lunes, 25 de noviembre de 2013

LIMPIEZA Y CURACIÓN DEL AURA


El aura es una Luz que fluye de la Energía Universal, pero cuando enfermamos física o mentalmente, perdemos su luminosidad y se vuelve oscura y sombría.

Recordemos que el aura es la suma total de las ema­naciones de vida de cada uno de nosotros, y que con frecuencia, esconde a la vista de todos, nuestro lado más oscuro. Por lo tanto, debemos buscar en nuestro interior y sacar lo mejor de nosotros hacia la superficie, para recuperar su Luz.

Este proceso de purificación nos traerá el fortaleci­miento de nuestra vida y por lo tanto, del aura.

Afortunadamente, el aura se puede limpiar, devolviéndonos la vitalidad física y mental.

La limpieza del aura puede aliviar nuestras molestias, facilitarnos la respiración, aliviar la fatiga y reducir la tensión. Otro de sus aspectos, es la ayuda espiritual que nos brinda y que nos aleja de todo pensamiento negativo.

Pero la limpieza del aura tiene efectos temporales si insistimos en volver a la infelicidad y alas molestias.

Ya que la limpieza del aura puede ser un recurso eficaz para restablecer nuestro equilibrio, a continuación se des­cribirán los pasos necesarios para limpiar el aura de otra persona.

Empecemos la limpieza buscando una pared sin dibujos. No debe haber corrientes de aire que nos distraigan. Debemos recomendar a la persona, a la cual se le va ha hacer la limpieza, que no se mueva. Se puede sentar, aunque es preferible que permanezca de pie, ya que la limpieza sólo dura algunos minutos.

Debemos decide que adopte la postura que le sea mas cómoda, después le pedimos que cierre los ojos y que piense en El.

Nadie cura sin la ayuda de una fuerza superior. Puede llamar a esta fuerza energía universal, mente sobre la materia o Dios. Como quiera que la llame, proviene de Uno que es mayor que nosotros.

Cuando la persona cierre los ojos, podrá imaginarse una oración, ya sea como pensamiento visual o auditivo; esto ayudara para la aceptación de la limpieza del aura.

Para protegernos de cargar la enfermedad, frotémonos las palmas sobre una superficie áspera, descargándonos de energía. EI objetivo es rechazar la energía que emana de la persona enferma. Se debe repetir este ejercicio protector después de cada ciclo de limpieza.

Podemos empezar la limpieza. Nos arrodillamos y empezamos por los pies, para después ir subiendo hacia arriba y hacia afuera, hasta llegar a la parte superior de la cabeza. Con las palmas de las manos hacia arriba, y ligeramente inclinadas hacia afuera, localicemos el exterior del aura e intentemos apartar la suciedad. En realidad, nuestras manos actuaran como el agua y el jabón, limpiando las fibras sucias.

Cuando vayamos subiendo, el aura que este de­bajo de nuestras manos estará limpia.

Cuando hayamos llegado a la parte superior de la cabeza, apartemos las manos y oremos pidiendo que la suciedad retirada del aura penetre en la tierra, donde no pueda hacerle mal a nadie. Inclinando ligeramente hacia abajo las palmas de las manos haremos que la suciedad caiga con facilidad a tierra. Después de habernos liberado del aura sucia, frotémonos sobre la superficie áspera y volvamos a comenzar el proceso. Para completar satisfactoriamente la limpieza del aura se precisa hacerlo por lo menos tres veces.

Cuando hayamos completado la limpieza del aura, es fundamental mantener la mente de la persona apartada de todos sus problemas, y cuando se empiece a sentirse mejor física y mentalmente, es prudente hacer que se acueste y descanse. EI periodo de descanso variara en función de la duración de la enfermedad. Pidamos a la persona que evite hablar durante la limpieza, pues el silencio ayuda a la paz mental que hemos inducido a limpiar el aura.

Otro método eficaz para la limpieza del aura, en una persona, es el siguiente:

Empecemos por colocar las palmas de las dos manos sobre su cabeza. La mano derecha debe estar sobre la zona del dolor en la parte delantera de su cabeza y la mano izquierda sobre la base de la cabeza.

Mantengamos las manos en esta posición durante varios minutes, mientras tiene lugar la curación. Fluirán sensaciones de calor a la zona del dolor y se calentara mucho la palma de la mana derecha. Cuando esta zona se enfríe, se habrá efectuado la curación.

Cuando se practica este método de curación, se reduce la sobrecarga de estímulos, permitiendo que el aura vuelva a fluir regularmente.

Como siempre, hagamos que la persona se relaje, recostándose después de la curación e impidámosle que recuerde el periodo de sufrimiento.

Si somos capaces de percibir el color del aura de esta persona, veremos que su color habrá cambiado.

Este método de "limpieza del aura" es muy beneficioso para los dolores de cabeza, la tensión y la ira.

Hay algunas advertencias sobre la limpieza del aura.

Si la persona se mueve durante la limpieza, el aura puede llegar a abrirse, provocando una situación grave. Cuando se ha emprendido la limpieza del aura, la persona debe permanecer quieta. Un aura alterada puede tener zonas abiertas por las que pueden entrar influencias negativas.

Es indispensable que como "curadores" seamos ca­paces de ver, sentir o percibir el aura. La actitud, los deseos y las buenas intenciones deben estar respaldados para nuestro conocimiento y nuestra conciencia.

Siempre que ayudemos a una persona limpiándole su aura, debemos dar gracias a él, por habernos otorgado el don de ver su Luz.

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