Uno de los regalos más preciosos que nos trae la espiritualidad es el reconocimiento del valor intrínseco de nuestro ser espiritual.
Redescubrimos nuestro potencial inherente de paz, amor y felicidad, entr
e otras muchas cualidades. Esto nos ayuda a asentar y fortalecer nuestra propia autoestima, ya que ahora desarrollamos una visión más alta de nuestro ser. Independientemente de los logros o éxitos que consigamos a nivel externo, comprendemos y experimentamos la realidad de nuestra riqueza y belleza interior, y éstas nos acompañan en todo momento, no importa cuan cambiantes sean las circunstancias que nos rodean.
Entonces podemos comprender y valorar mejor a aquéllos/as que nos rodean. Una sencilla ley espiritual para favorecer unas relaciones armoniosas y felices es no ver las debilidades, limitaciones ni tendencias negativas de los demás ni pensar de forma negativa acerca de nadie.
Tampoco describir esas debilidades a nadie.
No ver las debilidades de los demás no significa que no sea consciente de ellas, sino que no dejo que influencien mi visión positiva y elevada de esas personas. Alguien puede estar mostrando la debilidad de la ira o de los celos, pero con mi mente puedo transformar lo que veo con pensamientos elevados tales como: “En realidad, es un ser espiritual con un gran potencial de amor y paz. Simplemente se halla bajo la influencia de una debilidad o un hábito negativo generado por la ignorancia.”
La otra persona captará enseguida que no estamos rechazando ni
reaccionando ante su debilidad y que, por el contrario, mantenemos una actitud de respeto y consideración. Esto hará que se edifique la confianza y el respeto entre nosotros/as e inspirará de forma natural un cambio de actitud y esfuerzos por mejorar y progresar. Entonces podemos comprender y valorar mejor a aquéllos/as que nos rodean. Una sencilla ley espiritual para favorecer unas relaciones armoniosas y felices es no ver las debilidades, limitaciones ni tendencias negativas de los demás ni pensar de forma negativa acerca de nadie.
Tampoco describir esas debilidades a nadie.
No ver las debilidades de los demás no significa que no sea consciente de ellas, sino que no dejo que influencien mi visión positiva y elevada de esas personas. Alguien puede estar mostrando la debilidad de la ira o de los celos, pero con mi mente puedo transformar lo que veo con pensamientos elevados tales como: “En realidad, es un ser espiritual con un gran potencial de amor y paz. Simplemente se halla bajo la influencia de una debilidad o un hábito negativo generado por la ignorancia.”
La otra persona captará enseguida que no estamos rechazando ni
Ésta es una de las bases importantes para mantener con todos unas relaciones positivas y de calidad.
Jayme Rincón
Faro de Conciencia Y de Luz
Jayme Rincón
Faro de Conciencia Y de Luz
No hay comentarios:
Publicar un comentario