Creer en que la gente es o no tóxica para nosotros, es una moda que está llegando por muchas vías y tiene muchos seguidores.
No les voy a quitar motivos para ello, es mucho más fácil decir que tu vida va mal o no va como a ti te gustaría porque te rodeas de «gente tóxica». Como si las personas estuvieran «defectuosas» o «pasadas de fecha» como los yogures.
Es muy new age hablar de «vampiros de la energía» o «personas tóxicas», mucho mejor que decir «no soporto a mis compañeros de trabajo», de lo que si tiráramos del hilo deduciríamos, «no soporto algo dentro de mí, quizás mi situación laboral actual.»
¿No crees que ya es hora de despertar?
Las personas tóxicas son tan tóxicas contigo como tú contigo mismo. Ni más, ni menos.
Te pongas en plan moderno o en plan clásico, al final es lo mismo. Estás echando la culpa a otros de lo que tú no tienes la intención de responsabilizarte.
Por supuesto, esto no quiere decir que te vayas a llevar siempre bien con todo el mundo, quiere decir que cuando sientas que alguien «te roba energía» sepas al menos desde dónde intervenir.
Estar cansado es sinónimo de que has estado actuando y pensando desde el ego, recuerda si quieres en este artículo la diferencia entre vivir desde el poder o desde la fuerza.
Cuando estás en la fuerza, o ego, estás agotado, pero la noticia es que no te agota nadie salvo tú mismo, a ti. Punto.
Nada externo a ti te puede hacer bien ni mal. Nada.
El estado natural debería ser un estado de energía plena y cuando nos sentimos cansados en exceso tras haber estado con alguien, si eres capaz de parar y reflexionar si realmente estabas haciendo lo que querías hacer, te darás cuenta de tu falta de coherencia al respecto.
Es muy fácil ser equilibrados y amigables cuando nadie nos «remueve» emociones dentro de nosotros.
Estas personas que creemos que urge alejar de nuestra vida, son lo que podemos considerar maestros que encontramos en el camino, que nos muestran lo que debemos sacar a la luz para poder dejar ir, perdonar, curar o simplemente ver.
Fíjate que más bien deberíamos estar agradecidos de haberlos encontrado, porque seguro que nos van a hacer crecer. Luego, por supuesto, nadie tiene que estar cerca de alguien si así no lo siente, pero ya será por otras cuestiones, no por miedo a que me haga algo a mi campo energético o me ensucie el aura.
Mi principal foco es que comprendas que eres libre siempre. Solo escribirlo me hace sonreír. ¡Libre!
Y dentro de esta libertad no te has de permitir que nadie te cuente que tu vida sería mejor si esto o lo otro de fuera de ti, no estuvieran presentes. No es así.
Yo te invito a que hagas una lista de todas las “personas tóxicas” de tu vida y trates de ver qué pasa realmente con ellos.
Pueden ocurrir varias cosas:
Que la relación (de lo que sea) necesite un cambio, un alejamiento, un descanso y lo estés forzando, de manera que no eres coherente con respecto a la misma.
Que te esté haciendo de espejo de algo dentro de ti que no eres capaz de ver de otro modo.
Que te esté «zarandeando» para que des un giro inminente a tu vida.
… Infinitas posibilidades.
La válida es la que para ti lo es.
Pero este es mi paradigma, no me tienes que creer, ni mucho menos.
Cada uno tiene que guiarse por lo que con él resuena.
Desde mi paradigma te digo que la felicidad es saber que tú eres igual de pleno sean cuales sean las circunstancias externas a ti.
Reduciéndolo a lo sencillo, cada vez que crees que tú no puedes elegir tu bienestar interno, te estás poniendo el disfraz de víctima y este argumento te deja muy poco margen de actuación, además… ya está muy oído.
«El hombre nace libre, responsable y sin excusas.» Jean Paul Sartre
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