jueves, 12 de diciembre de 2013

EL SILENCIO CURA


Lo que el corazón siente, la mente lo acaba mostrando. Hay que entrenar nuestra mente, palabras y emociones para reducir al mínimo el daño que nos hacemos con cada reproche, bronca, ataque o juicio que nos hacemos contra nosotros mismos o hacia los demás porque el otro siempre es nuestro espejo, porque cada vez que literalmente nos maltratamos, activamos los núcleos amigdalinos que activan los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales en un caos. Por ello cuando conseguimos controlar nuestra mente con procesos como el perdón o aquietamos nuestra mente durante la meditación, logramos reducir nuestro dialogo interno y el autoreproche, entonces procesos de sanación se activan y se regularizan presión arterial, hormonas, disminuyen las migrañas e inclusive el dolor crónico puede reducirse sustancialmente.

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