sábado, 16 de marzo de 2013
CUIDA DE LOS PENSAMIENTOS
Todo lo que pensáis tiene gran influencia sobre vuestro cuerpo, por ejemplo, las inquietudes y los sufrimientos pueden causar disturbios muy serios en las secreciones digestivas. Los estados mentales tristes y depresivos pueden transformar, con el transcurso del tiempo, un rostro agradable, dejándolo con una expresión totalmente repulsiva, de modo que todo lo que preocupe a vuestra mente o imaginación tiene su consiguiente expresión en las actividades corporales; así pues, los pensamientos de salud conducen al bienestar pero los de enfermedad y vejez producen el decaimiento y la decrepitud. El pensamiento también tiene sus efectos sobre vuestro carácter lo mismo que sobre la condición y capacidad de vuestra voluntad, sobre vuestros sentimientos y sobre vuestras relaciones con los objetos materiales y con las personas, aunque éstas se encuentren a gran distancia, así como también con los “accidentes” de la vida. Por medio de vuestros pensamientos tendéis lazos invisibles hacia los objetos en que pensáis, lazos que tienden a provocar atracción entre dichos objetos y que producen su acercamiento o realización.
Angel Luis Fernández
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