Un chakra es un vórtice de energía, una apertura o puerta por donde circulan las energías de distinto orden, que impactan, circulan, vitalizan, bloquean o sobre-estimulan el entero mecanismo humano. Provienen del Alma, del Cosmos, y del ambiente en el que vive.
Los chakras conforman un circuito eléctrico receptor de las Energías del Alma por el chakra coronario, a través de
l cual introduce dos cordones que se anclan: 1 en la glándula pineal y 2 en corazón físico.
La línea de la conciencia y la línea de la vida. Además los chakras reciben energía solar, o prana a través del bazo quien es el receptor y distribuidor mayor en el organismo humano de energía solar.
Los chakras principales
Tenemos 7 chakras mayores:
•Primer Chakra: Chakra básico/base/raíz (Muladhara), ubicado a la altura del coxis
•Segundo Chakra: Sacro (Swadhisthana), ubicado 2 o 3 dedos debajo del ombligo, a la altura del sacro.
•Tercer Chakra: Plexo solar (Manipura), ubicado en la zona de los órganos digestivos.
•Cuarto Chakra: Del corazón (Ananhata), ubicado en el corazón.
•Quinto Chakra: Lanrigeo (Vishuddi), ubicado en la garganta.
•Sexto Chakra: Tercer ojo (Ajna), ubicado en la frente, en el entrecejo, justo en medio de los dos ojos.
•Séptimo Chakra: Coronario (Sahasara), ubicado en la parte superior de la cabeza.
Aparte de estos chakras, también tenemos 21 menores, y una intricada red de pequeños chakras distribuidos a través de todo nuestro mecanismo energético.
Los chakras conforman nuestro cuerpo etérico, o doble etérico como se lo conoce, por ser un doble exacto pero más amplio de nuestro cuerpo físico.
Los vórtices, bocas o chakras se abren a lo largo de la columna vertebral, a más o menos cinco centímetros del cuerpo físico, 6 bocas adelante y 6 bocas por detrás, 1 en la corona de la cabeza y 1 en la base de la columna, conformando así el circuito eléctrico que permite al alma ‘manejar’, dinamizar y controlar el cuerpo físico denso.
Un chakra está activo en la persona evolucionada, bloqueado a veces por el mal uso de la energía, o bien nunca aún han entrado en actividad. Solamente un Adepto o Iniciado de 3ª Iniciación Jerárquica (la de la Transfiguración) puede decir con certeza el estado de los chacras de una persona, por lo tanto aplicar energía directamente sobre un chakra, en lugar de hacerlo en forma general sobre todo el mecanismo eléctrico para que éste se ocupe de distribuirla, puede provocar el efecto contrario de bloqueo por sobre-estimulación.
La zona donde se produce una molestia en el cuerpo físico no siempre es la zona ‘causal’ del problema. Por ejemplo, un dolor de cabeza no indica que haya un problema en ese chakra, porque puede ser reflejo de cualquier otro órgano: hígado, ovarios, páncreas, estomago, etc.…rara vez el dolor de cabeza indica un problema en su órgano correlacionado ‘el cerebro’, y canalizar energía sobre el coronario produciría sobre-estimulación. O sea que el dolor de cabeza es un efecto, no la causa.
La razón del estado de cada uno de los chakras es simplemente evolutiva.
Un chakra que está inactivo es simplemente señal de que el alma encarnada a la cual pertenece, no tiene la evolución necesaria para ponerlo en funcionamiento, por lo tanto no se puede activar artificialmente la actividad de un chakra, dado que es la expresión evolutiva del alma.
Así es como los Maestros solo viendo el estado de la Luz en los chakras de nuestra aura pueden darse cuenta de nuestra verdadera evolución. Nuestros chakras ‘dicen’ realmente como somos, que pensamos, que sentimos y como actuamos. Son nuestra foto almica.
La importancia de los chakras en el Reiki
Con la terapia Reiki, el terapeuta no debe dirigir la energía en un chakra concreto, es el alma quien tiene que dirigir dicha energía, pero si el canalizador no es impersonal, y trata de forzar la energía en un punto específico, está dirigiendo el proceso, por lo tanto canaliza energía de su propio cuerpo etérico, con el resultado de desvitalización o agotamiento de la propia energía que puede derivar en dolencias varias como descomposturas, bajadas de presión, dolor de cabeza, agotamiento, vómitos, diarreas, etc. y en el paciente puede provocar bloqueos de la energía y sobreetimulación de un centro, el cual solamente estaba advirtiendo sobre un problema en el ‘mecanismo’ no que el problema estuviera allí.
Lo único que el terapeuta puede hacer es ayudar al paciente a reconectarse con su alma (a través de la canalización general en el cuerpo etérico) para que su propia Alma realice la verdadera tarea de cura.
La línea de la conciencia y la línea de la vida. Además los chakras reciben energía solar, o prana a través del bazo quien es el receptor y distribuidor mayor en el organismo humano de energía solar.
Los chakras principales
Tenemos 7 chakras mayores:
•Primer Chakra: Chakra básico/base/raíz (Muladhara), ubicado a la altura del coxis
•Segundo Chakra: Sacro (Swadhisthana), ubicado 2 o 3 dedos debajo del ombligo, a la altura del sacro.
•Tercer Chakra: Plexo solar (Manipura), ubicado en la zona de los órganos digestivos.
•Cuarto Chakra: Del corazón (Ananhata), ubicado en el corazón.
•Quinto Chakra: Lanrigeo (Vishuddi), ubicado en la garganta.
•Sexto Chakra: Tercer ojo (Ajna), ubicado en la frente, en el entrecejo, justo en medio de los dos ojos.
•Séptimo Chakra: Coronario (Sahasara), ubicado en la parte superior de la cabeza.
Aparte de estos chakras, también tenemos 21 menores, y una intricada red de pequeños chakras distribuidos a través de todo nuestro mecanismo energético.
Los chakras conforman nuestro cuerpo etérico, o doble etérico como se lo conoce, por ser un doble exacto pero más amplio de nuestro cuerpo físico.
Los vórtices, bocas o chakras se abren a lo largo de la columna vertebral, a más o menos cinco centímetros del cuerpo físico, 6 bocas adelante y 6 bocas por detrás, 1 en la corona de la cabeza y 1 en la base de la columna, conformando así el circuito eléctrico que permite al alma ‘manejar’, dinamizar y controlar el cuerpo físico denso.
Un chakra está activo en la persona evolucionada, bloqueado a veces por el mal uso de la energía, o bien nunca aún han entrado en actividad. Solamente un Adepto o Iniciado de 3ª Iniciación Jerárquica (la de la Transfiguración) puede decir con certeza el estado de los chacras de una persona, por lo tanto aplicar energía directamente sobre un chakra, en lugar de hacerlo en forma general sobre todo el mecanismo eléctrico para que éste se ocupe de distribuirla, puede provocar el efecto contrario de bloqueo por sobre-estimulación.
La zona donde se produce una molestia en el cuerpo físico no siempre es la zona ‘causal’ del problema. Por ejemplo, un dolor de cabeza no indica que haya un problema en ese chakra, porque puede ser reflejo de cualquier otro órgano: hígado, ovarios, páncreas, estomago, etc.…rara vez el dolor de cabeza indica un problema en su órgano correlacionado ‘el cerebro’, y canalizar energía sobre el coronario produciría sobre-estimulación. O sea que el dolor de cabeza es un efecto, no la causa.
La razón del estado de cada uno de los chakras es simplemente evolutiva.
Un chakra que está inactivo es simplemente señal de que el alma encarnada a la cual pertenece, no tiene la evolución necesaria para ponerlo en funcionamiento, por lo tanto no se puede activar artificialmente la actividad de un chakra, dado que es la expresión evolutiva del alma.
Así es como los Maestros solo viendo el estado de la Luz en los chakras de nuestra aura pueden darse cuenta de nuestra verdadera evolución. Nuestros chakras ‘dicen’ realmente como somos, que pensamos, que sentimos y como actuamos. Son nuestra foto almica.
La importancia de los chakras en el Reiki
Con la terapia Reiki, el terapeuta no debe dirigir la energía en un chakra concreto, es el alma quien tiene que dirigir dicha energía, pero si el canalizador no es impersonal, y trata de forzar la energía en un punto específico, está dirigiendo el proceso, por lo tanto canaliza energía de su propio cuerpo etérico, con el resultado de desvitalización o agotamiento de la propia energía que puede derivar en dolencias varias como descomposturas, bajadas de presión, dolor de cabeza, agotamiento, vómitos, diarreas, etc. y en el paciente puede provocar bloqueos de la energía y sobreetimulación de un centro, el cual solamente estaba advirtiendo sobre un problema en el ‘mecanismo’ no que el problema estuviera allí.
Lo único que el terapeuta puede hacer es ayudar al paciente a reconectarse con su alma (a través de la canalización general en el cuerpo etérico) para que su propia Alma realice la verdadera tarea de cura.
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