jueves, 24 de abril de 2014
“Una manzana por día te mantiene alejado al doctor”
“Una manzana por día te mantiene alejado al doctor” así nos dice el conocido refrán ingles. Como siempre la sabiduría popular no se equivoca: la manzana contiene muchísimos beneficios para la salud.
La manzana es una fruta pomácea comestible obtenida de cualquier especie de manzano: este puede ser doméstico (Malus doméstica) u otros pertenecientes al género Malus o híbridos de aquel. La manzana ha sido desde siempre una fuente alimentaria importante en la alimentación de los climas fríos y es, probablemente, el árbol más antiguamente cultivado. Por este motivo, se ha utilizado con distintos fines culinarios: puede comerse fresca con o sin piel, y a partir de ella pueden prepararse: vinagre, sidra, compota, jugo, licuados, ensaladas o tarta.
La manzana aparece en reiteradas oportunidades en la historia de la humanidad. Para comenzar, con ella se ilustra el paisaje bíblico en que Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso por probar el fruto del árbol del conocimiento y Dios les expulsó del paraíso. El paraíso simboliza el estado de tranquilidad antes de hacer el mal mientras que la manzana significa la tentación. Años más tarde, ya en la edad contemporánea, una manzana que cayó de un árbol inspiró al físico inglés Isaac Newton para crear su “teoría de la gravitación” y la ley universal de la gravedad.
Sin mencionar a los cítricos, la manzana es la especie frutal que se puede mantener durante más tiempo conservando su valor nutritivo. A comienzo del siglo XVII, las manzanas de invierno eran uno de los pocos alimentos que podían ser recogidos a finales de otoño y guardadas en cámaras por encima del punto de congelación. De este modo, podían comercializarse durante más tiempo sin perder sus propiedades. Actualmente, la manzana tiene un período de vida mayor, después de ser cortada, debido al empleo de radiación que disminuye la presencia de agentes deteriorantes.
Es una de las frutas más cultivadas del mundo. Actualmente, dos quintas partes del cultivo mundial pertenecen a China. Otros grandes productores son Estados Unidos, Turquía, Francia, Italia e Irán. En Latinoamérica, los más importantes son Chile (Valle Central) y Argentina (Alto Valle de Río Negro), zonas donde el clima y las características del suelo favorecen el cultivo. En los últimos años, Ecuador se ha sumado a esta lista gracias a que una variedad de manzanas se han aclimatado a las altas latitudes y a las temperaturas cálidas.
La manzana es rica en pectina, azúcares (posee tres tipos: fructosa, glucosa y sacarosa) y vitaminas. Además, posee propiedades medicinales: por ser laxante, ayuda en algunos desarreglos digestivos como inflamación estomacal, acidez, diarrea, estreñimiento y gastroenteritis.
En estos casos, los médicos recomiendan la ingesta continuada de trozos de manzana.
Una investigación de la Universidad de Massachusetts Lowell (UML) indica que el consumo del jugo de manzana puede aumentar la producción en el cerebro del acetylcholine esencial de los neurotransmisores dando por resultado memoria mejorada. Los neurotransmisores tales como acetylcholine son productos químicos lanzados de las células del nervio que transmiten mensajes a otras células del nervio. Tal comunicación entre las células es vital para la buena salud de todo el cuerpo porque ayuda a prevenir la enfermedad de Alzheimer y retrasar el envejecimiento de las células del cerebro.
Por sus propiedades astringentes, la manzana se ha usado desde la antigüedad para elaborar mascarillas faciales, con el fin de eliminar impurezas y reafirmar la piel.
Favorece la eliminación de líquidos corporales y, por su contenido de cistina, arginina y ácido málico, resulta adecuada para eliminar toxinas corporales. Por ello, se recomienda en casos de obesidad, reuma y enfermedades relacionadas con los riñones.
La manzana carece de toxicidad, si exceptuamos la ingestión de sus semillas que, como en todas las rosáceas contienen ácidos que combinados con los jugos gástricos producen cianuro, aunque la ingesta de éstas tendría que ser muy grande.
Este es uno de los derivados de la manzana que más propiedades posee ya que se utiliza de manera externa e interna favoreciendo la relajación muscular, irritación de la piel y alergias en general.
Su recolección y conservación debe realizarse cuando empiezan a florecer y a madurar. Las flores deberán secarse a la sombra y guardarlas en un recipiente bien cerrado. Las manzanas deberán conservarse en un lugar oscuro y fresco.
Su alto contenido de metionina, fósforo y su riqueza en fibra soluble resultan fundamentales en el control del colesterol. Asimismo, el valor vasodilatador de la histidina (un aminoácido natural) la convierte en un buen aliado para rebajar la presión sanguínea en casos de hipertensión.
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