jueves, 8 de agosto de 2013

SALTEAR EL DESAYUNO TE PUEDE HACER ENGORDAR


Según un estudio inglés, las personas que no desayunan suelen comer un 20 por ciento más durante el almuerzo. Es porque hay un sentido de supervivencia que lleva al organismo a buscar alimentos con muchas calorías cuando no ha recibido los nutrientes que necesita.

Siempre se dice que el desayuno es la comida más importante del día, y sin embargo, son muchos los que salen de su casa con el estómago vacío. ¿Por qué es tan necesario comer a la mañana? Hay razones que tienen que ver con la salud, ya que el cuerpo necesita su cuota de “combustible”. Y además, es uno de los secretos para no engordar.

Tony Goldstone, endocrinólogo del Centro de Ciencia Clínica MRC del Imperial College de Londres, descubrió que el ayuno prolongado activa determinadas regiones del cerebro que hacen elegir alimentos con más calorías cuando finalmente se tiene acceso a la comida. Esta zona del cerebro se llama cortex orbitofrontal, y se vuelve más activa cuando el estómago está vacío.

Por eso se dice que el desayuno es la comida más importante del día: pasarlo por alto provoca que durante el almuerzo se coma más, y con mayor valor calórico. Lo mismo ocurre con quienes hacen dieta y saltean comidas, y por eso aumentan de peso en el largo plazo.

“Si uno se encuentra en un estado negativo en materia de equilibrio energético, lo que prima es el sentido de la evolución. Uno no va a perder tiempo buscando lechuga”, explica Goldstone.

El estudio fue presentado recientemente en la Conferencia de Neurociencia de 2012. Durante dos días, se escaneó el cerebro de 21 hombres y mujeres de unos 25 años, y durante la prueba se les mostró imágenes de alimentos, desde chocolate hasta vegetales, y debían clasificar cuánto les atraía cada uno.

Uno de los días, los voluntarios no desayunaron antes de realizar la prueba, y al día siguiente tomaron un desayuno de 730 calorías. Tras los escaneos, los voluntarios almorzaron. Lo que se descubrió es que los que habían ayunado y tenían hambre, veían más atrayentes a los alimentos con más calorías. Y quienes habían salteado el desayuno comieron un 20 por ciento más a la hora del almuerzo.

La doctora Catherine Hankey, experta en Nutrición de la Universidad de Glasgow, explicó que este estudio demuestra que el desayuno “mantiene a raya al apetito”, ya que estabiliza los niveles de azúcar de la sangre.

Próximamente se harán estudios similares con personas obesas, para determinar si la zona del cerebro mencionada responde del mismo modo.

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