martes, 4 de diciembre de 2012

REFLEXIÓN DEL DÍA



En la infinitud de la vida, donde estoy, todo es perfecto, 
completo y entero, y sin embargo, la vida cambia siempre. 
No hay comienzo ni hay final; 
sólo un reciclar constante de la sustancia y las experiencias. 
La vida jamás se atasca, ni se inmoviliza ni se enrancia, 
pues cada momento es siempre nuevo y fresco. 
Soy uno con el mismo Poder que me ha creado, 
y que me ha dado el poder de crear 

mis propias circunstancias.
Me regocija el conocimiento de que tengo poder
para usar mi mente tal como yo decida.
Cada momento de la vida es un comienzo nuevo que nos
aparta de lo viejo y este momento es un nuevo comienzo
para mí, aquí y ahora
Todo está bien en mi mundo.

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