jueves, 6 de febrero de 2014

EFECTOS DEL BLOQUEO EMOCIONAL Y CÓMO SUPERARLO




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Cuando algo nos afecta mucho a nivel emocional necesitamos encontrar un mecanismo de protección para poder sobrevivir a la situación. Generalmente, creamos bloqueos emocionales para no sentir tanto dolor. El bloqueo lo que hace es evitar que el impacto llegué al espacio de vulnerabilidad interior con la fuerza inicial del impacto. Entonces, en sí, el bloqueo emocional que usamos para protegernos de algo doloroso no es malo, más bien todo lo contrario. El rato del impacto necesitamos protegernos. Luego, necesitamos un tiempo para procesar lo ocurrido hasta lograr una comprensión que nos permita seguir adelante sin guardar nada negativo en nuestro sistema. Entonces, el bloqueo, desde esta perspectiva, es favorable, lo que luego puede resultar desfavorable es, justamente, el sentimiento que queda de aquello de lo que nos queríamos proteger. Ejemplos evidentes de bloqueos emocionales son generados por, por ejemplo, la muerte de un ser querido, la terminación de una relación intensa, etc. Cuando esto sucede, la persona que queda afectada, pasa por un proceso de dolor en medio de un amortiguamiento emocional. De ahí pasa por un proceso de enfrentarse al desprendimiento, la ausencia, que puede tomar poco o mucho tiempo, dependiendo del proceso que se haga. El bloqueo sirve para adaptarse a una nueva realidad y la persona tiene la opción de permanecer bloqueada o enfrentar sus sentimientos y seguir adelante. Y también se puede dar bloqueos del otro lado de la moneda. Por ejemplo, alguien que se gana la lotería puede reaccionar con bloqueo por el shock del momento, pero, siendo una experiencia favorable, puede resolverlo con prontitud. Estas reacciones instintivas nos sirven para darnos tiempo para adaptarnos a lo acontecido. Lo que sucede después es lo que tendrá un efecto sobre nuestra vida ya sea positivo o negativo.
Desde que nacemos tenemos esta reacción instintiva de protección, de supervivencia. Aun así, cuando somos pequeños es cuando más vulnerables estamos frente al tema emocional. En la etapa hasta los 12 años, aproximadamente, los efectos de impactos emocionales negativos, no solo que son muy difíciles de enfrentar, sino que crean un condicionamiento en ese niño que afectará el resto de su vida pues la forma que se relacionará con las emociones cuando crezca, responderá a las circunstancias emocionales que le rodearon mientras crecía. Entonces, lo que hay que trabajar no es el bloqueo en si sino la raíz del bloqueo y las emociones que quedan sin ser procesadas. El ser humano tiene límites de resistencia. Algunas personas pueden aguantar más que otras, igual cuando se es niño. De acuerdo con la sensibilidad y la vulnerabilidad de cada ser, se puede tener una idea de cómo puede resultar un impacto. Hay algunas teorías que explican el motivo por el cual el efecto de los impactos emocionales es más fuerte durante la niñez. En parte se debe al desarrollo de regiones del cerebro relacionadas con las emociones, en este caso es el cerebro medio o el cerebro mamiliano relacionado con el sistema límbico, que se desarrolla hasta la adolescencia, según la teoría del Dr. Paul MacLean. Luego de eso, se desarrolla la corteza cerebral que es donde se realiza el proceso de racionalización. Hasta eso, los niños son bastante vulnerables a su entorno emocional. Por ende, si crecen en medio de abusos físicos, emocionales y/o sexuales, los bloqueos de estos niños serán profundos y crecerán divididos entre sus emociones, su interior y sus reacciones hacia el mundo. Algunos encerrarán su ser y no lo dejarán salir jamás, otros explotarán en la rebeldía escogiendo un camino que refleje la oscuridad de sus experiencias y otros se darán cuenta de sus bloqueos, eventualmente, y los trabajarán para liberarse de lo que guardan internamente. Las reacciones frente a lo que viven estos niños que sufren cualquier tipo de abuso, son realmente muy diversas. Todos, de una manera u otra, hemos experimentado circunstancias difíciles mientras crecíamos. Si son experiencias eventuales su efecto no es tan marcado como si son experiencias constantes en que se atropella los sentimientos de los niños con el maltrato. La medida de los impactos es la medida en que nos bloqueamos y, al volverse costumbre, los bloqueos se convierten en parte de nuestra personalidad y no los diferenciamos de lo que realmente somos. Requerirá mucho trabajo con uno mismo para poder liberarse de esos bloqueos que perdieron sus fronteras en nuestra personalidad.
¿Cómo puede uno darse cuenta que está bloqueado cuando ya se ha convertido en parte de la personalidad? Para empezar, necesitamos darnos cuenta de dónde salen nuestros sentimientos, ¿salen de la cabeza?, ¿salen del corazón?, ¿sentimos claramente lo que estamos diciendo?, ¿en qué parte del cuerpo sentimos lo que estamos diciendo? Cuando decimos algo y no podemos sentirlo en alguna parte de nuestro cuerpo y/o nuestro interior es síntoma de un bloqueo. Si es algo que solo se siente en la cabeza, generalmente, también refleja un bloqueo de las emociones. Son señales de que no estamos conectados. Lo óptimo es que el pensamiento, el sentimiento y el cuerpo estén en sintonía con lo que manifestamos. En el caso de las personas que se han bloqueado desde pequeñas, sus expresiones de afecto suelen salir, sobretodo, de la cabeza, o como mejor se puede decir, son expresiones racionalizadas, expresiones mentales. Los humanos reaccionamos por  impulsos instintivos y condicionados. Los instintivos son, por ejemplo, la reacción de lucha o huída que ya están registrados en el ADN. Los condicionados son los aprendidos desde pequeños y se vuelven impulsos inconscientes. También existen las reacciones premeditadas que suelen surgir en personas que están desconectadas de sus emociones y expresan lo que se considera correcto pero no es natural para ellas. En principio la persona que reacciona así puede sentirse tranquila con esto, pero tarde o temprano la sensación de vacío se hace presente. Es como si nos estuviese faltando algo. Eso, en estos casos, nos lleva a buscar afuera aquello que nos hace falta. No nos damos cuenta de que lo tenemos adentro y solo ahí lo vamos a encontrar. Esto nos lleva a experimentar muchos tipos de relaciones que terminan en el vacío. Pensamos que es porque las otras personas no nos llenan. No nos damos cuenta de que el problema somos nosotros mismos y mientras no veamos hacia adentro no lograremos sanar ese vacío existencial.

Las emociones son muy importantes. No se trata de vivir en la emocionalidad sino de entender que las emociones son indicadores, son como alarmas o señales de lo que nos está sucediendo internamente. El pensamiento es otro punto de alarma tanto como son las sensaciones corporales. Todo esto nos habla de cómo estamos enfrentando y manejando nuestra vida. Nos habla también de cómo hemos aprendido a manejarla. Pero ninguna de estas señales se refiere a quienes somos de verdad y, por verdad, me refiero a la parte de nosotros que trasciende la materia, o sea, nuestro espíritu. Aun así, necesitamos comprender que la identificación con estos aspectos de nuestra existencia humana como son: los sentimientos, pensamientos y sensaciones corporales, nos sirve para nuestro proceso de concienciación y realización interior. El bloqueo emocional, si bien nos protege en un momento dado, también nos impide saber cómo hemos sido impactados y no nos permite saber cómo estamos por dentro. Si no lo resolvemos eso se puede guardar como algo negativo que se reflejará en algún aspecto de nuestra vida.

Fuente: http://www.goypaz.com/

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