sábado, 9 de noviembre de 2013

Tratamiento de las contracturas cervicales



El tratamiento de las contracturas cervicales debe hacerse con remedios y terapias naturales ya que lo importante es que no hayan efectos secundarios.
La zona  cervical es una de las  más vulnerables de nuestro cuerpo. Por ello, es muy fácil que se produzcan distintos tipos de molestias provocadas por malas posturas o a consecuencia de la tensión.

La contractura, la dolencia más común
Una contractura es un acortamiento muscular producido por una tensión excesiva.

Cuando se produce una contracción de los músculos los nervios que pasan por las vertebras cervicales quedan comprimidos y se produce la cervicalgia o dolor en la zona cervical.

Ésta nos puede producir distintos síntomas, dependiendo de qué nervios estén afectados: mareos, dolores de vista o de cabeza, zumbidos, hormigueo y/o dolores en los brazos y debilidad muscular.

Debido al fuerte dolor se puede producir una clara limitación de los movimientos.

Distintos causas de las contracturas cervicales
Nuestros músculos están preparados para mantener un cierto grado de tensión a lo largo del día pero, algunas veces, esta tensión aumenta y entonces se produce la contractura.

La tensión y el agarrotamiento de estas contracturas cervicales pueden tener su origen en distintas causas:

Malas posturas y/o mantener la misma postura durante mucho tiempo.
Estrés y tensiones emocionales.
Bajas temperaturas y golpes de aire en la zona cervical (muy típicas las causas por el aire acondicionado)
Golpes en la zona o  lesiones contiguas.
Terapias adecuadas
Osteopatía: mediante masajes y ejercicios de intensidad, aumenta la irrigación sanguínea en la zona y los músculos van recuperando su función y su movilidad. Así es como ira desapareciendo el dolor y la rigidez causado por las contracturas cervicales. Después del masaje podemos aplicar calor en la zona (mediante cojines cervicales o mantas térmicas) ya que favoreceremos también una mayor circulación.
Técnica Alexander: este es un método de reeducación postural que puede eliminar las contracturas cervicales, basándose en el cambio de aquellos gestos corporales que nos perjudican por otros movimientos que favorezcan la relajación muscular.
Shiatsu: entre los muchos beneficios de ésta técnica están el tratamiento de los dolores de espalda, la tortícolis y los efectos que pueden producir los accidentes de tráfico en las cervicales (conocido como efecto latigazo)
Se trata de una técnica de origen japonés basada en la presión ejercida con los dedos y las manos en distintos puntos del cuerpo.
Practicar regularmente Yoga, Tai chi o Pilates nos mantendrá en buen estado la musculatura cervical y nos ayudará a prevenir posibles lesiones.
Consejos para prevenir las contracturas cervicales
Existen también muchos pequeños actos cotidianos que podemos hacer para evitar que aparezcan las contracturas, sobre todo si somos personas propensas a padecer dolores musculares: evitar mantener la misma postura durante largos periodos de tiempo; rotar el cuello de forma suave unos pocos minutos al día y realizar ejercicios que refuercen y den flexibilidad a la columna; practicar deporte de forma regular y hacer actividades que nos permitan estar relajados mentalmente; tener paciencia y evitar los nervios y la ansiedad; protegernos del frío y de los golpes de aire.

Plantas medicinales relajantes y antiinflamatorias
Las plantas más adecuadas para tratar las contracturas cervicales son aquellas con propiedades miorelajantes (relajantes de la musculatura) y antiinflamatorias.

Harpagofito: es una planta con un gran poder antiinflamatorio y analgésico. Muy adecuada para traumatismos y tirones musculares.
Podemos hacer una decocción con 1 cucharada de postre de la raíz de harpagofito en 500 ml de agua, hervimos 10 minutos y dejamos reposar otros 15 minutos más. Lo repartimos en 3 tomas al día.
Pasiflora y valeriana: tienen  efectos miorelajantes, sedante del sistema nervioso y antiespasmódicos.
Las encontraremos en el mercado en gran número de presentaciones: la planta para hacernos infusiones, en extracto o en comprimidos.

Finalmente si la contractura muscular es debida a una situación de estrés, ya sea físico o emocional, reforzaremos el tratamiento con plantas que nos ayuden a tranquilizarnos como la   melissa, el azahar o el tilo.

Cualquier duda siempre debe consultar a su médico, la información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.
Fuente: enbuenasmanos.com

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