de los mismos.
A continuación detallo lo que pueden hacer por nosotros:

EL AGUA, AIRE, SOL Y TIERRA

EL AGUA: Las propiedades del agua son de sobre conocidas. Lazaeta Acharan en su tratado: “La medicina natural al alcance de todos”, hace mención de la doctrina térmica y señala: “El frío del agua sobre la piel tiene doble efecto: contracción vascular que descarga la sangre de los capilares al interior y reacción que descongestiona los órganos internos y llena los vasos de la piel, donde afluye el exceso de calor interno y las impurezas de la sangre para eliminarlas por los poros”.

Esto quiere decir que el agua se puede utilizar como alimento y medicina, ya que por sus cualidades permite la eliminación de impurezas, actúa como termorregulador corporal, mineraliza nuestros órganos internos, estimula la circulación sanguínea, sirve como sedante para el sistema nervioso, activa el estómago y los intestinos, y calma la sed como ninguna otra bebida puede hacer.

La mejor manera de aprovechar este elemento es beberla natural, en pequeños sorbos, fresca y natural. Utilizar el agua fría para limpiar nuestro cuerpo y buscar las reacciones de calor después del baño, para evitar enfriamientos o resfriados.

EL AIRE: Ya he mencionado que el primer alimento del ser humano es el aire; por este motivo, debemos estar en contacto permanente con el mismo. El oxígeno que requiere nuestro organismo, lo podemos obtener en forma natural del aire, pero este debe ser limpio, puro, libre de contaminantes, humos, polvos, partículas extrañas y de malos olores. Se ha comprobado que las personas que tienden a permanecer en lugares cerrados y mal ventilados, donde se respira un aire viciado; son mas propensas a enfermedades, pues el organismo absorbe por los pulmones y la piel toda clase de microorganismos que pueden afectar nuestra salud.

Debemos buscar en forma permanente estar en contacto con el aire puro; si tenemos el privilegio y la oportunidad de salir al campo, la playa o las montañas, es importante aplicar técnicas de respiración para renovar nuestro aire y oxigenar nuestro organismo. Si vivimos en la ciudad, salgamos a los parques y jardines bien arbolados cuando menos tres veces por semana, y si es por las mañanas será mucho mejor, pues en las noches el aire estará más cargado de contaminantes y bióxido de carbono.

EL SOL: Nuestro Padre Universal nos lego en este astro la vida y la salud, pues nos proporciona energía, calor y luz. Este elemento fortalece el sistema nervioso, estimula la piel y purifica nuestra sangre.

La luz solar permite la fotosíntesis de las plantas, provocando su verdor, facilita la maduración de los frutos y da color a las flores.

La exposición a los rayos solares es una práctica antiquísima, se hacía para dar calor al cuerpo, para purificarlo y para evitar la ictericia en los bebés. Se recomienda que a los niños en crecimiento se les permita exponerse a los rayos del sol cuando menos una hora diaria, esto con la finalidad de que se vitalice su organismo y asimilen la vitamina D, los hidratos de carbono, las proteínas y el oxígeno.

Los baños de sol deben hacerse con mucho cuidado, para no provocar alteraciones de la piel. El mejor horario para tomar el sol por la mañana es de las 7:00 a las 10:00 y por las tardes de las 5:00 a las 8:00.

LA TIERRA: Que podemos decir de la tierra, si todo lo que tenemos y comemos proviene de ella. Pero no solo disfrutamos de estos beneficios, hay otro agente curativo que nos proporciona salud, y es el barro. Este combina tierra y agua, y hace posible que germine toda vida orgánica. Tiene propiedades curativas, pues es absorbente, antiséptico, bactericida, cicatrizante, calmante, depurativo, desinflama y descongestiona. Cuando el barro es limpio y proviene de tierra y agua pura, se utiliza en cataplasmas para sanar fracturas, heridas, quemaduras, disolver abscesos y tumoraciones, así como para calmar dolores, etc. El barro es un “remedio” que cura toda clase de enfermedades.

Una práctica muy eficaz para aprovechar al máximo las propiedades de la tierra, es caminar descalzo sobre esta, cuando esta húmeda y removida, esto permite que se active nuestro sistema nervioso y el sistema circulatorio.

Fuente: Biomanantial

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