Hasta que de tanto sufrir, un día te encontraste contigo, te enamoraste de ti, te diste valor, resucitó tu dignidad, dejaste de rogar por amor, y descubriste que la felicidad que tanto buscabas en otros, siempre estuvo dentro de ti. Y te diste permiso de ser feliz.
Síguenos en
No hay comentarios:
Publicar un comentario