Siempre he pensado que el pesimismo es un estado emocional negativo que produce más negatividad y termina hundiéndonos en la mayoría de los casos en la depresión. El pesimista está en el camino incorrecto, ha elegido ser un conformista que se resiste a intentar lo nuevo, se queda estancado en un solo sitio y se convierte en una carga emocional para los que lo rodean. El poder del pesimista sobre los acontecimientos es tan grande como el del optimista, pero con resultados negativos. El optimista, en cambio, es aquel que transmite ideas y pensamientos positivos capaces de conducir siempre a su entorno al camino correcto, con armonía y sanos propósitos.