jueves, 6 de septiembre de 2012

CONFIA QUE EL UNIVERSO TE AYUDA.

 

“Estaba un hombre en mitad del océano en una balsa. En medio del tremendo oleaje marítimo la balsa se hundió y el hombre quedó a la deriva. No tenía salida, comenzó a rezar y a pedir al altísimo que le sacara de esa situación. En su corazón recibió una respuesta: la seguridad de que Dios le rescataría. Pasó por su lado un barco pesquero que le invitó a subir, pero 
el hombre replicó - No, yo confío en Dios, y sé que él me salvará - El hombre no subió, pero al rato pasó por su lado un helicóptero de vigilancia marítima, que le invitó a subir por las escaleras de salvamento - No, yo confío en mi Dios, y sé que él será mi salvador - Pasaron las horas, los días, y nunca más se supo de aquel hombre. Cuando éste llegó a su juicio, allí en la antesala del cielo se encontró con Dios y le preguntó contrariado - Señor, yo confiaba en ti, en que tú me salvarías -Te di una balsa y la hundiste, te mandé un barco pesquero a tu ayuda y lo rechazaste y te mandé un helicóptero de salvamento y no subiste. ¿Qué esperabas?... 

MORALEJA: “Nunca se sabe por donde el universo enviara su mano para ayudarnos en las diferentes situaciones en que nos encontramos. Nos enfrascamos tanto en las grandes realizaciones y misiones de nuestra vida, que la realidad actuara como nosotros creemos y pensamos. Mchas veces la ayuda actúa en los pequeños detalles y en las pequeñas cosas que nos rodean, como jamás imaginamos. Solo debemos estar atentos para saber cuando Dios nos enviara una acción de amor (lancha) una obra de hermandad (helicóptero) o un pensamiento de felicidad (barco)”.

 

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