sábado, 26 de abril de 2014

Reflexoterapia, Medicina Alternativa



La reflexología puede ser englobada dentro de las terapias alternativas como la acupuntura, osteopatía, cromoterapia, naturopatía, flores de Bach, etc.

Tiene sus orígenes en la acupuntura china y en numerosos estudios realizados desde el siglo XIX en Europa y Estados Unidos, sobre la mecánica de los actos reflejos dentro del sistema nervioso.

Gracias a estos conocimientos se ha llegado a establecer un “mapa” de todos los órganos y estructuras del cuerpo en el pie, principalmente en la planta. De este modo, es posible activar y regenerar los órganos internos a través de la presión ejercida sobre su zona refleja localizada en el pie.

¿En qué consiste?

Básicamente, es un masaje en los pies, aunque también pude efectuarse en las manos, orejas y determinados puntos de la cara y de la cabeza Durante la sesión de reflexoterapia se detectan aquellos órganos o partes del cuerpo que están en situación de desequilibrio, es decir, faltos de salud. El paciente va indicando qué zonas le duelen con especial intensidad.

Es preciso aclarar que hay puntos reflejos muy sensibles, y que al ser presionados producen dolor sin que esto sea indicativo de alteración: plexo solar, ganglios linfáticos, tálamo, hipotálamo, hipófisis, glándula pineal, etc El terapeuta detecta las anomalías, pero no puede diagnosticar enfermedades, esto es labor de los médicos especialistas.

Por ejemplo, al presionar en la zona refleja correspondiente al estómago el paciente siente un fuerte dolor, como de “agujas”. Esto nos indica que el estómago no está bien. ¿Qué sucede?, ¿se trata de una úlcera, una gastritis, una indigestión o tal vez de algo más grave?

El reflexoterapeuta no podrá decirlo. Lo único que está en sus manos es masajear la zona refleja en el pie hasta que, al cabo de unas sesiones, ese dolor ha desaparecido por completo o en gran medida. En ese momento sabremos que el estómago del paciente ha recuperado su equilibrio y se encuentra sano.

Al final de una primera sesión de trabajo, el reflexoterapeuta habrá localizado aquellos problemas de salud que afectan a la persona. Algunos de ellos pueden ser conocidos por ésta, y otros nuevos acaban de dar la cara. Tal vez pasamos por alto muchas dolencias que llegamos a considerar normales: músculos agarrotados, insomnio, cansancio crónico, abatimiento, etc.

Otras enfermedades no suelen ser detectadas porque normalmente requieren pruebas altamente específicas. Tal es el caso de la glándula paratoidea; un defecto en su función altera la absorción del calcio, dando lugar a futuras osteopatías.

¿Cómo funciona?

Debido a la presión manual, las terminaciones nerviosas y otras energías del cuerpo se ponen en funcionamiento. De este modo, es el mismo cuerpo del paciente el que se encarga de su autocuración, corrigiendo el desequilibrio en las estructuras y órganos alterados. Tanto una colitis como un estreñimiento son tratados masajeando la misma zona refleja: el intestino grueso.

Un exceso de acidez estomacal, una gastritis y un estómago “perezoso” requieren presionar en el mismo punto: el reflejo del estómago. En definitiva, todo lo que está en exceso y lo que está en defecto, vuelven a la normalidad, la situación de equilibrio o salud, tras la estimulación repetida de los puntos reflejos.

¿Cuándo podemos emplear esta terapia?

Siempre que deseemos mantener, e incluso potenciar nuestro estado de buena salud. Es una gran herramienta para generar energía vital y mantenernos en perfectas condiciones.

Cuando ya se ha instalado la enfermedad en el cuerpo y deseamos curarnos de forma no agresiva y sin efectos secundarios. Los resultados son sorprendentes en multitud de alteraciones: estrés, ansiedad, depresión; problemas hormonales (tiroides, paratiroides, gónadas sexuales, hipófisis, etc.); dolores músculo-esqueléticos (lumbalgias, ciática, artritis, artrosis, etc.); migrañas, jaquecas, dolores de regla, de muelas, etc.; alteraciones en los aparatos digestivo, respiratorio, genitourinario, etc.; en infecciones agudas y crónicas Algunas patologías requieren un tratamiento serio y profundo.

La reflexología será entonces una herramienta más dentro de la estrategia de curación. Es válida para cualquier edad,es totalmente inocua, aunque sea dolorosa. Desde bebés hasta mayores pueden beneficiarse de esta terapia.

Cabe señalar que cuanto más joven sea el organismo, mayor es la respuesta auto sanadora del cuerpo Resumiendo, la reflexología nos ofrece la oportunidad de conseguir un estado de relajación profunda, en el cual liberamos tensiones, calmamos la ansiedad y superamos estados depresivos. Asimismo, se activan los procesos internos de autocuración propios del cuerpo, llevándonos a una situación de salud y equilibrio.

Combinada con otros hábitos como una alimentación sana, ejercicio físico frecuente y relajación mental, nos ayudará a vivir con profundo y auténtico bienestar

Fuente: Leticia Miró Moriano Mujer hoy

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