El encuentro con nuestra alma gemela es inevitable, aunque nacemos en cuerpos diferentes, ciudades diferentes, viviendo vidas paralelas. A veces no nos reconocemos al instante porque seguramente necesitamos más
evolución y estar preparados para ese momento. Las almas gemelas poseen los mismos intereses, más que una atracción física o sexual, es una atracción que va más allá de lo físico, la ternura, el amor, la empatía. Un amor que trasciende la raza, el credo, el estatus, la edad, las distancias.
Algunas de las reacciones para saber si nos encontramos enfrente de nuestra otra mitad son los siguientes: Sincronicidad de encuentros con esta persona. El universo al parecer se las arregla para que nos encontremos en los lugares menos pensados.
Urgencia de hablar o encontrarnos con esta persona, disfrutamos de su compañía y de las largas conversaciones tan agradables que mantenemos. Ocurre una especie de cambio en nuestro comportamiento. Si antes éramos secos y fríos no tornamos más amorosos.
En algunos casos, antes de encontrarnos a nuestra alma gemela, nos encontramos en un relación de amor imposible.
Reacciones físicas: aceleración de los latidos del corazón, sudoración de manos, euforia, exceso de alegría. Inmensos deseos de abrazarse o besarse.
No olvidemos, que nuestro corazón es muy sabio en esto de reconocer a nuestra alma gemela, puede que nosotros la tengamos físicamente frente a nosotros y no la veamos ni le prestemos atención pero nuestro corazón y nuestra alma sí, lo reconocen de inmediato y harán todo lo posible para que te des cuenta aunque ello tome cierto tiempo y estés preparado para recibirlo. En otros casos el alma más evolucionada puede ayudar a la menos evolucionada a lograr la evolución necesaria para reconocerse.
Carlos Mora Vanegas
Algunas de las reacciones para saber si nos encontramos enfrente de nuestra otra mitad son los siguientes: Sincronicidad de encuentros con esta persona. El universo al parecer se las arregla para que nos encontremos en los lugares menos pensados.
Urgencia de hablar o encontrarnos con esta persona, disfrutamos de su compañía y de las largas conversaciones tan agradables que mantenemos. Ocurre una especie de cambio en nuestro comportamiento. Si antes éramos secos y fríos no tornamos más amorosos.
En algunos casos, antes de encontrarnos a nuestra alma gemela, nos encontramos en un relación de amor imposible.
Reacciones físicas: aceleración de los latidos del corazón, sudoración de manos, euforia, exceso de alegría. Inmensos deseos de abrazarse o besarse.
No olvidemos, que nuestro corazón es muy sabio en esto de reconocer a nuestra alma gemela, puede que nosotros la tengamos físicamente frente a nosotros y no la veamos ni le prestemos atención pero nuestro corazón y nuestra alma sí, lo reconocen de inmediato y harán todo lo posible para que te des cuenta aunque ello tome cierto tiempo y estés preparado para recibirlo. En otros casos el alma más evolucionada puede ayudar a la menos evolucionada a lograr la evolución necesaria para reconocerse.
Carlos Mora Vanegas
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