jueves, 17 de julio de 2014

Tener fe es “ACEPTAR”...





Tener fe es “ACEPTAR” lo que conduce nuestra vida por sendas extrañas y contrarias a nuestra razón y a nuestros deseos.
Tener fe es “DAR” cuando no tenemos, cuando nosotros mismos necesitamos.
Tener fe es “CREER” en lugar de recurrir a la duda, que es lo más fácil. 
Si la llama de la confianza se extingue, entonces ya no queda más remedio que entregarse al desánimo. 
Tener fe es “GUIAR, DIRIGIR” nuestra vida, pero no con la vista, sino con el corazón.
La razón necesita muchas evidencias para arriesgarse, el corazón necesita sólo un rayo de esperanza.
Las cosas más bellas y grandes que la vida nos regala no se pueden ver, ni siquiera palpar, sólo se pueden acariciar con el espíritu.
Tener fe es “LEVANTARSE” cuando se ha caído.
Los reveses y fracasos en cualquier área de la vida nos entristecen, pero es más triste quedarse lamentándose.
Tener fe es “ARRIESGAR” todo a cambio de un sueño, de un amor, de un ideal.
Nada de lo que merece la pena en esta vida puede lograrse sin esa dosis de sacrificio que implica desprenderse de algo o de alguien, a fin de adquirir eso que mejore nuestro propio mundo y el de los demás.
Tener fe es “VER” positivamente hacia adelante, no importa cuán incierto parezca el futuro o cuán doloroso el pasado.
Quien tiene fe hace del hoy un fundamento del mañana y trata de vivirlo de tal manera que cuando sea parte de su pasado, pueda verlo como un grato recuerdo.
Tener fe es “CONFIAR” pero confiar no sólo en las cosas y en las personas, sino en el Dios que obra, actúa y habla a través de las personas.
Muchos confían en lo material, pero viven relaciones huecas con sus semejantes.
Cierto que siempre habrá gente que lastime y traicione tu confianza, así que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso con aquel en quien confías dos veces.
Tener fe es “BUSCAR” lo imposible: sonreír cuando tus días se encuentran nublados y tus ojos se han secado de tanto llorar.
Tener fe es no dejar nunca de desnudar tus labios con una sonrisa, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes cuándo tu sonrisa puede dar luz y esperanza a la vida de alguien que se encuentre en peor situación que la tuya.
Tener fe es “ANDAR” por los caminos de la vida de la misma forma en que lo hace un niño sencillez y tranquilidad .
Que en tu vida haya suficiente fe para afrontar y esperar que las situaciones difíciles cambien, y la necesaria humildad para aceptar que muchas veces el que tiene que cambiar, eres tú”
Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento y fe en ti de que todo tiene arreglo en la vida .

Nanci Lda

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