martes, 25 de septiembre de 2012

EL APRENDER



Me parece que siempre tendemos a querer que las cosas permanezcan, sobre todo cuando nos gusta la realidad. Nos casamos con ciertas ideas. Creemos que las cosas permanecen igual, y aunque sabemos que todo cambia, nos resistimos
 al cambio, en especial cuando pensamos que ya entendimos o que tenemos cierto control sobre las cosas, y aun más cuando pensamos en las credenciales que hemos ganado, los títulos, membrecías de los distintos sanedrines de la actualidad.

Mientras más importantes creamos que somos, más trabajo nos costará reconocer que en ésta vida, nadie sabe lo suficiente. Mientras más posición o reconocimiento se tiene, más caemos en la tentación de la arrogancia y de la soberbia, y, por supuesto, más lejos estaremos de aprender realmente nuevas cosas y de entender.

Es importante mantenerse enseñable, y me parece que lo más relevante estriba en convencernos de que la vida siempre requiere de que desaprendamos muchas cosas para dar paso a aprender nuevas formas, cambiar nuestros paradigmas mentales, sobre todo el querer que todo permanezca para entender que todo es relativo; cambiar ese anhelo de seguridad por simplemente mantenernos enseñables, y vivir con la alegría de ser un eterno aprendiz.

Carlos Molinar

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