Cebolla es el nombre común para la Allium Cepa, planta del género de hierbas bianuales de la familia de las Liliáceas, originalmente proviene de Asia pero ha sido cultivada extensamente en regiones templadas y subtropicales por miles de años.
La cebolla es una planta bulbosa con hojas cilíndricas huecas, largas y engrosadas en la base que constituyen la mayor parte del bulbo. Las flores de la cebolla, de color blanco o rosa, poseen seis sépalos, seis pétalos, seis estambres y un solo pistilo. Los frutos son pequeñas cápsulas que contienen sus pequeñas semillas. Ciertas variedades forman en lugar de flores unos bulbillos que pueden enterrarse para obtener nuevas plantas.
La cebolla contiene esencias sulfurosas volátiles que le otorgan su sabor picante característico; al cortar cebolla se llora porque estas esencias entran por la nariz y provocan el lagrimeo.
Es una de las verduras más versátiles. Se consume cruda en ensalada, cocinada, y es ampliamente usada como condimento culinario.
La cebolla que tanto utilizamos como condimento en nuestra cocina, tiene además otras cualidades, no sólo para dar sabor y acompañar, tiene propiedades medicinales.
Esta es una de las plantas más sanas y alimenticias y sus poderes medicinales son muchísimos. Por su contenido de vitaminas A, B, C y E se convierte en un gran revitalizador de nuestro organismo. Por su alto contenido en vitamina C es un potenciador natural de las defensas del organismo. Es diurética por lo tanto es un medio importante como depurativo del organismo, estimula el apetito regularizando las funciones del estómago.
Es muy buena para las afecciones respiratorias como bien sabemos, ¿quién de nosotros no ha dormido con una cebolla cortada a la mitad en la mesilla de noche para ayudarnos a respirar en los procesos de asma o catarro? Si además preparamos el jugo de una cebolla con el zumo de un limón y 2 cucharadas de miel y lo tomamos caliente nos ayudará a recuperarnos de estos catarros, gripes, resfriados.
La cebolla es un gran desinfectante que nos ayuda a protegernos contra las enfermedades infecciosas. Contiene vitaminas y sales minerales, azufre, fósforo, hierro, calcio, sodio y magnesio. El 89% de la cebolla es agua, fibra el 1,6%, proteínas el 1,2% aportando 38 calorías por cada 100 g. Igual que el ajo, ayuda a reducir el nivel de colesterol, triglicéridos y ácido úrico en la sangre, además del peligro de trombosis.
Es un buen remedio para cantantes o locutores o para cualquiera que quiera cuidar su voz, mezclar a partes iguales cebolla y miel (tomar 3 cucharadas del jugo de la mezcla de cebolla con la miel, diariamente) aclara la voz y elimina la ronquera.
Tiene propiedades bactericidas convirtiéndola en un buen desinfectante contra las picaduras de insectos, mojando la zona afectada con el líquido de una cebolla fresca machacada. Para eliminar el picor de los sabañones, la utilización de la cebolla cruda puede resultar muy adecuada restregándola sobre ellos.
Además de hacernos llorar, parece que las cebollas pueden ser muy efectivas en la lucha contra el cáncer. Esto según un nuevo estudio que además afirma que cuanto más fuerte sean las cebollas, más fuerte será su efecto sobre la salud.
Se descubrió que la cebolla actúa en conjunto con otros factores como la radiación solar y otros componentes de la dieta (cereales, tomates, frutas y ciertos tipos de grasas animales y vegetales, entre otros) en la prevención del cáncer de próstata, pulmón hígado, colon, y algunos tipos de melanoma.
Se sabe por ejemplo que una moderada exposición al sol reduce el riesgo de cáncer ya que estimula la producción de vitamina D, pero el potencial poder de la cebolla aún se desconoce, debido a que hasta aquí no se le había prestado mucha atención.
No obstante se llegó a la conclusión de que las variedades más poderosas de la cebolla (aquellas con olor más fuerte) tienen una capacidad especial para combatir el daño a las células causado por el cáncer debido a su alto efecto antioxidante.
Los fenólicos y flavonoides, fitoquímicos que se encuentran en frutas y vegetales, inhiben la producción de sustancias dañinas y destruyen los radicales libres que atacan a las células, reduciendo de ese modo el riesgo de padecer enfermedades crónicas como las que atacan al corazón, la diabetes o distintos tipos de cáncer.
Para la investigación se utilizaron células afectadas por cáncer de colon y se las trató con diez variedades de cebolla diferentes. Allí se descubrió que las más fuertes eran las que proveían el mayor efecto contra la proliferación de células cancerígenas.
Las cebollas son el segundo cultivo del mundo dentro de la horticultura, además de ser la mayor fuente de flavonoides en la dieta humana. Además de su efecto anticancerígeno, los flavonoides son antialergénicos, antivirales y combaten virus e inflamaciones.
Las cebollas contienen además un componente llamado quercetina, que es el que les otorga su penetrante olor. La quercetina es un potente antioxidante que también ha sido vinculado –además de su uso para combatir el cáncer– con la prevención de enfermedades coronarias y de las cataratas.
INDICACIONES:
La cebolla es de bajo valor energético y muy rica en sales minerales, por su alto contenido de vitaminas A y C, puede ser usada para el tratamiento de enfermedades respiratorias y protege al organismo de parásitos e infecciones, igualmente su alto contenido en vitamina B hace que sea muy útil contra enfermedades nerviosas. Su alto contenido en minerales como Hierro, Fósforo, y otros minerales la hacen idónea para el tratamiento de la anemia.
Debilidad, afecciones bronquiales, bronquitis, asma, nerviosismo, enfermedades de los riñones, reumatismo, tuberculosis, cólicos nefríticos, diabetes, hidropesía, enfermedades de la vejiga, obesidad, inflamaciones de las articulaciones, impotencia, estreñimiento. Comerla con mucha frecuencia, cruda o ligeramente asada, en las ensaladas.
Tos e insomnio: La cebolla blanca es de gran ayuda para curar la tos y evitar el insomnio.
Calambres o desmayos: Poniendo bajo la nariz zumo de cebolla, se quitan los calambres y los desmayos.
Hidropesía: Dar al enfermo como único alimento cebolla machacada con leche fría.
Gripe: A una taza de agua caliente, agregar zumo de limón, una cucharada de miel y una o dos cucharadas de zumo de cebolla. Tomar de 4 a 6 veces al día, si el enfermo está muy grave.
Forúnculos y abscesos: Cebolla asada y machacada. Se aplica en cataplasmas sobre la parte afectada, con el fin de ablandar y provocar la supuración.
Hemorragias nasales: Poner la mitad de una cebolla recién cortada sobre la nuca del paciente para detener la sangre de la nariz. También se puede respirar su olor con el mismo resultado.
Asma: Se encontrará gran alivio comiendo cebollas asadas sobre brasas, en ayunas y por la noche.
Contra las lombrices: Tomar 2 cucharadas del zumo de una cebolla.
Cabello, alopecia: Frotando cebolla sobre el cuero cabelludo, estimula el crecimiento del pelo. El consumo de cebolla en cualquier forma y en cantidades suficientes evita la caída del cabello.
Infecciones: La cebolla actúa como desinfectante suave y natural, muy útil en heridas pequeñas.
Diurético: La cebolla es también un diurético natural.
Dolor de dientes y dolor de cabeza: Tomar zumo de cebolla.
Dolor de oído: Unas gotas de zumo de cebolla asada.
Rinitis y resfriados crónicos: Unas gotas de zumo de cebolla en los orificios nasales suelen ser de gran ayuda.
Inflamaciones del hígado: Tomar caldo de cebollas cocidas.
Piel: Aplicar cebolla frotada en el rostro produce una piel suave y tersa, también elimina las manchas de la misma.
Fuente: El herbolario de César 2
Excelente información,gracias.
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