Es increíble lo que puede cambiar el resultado de nuestras acciones una simple palabra: motivación.
Porque de tenerla a no tenerla no solo varía el resultado, también nuestro estado de ánimo, nuestra actitud ante las
cosas, ante los retos, ante los sueños.
Es una fuerza que, cuando comienzas a pensar que te vuelves a perder en el camino, te aporta esa energía extra, como esas barritas energéticas que venden en los supermercados. Eso que hace que saques todo tu entusiasmo, tu vitalidad, en definitiva, tus ganas de seguir luchando.
En ocasiones nos encontramos con personas muy activas, que son capaces de muchas cosas, emprendedoras o simplemente que creen en lo que hacen, se les nota en cada centímetro de su ser, esa luz, ese empuje… Estén cansadas o no, siempre les quedan fuerzas para transmitir aquello en lo que creen, aquello por lo que luchan, aquello por lo que quieren mejorar cada día, crecer como personas y contribuir a que el mundo crezca. Solemos preguntarnos: ¿de dónde sacarán tiempo? ¿De dónde sacarán fuerzas? ¿Cómo se organizan? ¿Sus días tienen más de 24 horas? ¿Cómo consiguen mantener ese nivel de actividad sin decaer, sin entrarles ganas de tirar la toalla, únicamente mirando hacia delante?
La respuesta es sencilla a la vez que complicada: motivación. Eso es lo que les empuja. Porque cuando uno hace cosas en las que cree, es capaz de vencer los miedos, mirar a su objetivo e ir a por él sin dudarlo, sin que la anticipación negativa se apodere de sus metas. Siente que puede comerse el mundo, que puede hacer algo grande partiendo de retos más pequeños, que aunque no quiera decirlo así porque su humildad no se lo permita, puede llegar lejos, más lejos aún de lo que imagina, sin poner límites.
Sin ella te sientes perdido, apático, derrotado y cansado. Es entonces cuando tienes que salir a buscarla. Sí, porque a veces se sabe esconder muy bien y cuesta encontrarla. Pero, cuando comienzas a notar los síntomas, es cuando hay que darse cuenta de que es el momento de comenzar la búsqueda y no parar hasta encontrarla, aunque sin obsesionarse por el tiempo que tardes en ello. Esto no es tarea fácil. Y tampoco una tarea que se realice una vez en la vida, es una tarea constante. Solo así conseguiremos sacar nuestro potencial, sentirnos llenos y encontrarle sentido a cada pequeña acción que realicemos.
Aún recuerdo la primera vez que me dijeron la siguiente frase, entonces ni creía en ella, ni tenía fuerzas, ni me veía capaz. No podía reaccionar, antes necesitaba asomar un poquito la cabeza para poder creérmela.
QUIERO, PUEDO Y ME LO MEREZCO
Piensa lo que quieres hacer de tu vida, créetelo, porque si te sientes motivado para ello podrás hacerlo gracias a esa fuerza extra y por supuesto que te lo mereces, todo el mundo merece tener la oportunidad de comenzar de nuevo y de ser FELIZ.
ANA HIJÓN PLIEGO
Es una fuerza que, cuando comienzas a pensar que te vuelves a perder en el camino, te aporta esa energía extra, como esas barritas energéticas que venden en los supermercados. Eso que hace que saques todo tu entusiasmo, tu vitalidad, en definitiva, tus ganas de seguir luchando.
En ocasiones nos encontramos con personas muy activas, que son capaces de muchas cosas, emprendedoras o simplemente que creen en lo que hacen, se les nota en cada centímetro de su ser, esa luz, ese empuje… Estén cansadas o no, siempre les quedan fuerzas para transmitir aquello en lo que creen, aquello por lo que luchan, aquello por lo que quieren mejorar cada día, crecer como personas y contribuir a que el mundo crezca. Solemos preguntarnos: ¿de dónde sacarán tiempo? ¿De dónde sacarán fuerzas? ¿Cómo se organizan? ¿Sus días tienen más de 24 horas? ¿Cómo consiguen mantener ese nivel de actividad sin decaer, sin entrarles ganas de tirar la toalla, únicamente mirando hacia delante?
La respuesta es sencilla a la vez que complicada: motivación. Eso es lo que les empuja. Porque cuando uno hace cosas en las que cree, es capaz de vencer los miedos, mirar a su objetivo e ir a por él sin dudarlo, sin que la anticipación negativa se apodere de sus metas. Siente que puede comerse el mundo, que puede hacer algo grande partiendo de retos más pequeños, que aunque no quiera decirlo así porque su humildad no se lo permita, puede llegar lejos, más lejos aún de lo que imagina, sin poner límites.
Sin ella te sientes perdido, apático, derrotado y cansado. Es entonces cuando tienes que salir a buscarla. Sí, porque a veces se sabe esconder muy bien y cuesta encontrarla. Pero, cuando comienzas a notar los síntomas, es cuando hay que darse cuenta de que es el momento de comenzar la búsqueda y no parar hasta encontrarla, aunque sin obsesionarse por el tiempo que tardes en ello. Esto no es tarea fácil. Y tampoco una tarea que se realice una vez en la vida, es una tarea constante. Solo así conseguiremos sacar nuestro potencial, sentirnos llenos y encontrarle sentido a cada pequeña acción que realicemos.
Aún recuerdo la primera vez que me dijeron la siguiente frase, entonces ni creía en ella, ni tenía fuerzas, ni me veía capaz. No podía reaccionar, antes necesitaba asomar un poquito la cabeza para poder creérmela.
QUIERO, PUEDO Y ME LO MEREZCO
Piensa lo que quieres hacer de tu vida, créetelo, porque si te sientes motivado para ello podrás hacerlo gracias a esa fuerza extra y por supuesto que te lo mereces, todo el mundo merece tener la oportunidad de comenzar de nuevo y de ser FELIZ.
ANA HIJÓN PLIEGO
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